EL COMERCIO DE LA NIEVE A FINALES DEL SIGLO XIX

BERNARDO GARRIGÓS SIRVENT, CRONISTA OFICIAL DE XIXONA

A mediados del siglo XIX el comercio de la nieve estaba ya en recesión. Dos grandes  factores favorecieron esta situación:

1    un ligero cambio en las situaciones metereológicas que hicieron que disminuyeran las precipitaciones bajo forma de nieve, al mismo tiempo que cada vez se espaciaba más el tiempo entre las grandes nevadas

2    y sobre todo, el desarrollo de la industria del hielo artificial.

El hielo artificial fabricado industrialmente tenía una serie de ventajas sobre la nieve: se liberaba de la dependencia del clima, posibilitaba fabricar el hielo según las necesidades de la demanda, las fábricas se instalaban en las proximidades de los centros de consumo evitándose los largos transportes y sus correspondientes pérdidas, que encarecían el producto, tenía un mayor poder de enfriamiento y mejor conservación que la nieve.

En las últimas décadas del siglo XIX se produce la primera fase de la introducción de la industria del hielo. Esta se caracteriza por la instalación de fábricas en las grandes ciudades. Así a mediados de la década de 1880-1890 ya se habían instalado fábricas de hielo en la ciudad de Valencia. Con el nuevo siglo comienza una segunda fase con el aumento del número de fábricas de hielo y la ampliación del área de venta. En la década 1920-1930 la industria frigorífica ya está completamente consolidada.

Con el crecimiento de la industria del hielo la nieve natural se va restringiendo a las comarcas montañosas donde era posible llenar las neveras con un coste reducido. El abasto de nieve pasará a ser local y destinado al autoconsumo más que al comercio.

En este contexto encontramos en Xixona a un “industrial” Francisco Mira Mira que apuesta a finales del siglo XIX por la comercialización de la nieve. Francisco Mira en 1881 poseía un pozo de nieve en la Carrasqueta por herencia de su padre, pero decidió comprar otro en la Sierra de Aitana en el término municipal de Confrides. Así el 30 de diciembre de 1881 se firmó la escritura de venta ante el notario de Jijona Vicente  Sala Planelles. El vendedor era: “De una parte José Mollá y Gisbert, viudo, labrador , de setenta y siete años de edad, vecino de Alcolecha, empadronado en la calle de San Antonio número nueve (…)”.

El objeto de la venta consistía en: “Que es dueño y posee un pozo de poner nieve con sus [……]  y una casita construida de reciente contigua al mismo, situado todo en el término de Confrides, partida de Aytana ó Collado de Ventisquer, dicho pozo tiene de fondo unos nueve metros y de ancharia unos ocho metros; lindante cuando lo adquirió con herederos de Vicente Castillo, Vicente Sanchis; peña de la partida y camino, y hoy dia linda todo por levante con tierras de Vicente Castelló, Poniente las de Vicente Gonair, Norte Vicente Picó y medio dia sierra de Aytana y collado de Ventisquer”.

Este pozo a su vez fue comprado a otro propietario: “Que lo adquirió por compra que hizo a Joaquin Giner y Barberá, y escritura otorgada en la villa de Cocentayna en veinte y tres de Abril de mil ochocientos cincuenta y ocho ante el notario de dicha Villa Don Vito Chisvert, registrada en el registro de la propiedad de Callosa de Ensarriá y libro cuatro folio ciento setenta y dos en veinte y seis de Mayo de mil ochocientos cincuenta y ocho(…)”.

El precio fue de : “por precio de cien reales ó sean veinte y cinco pesetas y (…)” “libre de todo gravamen y con todas sus entradas, salidas, usos costumbres, servidumbres y demas derechos”.

En la actualidad en el término municipal de Confrides existe una partida rural denominada El Ventisquer, en la que existe una gran concentración de pozos de nieve. Algunos son del tipo “Clots de neu”, es decir simples agujeros en el suelo de escasa profundidad y que en la mayoría de los casos no tenían cubierta de obra, pero otros son verdaderos pozos de nieve, con cubierta. Con los datos facilitados por el documento es difícil averiguar a que vestigio de los conservados corresponde. Posiblemente sea el depósito 258 del catálogo de Cruz i Segura 1996, pues se conserva un pozo de nieve con  una caseta y un muelle de carga.

Este pozo recibió el nombre de Clot del Pas I y se encuentra al lado de la pista forestal que va desde la Font de l’Arbre a la Font de Forata. Posee un diámetro de 7,40 metros y una profundidad de 6,80m. En él se conservan los arranques de los arcos. A unos escasos metros hacia el Este observamos un pequeño muelle o andana y restos de una caseta rectangular, que serviría para guardar los aperos.

Este pozo se puede visitar siguiendo la ruta La Font de la Forata (Sierra de Aitana) diseñada por Vicedo Martínez (2004:163-188) que se inicia en Confrides y con un recorrido de 21,5 km propone la visita a 12 clot o pous de neus.

Desafortunadamente Francisco Mira Mira no podrá gozar de los beneficios que le reportará esta actividad; pues falleció unos años después.

BIBLIOGRAFÍA.

CRUZ OROZCO, Jorge i SEGURA MARTI, Josep Mª, El comercio de la nieve. La red de pozos de nieve en las tierras valencianas; Valencia: Dirección General de Patrimonio Artístico, 1996, 244 págs.

VICEDO MARTÍNES, Manuel y RAMÍREZ GOSÁLVEZ, Jaime, Guía de los pozos de nieve de la Provincia de Alicante, Alicante, Diputación Provincial de Alicante, 2004.

Fuente: https://bgarrigos07.wordpress.com