ANTONIO L. GALIANO PÉREZ CRONISTA OFICIAL DE LA CIUDAD DE
ORIHUELA
A lo largo de la Historia de Orihuela existen fechas que han
quedado marcadas en los anales de la ciudad, siendo algunas de éstas las de la
llegada a la misma de las órdenes religiosas.
En esta ocasión recordaremos el 12 de mayo de 1883, en la
que las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, fundadas por Santa Teresa de
Jesús Jornet, tomaban posesión en la calle Meca de la casa propiedad del
entonces diputado provincial José Roca de Togores, el cual la había cedido para
establecer en ella un asilo.
La iniciativa
La iniciativa de esta fundación fue del entonces Obispo de
Orihuela, el ovetense Victoriano Guisasola y Rodríguez que ocupó la Sede
Episcopal oriolana desde el 16 de junio de 1882, hasta que fue preconizado como
Arzobispo de Santiago de Compostela, en junio de 1886.
Diez días antes de posesionarse las religiosas de su
casa-asilo, la Corporación Municipal oriolana que presidía interinamente el
liberal de las huestes de Trinitario Ruiz Capdepón, Tomás Soler Más, se daba
por enterada de dicha iniciativa a través de una comunicación del Prelado, a la
que se le respondía que se le prestaría cooperación y apoyo “en beneficio de
los desgraciados”.
La recepción
En esos días del mes de mayo, desde Valencia emprendían el
viaje ocho religiosas al frente de las cuales iba su superiora sor Rosalía de
los Desamparados y la maestra de novicias de la Congregación, sor María de
Jesús que ostentaba la representación de la fundadora y superiora general.
Desde Cox, acompañadas por el vicario general de la
Diócesis, Juan Solís y Fernández, arribaban a la ciudad a las 17,21 horas del
día 12, siendo recibidas con repique de campanas en la puerta principal de la
iglesia de las Santas Justa y Rufina por el Obispo Guisasola, el alcalde, el
juez de 1ª Instancia, los representantes del Cabildo Catedral y del Excmo.
Ayuntamiento, caballeros y señoras de San Vicente de Paul e Hijas de la Caridad
del Hospital y de la Misericordia.
En procesión se dirigieron hacia el altar mayor donde se
entonó un ‘Te Deum’, oficiando Victoriano Guisasola y Menéndez. Tras ello, el
Prelado pronunció una plática alusiva al acto, dando después la bendición. A
continuación, el cortejo se dirigió a la casa-asilo donde fueron presentadas
las religiosas a las ancianas allí acogidas hasta la fecha, y fue firmada el
acta de fundación.
Sor Teresa de Jesús
Pasan casi cuatro meses, para que el 8 de septiembre,
festividad de Nuestra Señora de Monserrate, se bendijera el oratorio de dicha
casa-asilo.
El 30 de diciembre de 1885, tal como ordenaban las
Constituciones de la Congregación de las Hermanitas de los Ancianos
Desamparados, sor Teresa de Jesús Jornet, como superiora general efectuaba la
visita al Asilo de Orihuela. Las virtudes y la labor fundacional de esta
religiosa hasta su fallecimiento de 103 asilos en España y América le fueron
reconocido por la Iglesia, al ser beatificada el 27 de abril de 1958 por el
Papa Pío XII, y posteriormente canonizada por Pablo VI, el 27 de enero de 1974.
La ampliación
En el acta que se levantó con motivo de la visita de sor
María Teresa de Jesús al Asilo oriolano, se detallan todas las instalaciones
del mismo referenciándose que, a expensas del citado Obispo fue necesario
ampliarlo, debido a que el edificio quedaba pequeño para alojar a los asilados
que en esas fechas eran 19 ancianos y 20 ancianas.
Se construyó la capilla y la sacristía, entronizándose a
Nuestra Señora de los Desamparados, Patrona de la Congregación. Así mismo,
constaba de las siguientes dependencias: la portería; la cocina y la despensa;
los refectorios de ancianos y ancianas; la estancia para mujeres con salida al
patio, en el que se disponía el lavadero; las enfermerías de hombres y mujeres;
la ropería; dos dormitorios para ancianos; la sala de recibir; el claustro de
las religiosas y su dormitorio con camas de hierro; la sala de labores y el
despacho de la superiora.
Las obras y la capilla fueron inauguradas a las 10 horas del
día 1 de enero de 1886 por el Obispo, predicando el jesuita José María Lasquíbar
Yurramendi. Con tal motivo una persona caritativa obsequió a los asilados con
una comida extraordinaria. Un año después fueron entronizadas en el altar
mayor, flanqueando a la imagen de Nuestra Señora de Desamparados, las tallas de
San José y Santa Marta, llegadas desde Barcelona por encargo de José Roca de
Togores y Juan Solís, respectivamente.
La despedida
Recordamos la vinculación con muchas familias oriolanas que
con motivo de alguna celebración obsequiaban a los asilados con comidas
extraordinarias, al igual que lo hacía todos los años el Ayuntamiento en días
navideños y en la Feria de Agosto. Así como, en otras efemérides como en la
Coronación de la Nuestra Señora de Monserrate, en 1920.
Por otro lado, era frecuente que jóvenes ayudaran a servir
las comidas algunos domingos y otras festividades. De igual forma que muchas
instituciones y empresas han estado siempre dispuestas a ayudar al Asilo.
Todo pasa con el tiempo, desde aquel lejano día del 12 de
mayo de 1883 en que llegaron las monjas o Hermanitas de los Ancianos
Desamparados a Orihuela, al igual que la otra fecha cuando la dejaron huérfana
de su caritativa presencia.
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