Arxiu diari: 22 de gener de 2021

EL ESCUDO DE LOS CONDES DE REVILLAGIGEDO LABRADO EN PIEDRA Y SITUADO EN LA CISTERNA DEL CONDE EN RIBA-ROJA DE TURIA (1ª parte)

J.V. CALATAYUD CASES, CRONISTA OFICIAL DE RIBARROJA

LA PERIPECIA

Entre  los  contados  papeles  recuperados  del  archivo  del  Cronista  Salvador  Cerveró quien  fue también  apoderado  del  Servicio  de  Defensa  del  Patrimonio  Artístico  en  los años cincuenta del siglo veinte se encuentra una copia del Acta levantada a propósito del  derribo  de  la  caseta  de  acceso  a  la  cisterna  del  pueblo  que  fue  puesta  en funcionamiento   en   1762   bajo   los   auspicios   de   Juan   Francisco   de   Güemes   y Horcasitas, primer conde de Revillagigedo.

En  el  Acta  levantada  el  tres  de  octubre  de  1953,  en  el  ayuntamiento,  figura  que  se reúnen el alcalde Salvador Martí Pedrosy el propio SalvadorCerveró Ferrer, ante los que comparece Vicente Folgado Martí, maestro albañil, a propósito de quién le había ordenado  el  mencionado  derribo,  manifestando  éste  que  fue  doña  Milagros  Sanz Monzó  quien  lo  hizo  cuando  trabajaba  para  ella  en  setiembre  de  1949, pero  que  se hizo  con  autorización  escrita  del  ayuntamiento  y que se  había  limitado  a  sacar  una serie de grandes piedras y rellenar de escombro el acceso bajo cota de calle, dejando fuera  dichas  piedras  y  estando  ya  derruido  el  tramo  superior  de  la  bóveda  de  la escalera  de  acceso,  según  manifestaba.  Del  acta  levantada  se  dio  traslado  al delegado regional del Patrimonio Artístico Nacional.

En un informe adjunto fechado el mismo día tres y mecanografiado por el propio señor Cerveró, se detalla como él mismo y Salvador  Ruiz Ballester, a la sazón concejal del ayuntamiento  y  maestro  de  obras  municipales  se  personaron  en  la  calle  Horno  Viejo para revisary  retirar  las  piedras  que  habían  sido  apartadas  allí,  tratándose  de  un escudo de piedra, unas piedras de cierto tamaño que conformaron los escalones y una lápida de dos metros treinta y ocho por cincuenta y cuatro centímetros. Por su peso y tamaño las piedras, una vez inventariadas, quedaron arrimadas en el mismo lugar.

El  informe  mencionado  dedica  la  primera  páginaa  la  descripción  del  escudo  que en ese momento media 80 x 60 x 20 cm., habiendo sufrido posteriormente la pérdida de algunos trozos en el continuo trasiego al que fue sometido desde esa fecha. No vamos a copiar aquí la descripción puesto que el cronista Cerveró al no tener conocimientos de heráldica hace un relato de lo que cree ver, siendo algunos motivos correctamente descritos y otros no.

A  continuación  describe  las  piedras  de  los  escalones  y  la  lápida,  que  en  aquel momento  estaba  integra  aunque, como  le  sucedió  al  escudo que  ha  ido  perdiendo pedazos, los diversos trasiegos originaron que acabase partida en dos y con una ligera pérdida en la línea de rotura, no nos ocupamos de ella en este estudio, pero Cerveró comenta que la lápida debió estar como dintel en la caseta de acceso a la cisterna y el escudo encima, aunque sabemos ahora que el escudo se labró para otro lugar siendo ambos de fecha distinta (1762 y 1897 respectivamente)

Con  el  paso  del  tiempo se  perdió  la  memoria  de  la  antigua  cisterna  y  de  las piedras, llegando casi a  olvidarse la  existencia  de  aquella  y  el  paradero  de  estas.  Años  después,  estando  las  escuelas  parroquiales  en  la  plaza  del  ayuntamiento,  Salvador Silvestre  Larrea,  maestro  en  las  mismas,  en  una  salida  con  alumnos  hacia  el  casco viejo  se  fijó  en  las  piedras  cerca  del Pou  de  Baixy  viendo  los  dibujos  del  escudo decidieron  ingeniárselas  para  subirlo  hasta  la  escuela; en  el  año  setenta  y  uno  las aulas  de  las  escuelas  parroquiales  se  trasladaron  al Instituty  el  escudo  de  piedra quedó arrinconado en el edificio que pasó a ser utilizado como Club Juvenil parroquial.

Sin  tener  mucha  idea  en  aquellos  momentos  de  lo  que  el  escudo  representaba  pero considerando por su apariencia que debía evitarse su pérdida o abandono en vistas de que  iba a  producirse  una  rehabilitación  del  edificio  para  dedicarlo  a  Casa  Abadía lo comuniqué  al  ayuntamiento  que  en  Comisión  Permanente  de  veintiuno  de  mayo  de 1980 aprobó solicitar al cura párroco autorización para recoger “el escudo de la villa que  está  en  las escuelas  parroquiales”  y  que  se  recogieran  y  se  buscase  el “aprovechamiento de todos los sillares de carácter histórico local”

Escudo  y  lápida  volvieron  a  dormir  el  sueño  de  los  justos  durante  quince  años  hasta que  presenté un  informe  el  veinte  de  octubre de  1995  para  que  el  ayuntamiento  lo reservara y dejara de servir de soporte de un panel a la entrada del consistorio; en ese momento ya se indicaba que podría tratarse del escudo que según la documentación que  Enrique  Jarabú  y  yo  habíamos  consultado  en  el archivo  parroquial  y  según  un escrito de Salvador Cerveró, “Batejat  soc  en  ta  Pila” se habría hecho  labrar en  1897 para colocar en el presbiterio de la iglesia parroquial.

El veintidós de abril de 1997 presenté un nuevo informe como consecuencia de haber localizado en el archivo municipal copia de los escritos de Cerveró que he mencionado al  principio;  el  escudo  acabó en  un  almacén  municipal  donde  sirvió  de  mesa  de improvisados  almuerzos  y  aparador  de  polvo  así  como  cenicero  mientras  seguía deteriorándose dada la fragilidad de la piedra caliza.

Finalmente  en  marzo  de  2010  se  inauguró  la  rehabilitación  de  la  cisterna  y  se reconstruyó  la  caseta  de  acceso  situando  sobre  la  puerta  la  lápida,  quedando  el escudo sobre la escalera de acceso frente a la entrada desde la calle.

LAS FIESTAS DEL CENTENARIO Y EL ESCUDODEL PRESBITERIO

Según  las  notas tomadas  por Enrique  Jarabú en  octubre  de  1995,  en  el  escrito redactado por Salvador Cerveró Ferrer en julio de 1933con el lema “Batejat soc en ta Pila”con información obtenida en el archivo parroquial se menciona cómo el trece de enero de 1897 se había producido una junta general a la que asistieron el señor cura, representantes del ayuntamiento y de la junta de fábrica  así como de los principales contribuyentes   en   la que   el   señor   cura   propuso   nombrar   al   señor   conde   de Revillagigedo  como  clavario  mayor  de  unas  fiestas  que  se  celebrarían  el  diez  de octubre de ese año con ocasión del centenario de la Traslación y que

por  lo  enlazado  que  va  su  nombre  con  la  historia  de  la villa,  de  la  cual  ha  sido dueño  y  señor  y  por  la  parte  principalísima  que  siempre  ha  tenido  desde  el principio  hasta  la  terminación  de  este  templo  parroquial,  por  lo  cual  ha  merecido que su escudo condal se esculpiera en la parte culminante del altar mayor…

 el señor conde aceptó la invitación y ofreció mil reales para los festejos y dos mil parala terminación de la obra que seestaba haciendo en la iglesia.

Hace  unos  años  el  ayuntamiento  de  Riba-roja  tuvo  la  ocasión  de  contactar  de  nuevo con  la  casa  de  los  condes  de  Revillagigedo  y,  gracias  a  los  contactos  habidos,  don Álvaro Armada y Barcáiztegui, conde de Güemes en aquel momento tuvo el gesto de aportar   un   copia  de   los  rollos  de   microfilm   que   contenían   buena   parte  de   la documentación del archivo Revillagigedo referida a la baronía de Riba-roja, que pudo digitalizarse con su autorización. En dicha documentación y en el legajo once, número dos,se encuentra la carpeta que recogeel episodio del nombramiento mencionado.

Pese a que la documentación recuerda las notas obtenidas en el archivo parroquial su singularidad reside en que contiene la correspondencia original firmada por Francisco Poquet, cura ecónomo, Joaquín Pedrós, alcalde y Salvador Peydró, secretario; la carta es  del  siete  de  enero  y  aclara  que la  Junta  tuvo  lugar  el  día  uno  y  se  hizo  pública “desde  el  púlpito”  el  día  seis. En  la  carta  se  menciona  que  “agradecida  a  tanto desprendimiento ha  puesto sobre  el  altar  mayor  el  escudo  de  su  señor  y  dueño Excmo Sr. conde de Revillagigedo”.

La carpeta contiene una carta del apoderado, Tomás Sebastián, en la que informa del cursode  asuntos  de  las  baronías  de  Benilloba  y  Riba-roja,  empezando  por  ésta  en relación a la marcha de las obras para el centenario en la iglesia en el mes de mayo; así menciona obras en el presbiterio, la terminación de la segunda torre, el enlucido de la fachada y la donación de una estatua del Sagrado Corazón por el señor Pastor, así como del apostolado completo a costa de diversos devotos y terratenientes, de los que cita  a  Fernando María  Pastor  (colegio  y  asilo  convento), Ibáñez de  Lara  (Mas  de Escoto) y Nocedal(masía de Poyo).

Se  mencionan  también  otra  serie  de  donativos,  pero lo  que nos  interesa  saber en resumen que un escudo de los condes de Revillagigedo labrado en piedra estaba ya efectivamente  colocado  en  algún  lugar  preeminente  en  el  presbiterio  sobre  el  altar mayor el uno de enero de 1897, así como que los doce apóstoles, estaban colocados en sus nichos en la iglesia a mitad de dicho año, por lo que veremos más adelante.

EL ESCUDO LABRADO EN PIEDRA

Tenemos por   tanto   que   en   Riba-roja   existe   un   escudo   de   piedra localizado actualmente a la entrada de la cisterna y reputado como que había estado situado allí en la fachada de acceso original al menos en 1949 y, por otro lado, que en 1897 había un escudo labrado en piedra en algún lugar del presbiterio “sobre el altar mayor” y que no  existe  en  la  actualidad  sin  que  se  sepa  que  sucedió  con ély  donde  pudiera encontrarse.

Por  suerte hay documentación  escalonada  en  el  tiempo que  nos permite  aventurar conclusiones respecto al escudo que “se puso” sobre el altar mayor:

a)Los  planos  originales  de  Vicente  Gascó  de  finales  del  siglo  XVIII.  En  el  perfil cortado que  permite  ver  la  propuesta  para  el  presbiterio  se  aprecia el  altar tridentino, sobre él el sagrario, a continuación el nicho para la imagen titular, una cenefa corrida sin  más y  sobre  el ánditodos  grandes  figuras  de ángeles tenantes  con  el  escudo mariano coronado.

b)Una  foto  presuntamente  datada  en  el  momento  del  centenario,  lo  que  parece cierto  por  determinados  detalles  como  la  suntuosa  sillería del  altar  mayor y  otros;en todo caso lo interesante es que la foto es anterior a la guerra civil española. También es importante que se trate de una foto de una calidad envidiable para la época por el campo   que   abarca   en   el   interior   y   porque   permite   una   ampliación   apreciable (trabajando con copia de copia) sin pixelarse, lo que deja apreciar ciertos detalles.

En la foto se puede comprobar que se han seguido los planos con bastante fidelidad en la parte del presbiterio, están los ángeles pero en el centro de la cenefa hay ahora un  escudo,  cuyos  detalles  no  se  aprecian por  lo  que habría  que  tratar  de  contrastar sus  medidas   para versi podría  corresponderse   con   el  que   conocemos   en   la actualidad.

c)Lo anterior puede compararse con fotos posteriores a la guerra; así en otra foto de  los  sesenta  se  pueden  apreciar  cambios  importantes, se  ha colocado  la  mesa  del altar  separada  del  fondo siguiendo  las  nuevas  normas  del  Concilio  Vaticano  II,  la cenefa tiene un adorno central pero de tamaño ajustado al resto y no es un escudo, los ángeles siguen allí pero observando la foto con atención se observa que no son como los  originales,  aparentando  haber  sido voluntariosamente “recompuestos” pero  sin mucha pericia.

En la iglesia también han desaparecido las estatuas de los apóstoles. Actualmente los ángeles han sido suprimidos por su estado y por ocultar parte de las pinturas murales de la bóveda cuando fueron restauradas.

Lo  anterior  permite conjeturar que el escudo de piedra que “se puso” sobre el altar mayor  en  1897,  estuvo  en  el  centro  de  la  cenefa  sobre  el  altar,  bajo  el ándito y desapareció de allí probablemente durante la guerra, como sucedió con los apóstoles y como parece fueron mutilados los ángeles de la bóveda y si se mantuvo durante la contienda,  en  todo  caso  había  desaparecido  de  su  lugar  al  menos  antes  de  1949 cuando apareció enla cisterna, puesto que parece evidente que se trataría del mismo escudo; queda la cuestión de cómo pudo llegar desde su lugar original al suelo porque tratándose  de  piedra  caliza,  aunque  tiene  desperfectos,  de haber  sido  arrancado  se habría destrozado al caer de tanta altura.

Y  ya  hemos  dicho  que en  la  foto  del  altar  mayor  de  1897  aparece  en  la  cenefa  un escudo, lo que ha sido confirmado por testimonios orales de gente de avanzada edad, si  bien  ni  la  foto  ni  los  testimonios  pueden aclarar  sus  detalles; actualmente no  hay base documental para pensar que hubiera dos escudos de piedra similares porque en la documentación ni en el archivo Revillagigedo ha aparecido mención alguna.

Teniendo en cuenta que el escudo labrado en piedra se colocó en 1897 siendo conde de Revillagigedo (VI) don Álvaro Armada Fernández de Córdoba y no se corresponde con sus  apellidos,  y  pese  a  que  los  dos  primeros  cuarteles  son  los  de  Güemes  y Horcasitas el  todo tampoco  corresponde  al  primer  conde de Revillagigedo,  siendo  el detentador del escudo don Álvaro Armada y Fernández de Córdoba queda por analizarlas  distintas  ramas  familiares  para  poder  entender cómo se  gestó  el  escudo  que actualmente está en la cisterna y cuáles son los motivos que justificarían dicho escudo de  armas  por  los  linajes  representados  de  acuerdo  a  los  emblemas heráldicos y ornamentos exteriores que contiene.

LOS LINAJES

Don Álvaro Gonzalo  Juan  Fernando  Tristán  Sancho  Antonio  Rodrigo  Diego Pelayo  Rainiero  Mendo  Nuño  Gabriel  García  Raimundo  Jaime  de Armada, Fernández de Córdoba, Valdés y Güemesnació en Gijón (Asturias) el ocho de febrero de 1843. […]

VI conde  de  Revillagigedo(R.C.S.  de  5  de  agosto  de  1871), Grande  de España, VII marqués de San Estebandel Mar de Natahoyo(R.C.S.de 17 de febrero de 1890), IV condede Güemes(desde 1871), XVII Adelantado Mayor de  la  Florida,  marqués  de  Canillejas  (que  cedió  a  su  hermana  Isabel), Caballero  de  la  Orden  de  Montesa  (1897)  y  de  la  Orden  de  Carlos  III  (1899). Caballero de la Real Maestranza de Valencia (1833). Gentilhombre de Cámara de S.M. con ejercicio y servidumbre. Coronel honorario de Artillería, con uso de uniforme. Senador vitalicio de Gijón. Diputado a Cortes.[…]

Casó […] el 29 de mayo de 1872 con doña Maríadel Carmen Rafaela Ignacia Romana  Lopa  Josefa  Petra  Antonia  Luisa  Fernanda  de  los  Ríos Enríquez, Miranda de Grado, Valdés y Valdés. […]

Don Álvaro falleció en Deva (Gijón) el 23 de setiembre de 1907.

El  texto  anterior  representa  literalmente  la  primera  parte  de  la  contraportada  del  libro “Las noticias sobre la familia Armada. Los protagonistas. Condes de Revillagigedo” cuya  autoría  (figura  como  anónimo)es  de  uno  de  sus  descendientes  recientes  y  fue publicado  en  Madrid  en  2002.  En  él  hemos  marcado  en  negrita  elementos  que intervienen   en   el   desentrañamiento   de   diversos   elementos   del   escudo   que   se encuentra actualmente en la Cisterna de Riba-roja. A estos elementos cabría añadir la mención  de  sus  abuelos  paternos  y  de  sus  padres,  marcando  igualmente  en  negrita los  elementos  clave;  el  abuelo  fue  Juan  Antonio Armada Ibáñez  de  Mondragón y Guerra siendo la abuela María del Rosario Benita Fernanda Valdés-Inclány Ramírez de Jove; a su vez los padres fueron Álvaro José María Benito Armada Valdés-Ibáñez de  Mondragón y Ramírez  de  Jove y  María  Manuela  de  la  Paciencia  Fernández  de Córdoba y Güemes.

La  familia  es  Armada  pero  en  nuestro  caso  intervienen  cinco  ramas,  los  Armada, Valdés, Ramírez de Jove, Ríos Enríquez y Güemes(Revillagigedo).

Fuente: http://www.ribarroja.es