DIA PROVINCIAL DE AMIGOS DE LOS CASTILLOS 1975

BERNARDO GARRIGÓS SIRVENT, CRONISTA OFICIAL DE XIXONA

A principios de mayo de 1975 se celebró en Jijona el Día Provincial de Amigos de los Castillos.

La jornada comenzó a primeras horas de la mañana con la recepción de los expedicionarios, miembros de esta entidad que defiende la promoción y restauración de los castillos, provenientes de casi todos los rincones de la provincia de Alicante. Inicialmente se celebró una misa en la Iglesia Parroquial en memoria de los asociados difuntos. Al terminar los participantes asociados se trasladaron al Cine de Dalt donde se organizó una primera jornada cultural. En ella los protagonistas fueron el Orfeón Infantil y el Grupo de Coros y Danzas de Xixona.

El Orfeón Infantil, acompañado de algunos de los componentes de la Agrupación Artístico Musical El Trabajo y dirigidos por Vicente Pla Candela ofrecieron un repertorio de música medieval procedentes del Cancionero de Palacio del siglo XV. Así sonaron: “cadencias reposadas llenas de nostalgias amatorias en: “Mas vale trocar”, “Romerico que tu vienes”,”Pastorcito, non te aduermas”, “Pase el agua ma Julieta dama”.

A continuación intervino el Grupo de Coros y Danzas de Jijona dirigido por José E. López Mira que deleitó a los asistentes con una selección de su variado repertorio: “en los ritmos seguros y vibrantes de la “Sandinga” , el “Pas del Xafat” y la “Jota Xixonenca” levantaron con su ardido entusiasmo los de quienes los presenciamos”.

Al medio día se celebró una comida de hermandad en los salones de la Societat El Trabajo: “incapaz de contener, a pesar de su extraordinaria extensión, a quienes, tanto de Jijona, como de muchos pueblos y ciudades de la provincia alicantina, se reunieron allí”. Tras la comida se realizaron los tradicionales discursos que sirvieron para difundir la labor que estaba realizando la Asociación de Amigos de los Castillos de Alicante presidida por Juan Mateo Box y la Junta Local de Xixona, dirigida por Fernando Galiana Carbonell. En 1970 se organizó en Xixona la jornada nacional de Amigos de los Castillos. Un día memorable que aún permanecía en el recuerdo de muchos de los asistentes.

Por la tarde los asistentes y una infinidad de jijonencos se desplazaron a la explanada del castillo para celebrar una rememoración de las justas medievales. Más de un visitante se quedó deslumbrado por el espíritu medieval que emanaba de nuestras intrincadas callejuelas: “Subimos a través de empinadas callejas, enlazando “les tongades” de estrechas casas que semejan los ladrillos de turrón con que se pavimenta la golosina del mundo”.

Otros quedaron compungidos por el espectacular marco en el que se halla enmarcado nuestra señera fortaleza: “en lo más alto del pueblo, sobre el espinazo del monte que termina como agudo botalón hacia el sur, gran balcón para contemplar en el horizonte la línea azul del mar y Alicante a su vera. (…) A su poniente, anida el tajo del barranco, del que yergue, como bellísimo telón de fondo, alguna casa de labor entre abancalados almendros, y más alto una frondosa pinada de verde oscuro que adensaba la caída de la tarde, auspiciada con el frescor y el perfume de las hierbas aromáticas”.

En la explanada del castillo se iba a celebrar unas justas medievales con sus caballeros, moros y cristianos, en lucha por el amor de la dama de la fortaleza. En el centro se dispuso una tribuna bellamente adornada en la que se aposentó la dueña del fortín acompañada por las damas de honor para presidir las justas y otorgar los premios a los vencedores.

Seguidamente se produjo el desfile de los participantes. La comitiva estaba encabezada por el embajador moro, custodiado por un grupo de marrocs. A continuación desfiló una escuadra de moros Vermells y algún kaiman guiados por el sable y el buen hacer del cabo Ismael Miralles Sirvent, Berlubia.

Después le tocó el turno a las tropas cristianas formadas por una escuadra de mujeres y otra de hombres del Cavallers del Cid. Los asistentes pudieron contemplar el buen hacer del cabo, Jesús Carreño, Polseguera.

Tras el desfile fue el embajador cristiano, Luis N. Mira Pla, quien tomó protagonismo al solicitar la rendición de la fortaleza; pero su homónimo musulmán no aceptó, por lo que finalmente se celebró un torneo medieval.

“Como espectáculo final, se presentaron una docena de caballos de muy hermosa estampa, enjaezados con policromas y vistosas gualdrapas; en ellos cabalgaban muchachos vestidos a usanza cristiana y mora, diestros estos juegos ecuestres. Frente al estrato rindieron pleitesía a sus Damas, quienes, bajando, anudaban en el brazo del Caballero un pañuelo con el emblema de su escudo y color, quienes entre si debían justar para mejor valimiento y honor de su Dama respectiva”. El torneo se convirtió en una extraordinaria exhibición de ejercicios ecuestres y doma ejercitados por excelentes jinetes.

Con la entrega de los premios a los jinetes participantes y una visita improvisada a la fortaleza por parte de los Amigos de los Castillos se dio por terminada esta jornada a la caída del sol.

Los textos entrecomillados y en cursiva son de un excelso cronista que tuvo la jornada JUAN GOSÁLBEZ, Miguel, (1975) “El Día Provincial de los Castillos en Jijona”, Programa de Fiestas de Moros y Cristianos de Xixona, Xixona, Comisión de Fiestas del Ayuntamiento de Xixona.

Fuente: https://bgarrigos07.wordpress.com