BERNARDO GARRIGÓS SIRVENT, CRONISTA OFICIAL DE XIXONA
El jueves 5 de noviembre de 2020 en la iglesia del convento
de la Mare de Déu d’Orito el Ayuntamiento de Xixona presentó el resultado de
los trabajos realizados durante la primera fase de la reforma del castillo.
Esta primera fase comenzó en noviembre de 2019 y ha
terminado en octubre de 2020 y ha consistido en la consolidación y restauración
de dos elementos emblemáticos de la fortaleza de Xixona: la Torre Grossa y la
alcazaba. Las obras realizadas por la empresa DYALCO han contado con un
presupuesto de 528.000€, que han sido financiados por la Generalitat
Valenciana, que ha aportado el 50% a través de fondos FEDER europeos del
proyecto 2014-2020, y el Ayuntamiento de Xixona.
Al acto asistieron los concejales del consistorio jijonenco
y representantes de algunas de las entidades locales que llenaron la sala y
siguieron el protocolo anti COVID-19.
El azar quiso que esta actividad importante para la vida de
la ciudad más dulce del mundo se programara en la iglesia del convento de la
Mare de Déu d’Orito en un día que se conmemoraba el 425 aniversario de la
colocación de la primera piedra de este cenobio franciscano.
En el acto intervinieron: Leonor Lavado, diseñadora y autora
del nuevo logo del castillo; Bernardo Garrigós, cronista oficial de Xixona;
Gabriel Segura, arqueólogo, Santiago Varela, arquitecto codirector del
proyecto; Antoni Such, director general de Administración Local de la Generalitat
Valenciana e Isabel López, alcaldesa de Xixona.
La primera en intervenir fue Leonor Lavado, quien junto con
su hermana Ana, han sido las diseñadoras de la marca que a partir de este
momento quiere identificar a la fortaleza de Xixona. Leonor expuso que buscaron
su inspiración para identificar a un castillo de raíces almohades construido a
finales del siglo XII e inicios del siguiente en el arte característico de este
periodo, que era el arte románico en transición hacia un nuevo estilo, el
gótico. Es por eso que el anagrama pretende simbolizar una vidriera gótica con
un cierto aire románico al presentar un dibujo plano, sin relieve construido
mediante una sola línea que lo une completamente y que representa la nueva
silueta del castillo tras su restauración.
En cuanto a la tipografía se ha apostado por unas letras
rotundas y con carácter, elegante y bonita y para darle dinamismo se ha jugado
con la diferencia de grosor. En cuanto al color se ha utilizado unas
tonalidades representativas e identificativas de la ciudad de Xixona, puesto
que el tono elegido es el característico del turrón de Jijona y “que recordaba
el color de la Torre Grossa cuando le da la luz del atardecer”. Para potenciar
la nueva marca del castillo de Xixona se le ha añadido un eslogan: “El futuro
de nuestra historia”.
En segundo lugar intervino BERNARDO GARRIGÓS SIRVENT, CRONISTA DE LA CIUDAD quien resumió el
contexto histórico en el que se construyó la fortaleza.
El cronista de Xixona indicó que el castillo tiene su origen
en la llegada de un grupo de almohades procedentes de la Frontera Superior a
finales del siglo XII o inicios del siglo XIII, que se establecen en una zona
deshabitada con el objetivo de controlar el acceso desde la zona costera
alicantina al interior montañoso. Estos nuevos pobladores traen consigo un
nuevo tipo de fortaleza de planta poligonal, con fuertes muros y poderosas
torres que se asienta sobre un gran crestón calcáreo de difícil acceso y
protegido por una gran torre al norte, su vertiente más débil. Con la firma del tratado de Almizra el 26 de
marzo de 1244 Xixona pasó a formar parte de la zona fronteriza entre Castilla y
Aragón, pasando a ser puerta de entrada y salida al nuevo reino de Valencia.
Xixona se convirtió en una de las llaves del reino, como así se visualiza en el
propio escudo de la población. Con la conquista de Biar en 1245 el rey Jaume I
declaró finalizada la conquista del reino musulmán de Valencia, pero la
sublevación de Al-Azraq señor de un amplio territorio montañoso del interior de
la actual provincia de Alicante le devolvió a la dura y cruel realidad. La
sublevación de este caudillo no finalizó hasta 1258.
El dominio efectivo de la zona jijonenca no se produjo hasta
1258. El rey para consolidar esta zona fronteriza tomó una serie de medidas,
como: el otorgamiento a Joan de Mur de la alquería islámica de Nutxes, la
expulsión de los musulmanes del interior del castillo, el reforzamiento de la
torre norte del castillo y así es como nació la famosa Torre Grossa y la
concesión de la fortaleza a su primer alcaide, Pelegrí Baldoví.
A pesar de todas esta medidas la frontera no estaba
totalmente consolidada y tras la sublevación de los musulmanes del reino de
Murcia (1264-1266) Jaume I volvió a tomar nuevas medidas, así concedió el 10 de
marzo de 1267 a Beltran de Vilanova el castillo y la villa de Xixona con la
obligación de construir un alcázar en la zona más alta de la fortaleza. Este
sería el nacimiento de la actual construcción como así han demostrado las
evidencias arqueológicas tras su excavación. Para garantizar la llegada de
repobladores otorgó el 28 de abril de 1268 una carta de franquicia a los nuevos
jijonencos liberándoles de algunas cargas fiscales y posibilitando su
asentamiento en el interior de la fortaleza a cambio de garantizar su defensa.
El cronista indicó que con la firma del tratado de Torrella
en 1304 y el pacto de Elche en 1305 y la incorporación al reino de Valencia de
la zona Sur alicantina Xixona dejó de
ser frontera directa con Castillo y el protagonismo del castillo y su valor
militar y estratégico comenzó a disminuir. Finalmente será la conquista del
reino de Granada en 1492 y la unificación de las coronas de Castilla y Aragón
hará que el castillo de Xixona pierda su protagonismo y comience el proceso de
deterioro y abandono.
Por último, Bernardo Garrigós expuso que los jijonencos
llevan en lo más profundo de su corazón la fortaleza jijonenca, puesto que fue
el punto de arranque de la actual ciudad, es propiedad de todos ellos por
privilegio de Felipe V del 20 de junio de 1708 y además existe una marca de
turrones: El Castillo de Jijona, una marca de bebidas carbónicas: La Torre
Grossa y una marcha mora del compositor Ricardo Planelles Torregrosa: El
encanto de la Torre Grossa.
Después del cronista de Xixona participó el arqueólogo
Gabriel Segura quien destacó que se han cumplido los objetivos que se trazaron
en el proyecto al documentarse el origen de la Torre Grossa y se han confirmado
los datos documentales sobre la construcción de la alcazaba, que fue edificada
a finales del siglo XIII bajo dominio feudal como un elemento fuerte del
castillo. Además se ha podido constatar el proceso de abandono de la alcazaba a
principios del siglo XVI, debido a que el reino nazarí de Granada fue
conquistado en 1492 y España fue unificada bajo el yugo de los Reyes Católicos,
ahora el principal enemigo de la monarquía hispánica eran los piratas
berberiscos y turcos que llegaban por mar a nuestras costas. Es por ello que
este castillo situado en el interior, apenas tiene ya valor militar. Entonces
comienza un proceso de abandono paulatino que viene acompañado por el saqueo de
todos los restos materiales que había en él y en la alcazaba sólo se salvó una
escudilla escondida en un rincón, y descubierta nuevamente en el proceso de
excavación por un trabajador jijonenco, Antonio López Juan, Marina. La
escudilla fue producida en los talleres de Manises entre 1480 y 1520 y sirve
para constatar el abandono de la fortaleza.
Otro hallazgo material destacable de la alcazaba fue el
descubrimiento de una cisterna que fue hallada el último día de la excavación
arqueológica. Se trata de un aljibe construido en la parte superior de la
alcazaba en el momento fundacional de este recinto para dotarla y proveerla de
agua y así resistir los asedios. Curiosamente esta cisterna no aparecía en la
documentación conservada. De momento simplemente está documentada y faltaría un
nuevo proyecto para excavarla e integrarla en el futuro a lo que serían las
visitas a la alcazaba.
Santiago Varela Botella, codirector arquitectónico de la
intervención, valoró muy positivamente la intervención en el castillo de
Xixona. El objetivo básico era la restauración y consolidación de la Torre
Grossa y la alcazaba “a partir de los elementos existentes y en el caso de la
Torre Grossa (…) completarla con la debatida cuarta pared que estaba
documentada en distintos textos (…) y que con los resultados de la excavaciones
estaban allí sus restos y el objetivo era completar la cuarta pared con un
elemento que se distinga materialmente y visualmente y que en cierto modo, y si
algún día fuera procedente desmontarla tenga una relativa fácil actuación de
desmontar”.
En relación a la alcazaba Santiago Varela indicó que se ha
pretendido recuperar los elementos existentes, “elevar en cierta altura sus elementos
constituyentes: cortinas y torres, dando importancia a la torre del Homenaje”.
Otro de los objetivos era hacer visitables la Torre Grossa y la Torre del
Homenaje mediante la construcción de una escalera interior que permitiera
alcanzar su techo desde el que los visitantes pudieran ver la ciudad de Xixona
y gran parte de su término y así tener la misma visión que sus constructores en
el siglo XIII contemplaron.
Santiago Varela destacó que uno de los principales valores
de la fortificación jijonenca era el amplio campo visual que se controlaba al
contemplarse desde la zona costera alicantina hasta el interior montañoso y
además su potente imagen sobre un peñón calcáreo disuadía a los posibles
atacantes.
Seguidamente fue el turno de Antoni Such, director general
de Administración Local de la Generalitat Valenciana, quien anunció el
compromiso de la institución valenciana para potenciar subvenciones con fondos
europeos para poder continuar con las labores de recuperación del patrimonio
valenciano. A estas ayudas podrá presentarse el Ayuntamiento de Xixona, quien
desea proponer una segunda fase de reconstrucción del castillo. En ella es
objetivo prioritario la reconstrucción de la muralla y la antemuralla con sus
torres, con ello el castillo estará completamente restaurado y habrá recuperado
su auténtica presencia en el valle del río Coscón. Antoni Such resaltó que es
fundamental que el patrimonio cultural se recupere, pero también que se utilice
y disfrute por la ciudadanía por lo que hay que crear rutas turísticas que
atraigan a visitantes.
La alcaldesa, Isabel López Galera destacó en su intervención
que la fortaleza “estaba en un momento crítico y era urgente porque se corría
el riesgo de perder cualquier vestigio de la alcazaba”. La alcaldesa se mostró
especialmente feliz, puesto que “hoy es un día muy especial, un día que forma
parte de los sueños de cualquier jijonenco o jijonenca y que por fin vemos como
se ha podido actuar y llevar adelante un proyecto de estas características”.
Seguidamente expresó su deseo para que este proyecto “sirva esta recuperación
del patrimonio artístico como un recurso turístico más que ayude también a generar actividad económica en el
municipio(..’) y que podamos utilizarlo para conocernos mejor a nosotros mismos
(…) y a nuestra historia”. La alcaldesa también indicó que el Ayuntamiento está
ultimando ya las primeras visitas guiadas a esta fortaleza.
Tras las palabras de la alcaldesa se dio por terminado el
acto y los asistentes se trasladaron al castillo donde Santiago Varela explicó
las principales características de las obras que han devuelto a la ciudad más
dulce del mundo la silueta de su fortaleza.
Fuente: https://bgarrigos07.wordpress.com