LOS LIBROS PARROQUIALES DE ALGAR, UNA AUTÉNTICA JOYA HISTÓRICA

JOSEP CATALUNYA ALBERT, CRONISTA OFICIAL D’ALGAR DE PALÀNCIA

Los conocidos como libros parroquiales son de una importancia extraordinaria, ya que en los mismos se contiene  una valiosísima información histórica.

                Al hablar de los libros parroquiales hay que referirse, en primer lugar, a los “Quinque Libri”, en los cuales se recogen los cinco actos sacramentales más notorios de la vida de los cristianos: bautismo, confirmación, matrimonio, defunción y excomunión (esta última raramente). Últimamente, en algunas parroquias, se registran también las primeras comuniones.

                Además de los Quinque Libri, en las parroquias se conservan otros libros o documentos históricos como los relativos a procesiones, rogativas, epidemias, obras de mejoras de los templos, visitas pastorales, etc.

                Según la orientación 23 de las Orientaciones de los libros sacramentales parroquiales de 2010, de la Conferencia Episcopal Española

                “ Los libros parroquiales se custodiarán en el archivo parroquial, en un armario que proporcione las necesarias garantías de conservación y seguridad, y siempre bajo llave. Solo el Párroco o su delegado tendrán acceso al armario “.

                En la parroquia de Nuestra Señora de la Merced de Algar, se conservaban los originales de la totalidad de los libros de bautismos, matrimonios, confirmaciones y defunciones, no apareciendo los libros de excomuniones, seguramente porque no ha tenido lugar ninguna a lo largo de la historia, todos dichos libros desde el año 1617 (no olvidemos que los moriscos, pobladores exclusivos de Algar, fueron expùlsados en el año 1610) hasta la actualidad. Además de los Quinque Libri se conservaban el Minutario general, la documentación referente a la fundación de la Tercera Orden Franciscana en Algar (años 1772-1834). el Racional (años 1867-1926), Visitas de Amortización (año 1795) y los Padrones del reparto de casas y tierras de los años 1818 y 1821, etc.

                Estos libros son, como se puede apreciar, una auténtica joya, que en Algar se ha sabido guardar y respetar a lo largo de su historia, no siendo afectada por vicisitudes como el abandono de parte de los responsables de su custodia, los efectos de las guerras, etc., cosa que no se puede decir de muchos pueblos y parroquias de España.

                El Ayuntamiento de Algar, de acuerdo con el párroco y la Junta de Obras Parroquiales, llevó a cabo una pequeña inversión en el templo parroquial para una mejora de su archivo y para una mejor conservación de los libros parroquiales, pero, hace muy poco tiempo, sin mediar ningún tipo de comunicación ni de diálogo previo, los libros fueron trasladados al Archivo Histórico Diocesano de Valencia, donde se encuentran actualmente, hecho que causó un gran disgusto y descontento, no solo a los miembros del Ayuntamiento y de la Junta de Obras Parroquiales sino también a la mayor parte de los vecinos, creyentes o no, por considerar que se llevaron una parte importante del patrimonio histórico de Algar. Pese a que se inquirió a los responsables del Archivo Histórico Diocesano, la contestación fue que ello se hizo en cumplimiento de la orientación número 6 de las antes citadas Orientaciones de la Conferencia Episcopal Española la cual establece:

                “ Se aconseja vivamente que los libros parroquiales que en el momento de su cierre tengan un antigüedad superior a los cien años se depositen en el Archivo histórico diocesano, sin perjuicio de la propiedad, que seguirá siendo de la parroquia y se acreditará mediante el correspondiente certificado que se unirá al inventario parroquial “.

                Y ese es el estado de la cuestión. Los libros parroquiales de Algarse encuentran depositados en el Archivo Histórico Diocesano de Valencia y mucho nos tememos que ello será in aeternum. No obstante, el Ayuntamiento ha financiado, una vez más,  una reproducción en papel de la totalidad de los libros, los cuales debidamente encuadernados, se encuentran en el archivo parroquial a disposición de quienes lo deseen, sobre todo investigadores, dado su incalculable valor histórico, previa autorización del párroco.