BERNARDO GARRIGÓS SIRVENT, CRONISTA OFICIAL DE XIXONA
Las fiestas de Moros y Cristianos siempre han sido una
válvula de escape para aligerar el peso de la cotidianeidad. A finales del
siglo XIX las fiestas de moros y cristianos se celebraban del 30 de enero al 1
de febrero y servían para unir dos celebraciones importantes en la localidad,
la festividad de San Sebastián el 20 de enero y la fiesta de la Candelaria el 2
de febrero. Además ponían punto y final a las fiestas navideñas y a la campaña
de venta de turrones y duces y abría el inicio de la temporada agrícola.
Las fiestas ya tenían su público y no era extraño que algún
visitante se dejara caer por los días festivos. Además, algún medio de
comunicación había puesto sus ojos en estos actos. Así el periódico alcoyano El
Serpis pidió a su corresponsal en Xixona que escribiera unos artículos sobre
nuestra celebración. Parece que redactó al menos dos artículos de cierta
extensión, dos columnas; uno el 25 de enero y otro el 3 de febrero.
En el primer artículo exponía el programa de actos; mientras
que en el segundo hacía una crónica minuciosa de los principales actos.
Habría que pensar que el acto más emblemático era la
entrada, sin embargo este corresponsal jijonenco, amante de nuestra fiestas, se
desvivía, como leeremos seguidamente, por la embajada del contrabando. Este
acto se celebraba igualmente que en la actualidad, en la mañana del segundo día
de fiestas. En su crónica veremos como destaca la perfecta indumentaria de las
huestes de Sierra Morena en su entrada a Xixona, el gracejo y valentía de sus
componentes. También facilita el nombre de tres de sus intérpretes: el capitán
contrabandista: Felix Puyo, el embajador contrabandista: Sebastián Puyo y su
oponente: Antonio Lluch. Es la primera vez que conocemos el nombre de alguno de
los cargos festeros.
Anuncio de la embajada del contrabando:
“Dia 31: Por la mañana, la comparsa de los contrabandistas
hará su entrada, montado todos sus individuos en sus correspondientes mulos y
rica y lujosamente enjaezados a la andaluza. Este acto es muy digno de verse
por los trajes y monturas que se lucen, que no parece sino que cada cual quiera
rivalizar con todos los demás”(EL SERPIS 25 de enero de 1887. El Corresponsal).
Crónica de la embajada del contrabando:
“Ha tenido lugar la entrada del Contrabando o Alijo, en la
que divirtiéndose ellos mismos han hecho pasar un agradable rato a la
concurrencia que presenciaba el acto, la comparsa de Andaluces conocida por el
nombre de contrabandistas. Ricamente vestidos los ginetes y enjaezadas las
cabalgaduras con el mayor gusto, presentaba la comparsa un magnifico golpe de
vista.
Distingióse, sin embargo entre todos los simulados hijos de
la tierra de María Santísima, el que hacía de capitán don Felix Puyo, quien por
su “sal” y “sandunga” , parecía tan andaluz de verda y sin nada de fingimiento.
Las embajadas tuvieron lugar con la mayor formalidad
presenciando el acto una numerosísima concurrencia .Los embajadores fueron don
Sebastian Puyo y don Antonio Lluch, quienes llenaron su cometido de la manera
más brillante y acabada. (EL SERPIS 3 de febrero de 1887. El Corresponsal).
Un acto que continúa celebrándose en nuestras fiestas lleno
de colorido, salero y buen hacer por las filaes del Contrabando y de la
Canyeta.
Fuente: https://bgarrigos07.wordpress.com