SUSANA ESTEVE
El pasado domingo 30 de mayo se cumplieron 150 años del fallecimiento de Francisco Ganga Ager, más conocido por todos los eldenses como “el Seráfico”. Con tal motivo desde la asociación “La Tertulia”, de Elda-Petrer, quisieron rendir un pequeño tributo y recuerdo a quién durante su vida fue un personaje y tras su muerte se convirtió en un mito popular.
A tal fin, ese mismo domingo se programó una ruta seráfica por varios lugares ligados directamente a su memoria. Guiados por GABRIEL SEGURA, CRONISTA OFICIAL DE LA CIUDAD DE ELDA, a la vez que miembro de la Tertulia, pudieron disfrutar de pinceladas biográficas, análisis de su obra y estilo, lectura de sus décimas y cuartetas a la vez que recorrer la geografía seráfica.
En el parque de la Concordia, lugar donde se ubicó el primer cementerio municipal eldense (1815-1934), se encontraron a las 10 horas un nutrido grupo de 32 amigos tertulianos. Las pinceladas históricas facilitadas por nuestro cronista oficial fueron combinándose, de forma amena y ágil, con lecturas de poesías del Seráfico de la mano de Vicent Brotons, Susana Esteve, Antonio Lozano, Concha Maestre, Juan Antonio Martí, Rodrigo Millá, María Poveda, Francis Valero y Juan Vera.
Allí tuvieron un recuerdo no solo para el Seráfico, sino para todos los eldenses que descansaban bajo sus pies y cuya memoria es cada más difusa. En recuerdo del homenajeado fueron depositados claveles a los pies del mural que decora el solar que antaño ocupó el camposanto eldense.
Desde allí se trasladaron hacia el cementerio viejo o cementerio de Santa Bárbara. De camino hicieron una breve parada para conocer el lugar donde, durante siglos, desde 1564 hasta 1942-1943, se levantó el edificio del que fuera convento franciscano de Nuestra Señora de los Ángeles, transformado en 1862 en Hospital provincial de distrito, lugar donde falleció el Seráfico un 30 de mayo de 1871, en su condición de “pobre de solemnidad”.
Ya en el cementerio actual se detuvieron en la puerta de acceso para contemplar y leer las dos décimas compuestas por el Seráfico en 1852 y esculpidas en piedra por Antonio Rico González, fueron colocadas en la puerta del camposanto eldense a instancias de Maximiliano Aguado, concejal del ayuntamiento de Elda en noviembre de 1952. Poemas que les recuerdan el carácter mortal de los humanos, lo fugaz de la vida y especialmente el poder igualitario de la muerte.
Con la intervención de Corpus Requena, que les enriqueció sobre la larga tradición española de coplas a la muerte, y una nueva ofrenda al Seráfico esta vez a los pies de las citadas lápidas, concluyeron el homenaje que La Tertulia ha querido rendir a una de las señas de identidad cultural eldense, cuya memoria ha perdurado durante generaciones y que ahora, con la interrupción de la transmisión oral de la cultura general de los pueblos, corre el peligro de perderse.
Fuente: https://www.valledeelda.com