El sistema defensivo de Serra supone un hecho «muy singular» y todos los restos se pueden visitar.
JAUME LITA
Desde el corazón de la Sierra Calderona se puede controlar el paso por el valle del Turia y el acceso al sistema montañoso que separa las provincias de Valencia y Castellón en dirección hacia Teruel. En torno al siglo XII se construyó un auténtico sistema defensivo que permitía vigilar esta zona natural de paso, un sistema «muy singular» por la proximidad entre las cinco construcciones que la forman. La Torre de la Ermita, la de Ria, la de Satarenya y la Torre del Señor de la Villa se sumaban al Castillo para controlar la Calderona. Serra mantiene hoy en día las construcciones que la defendieron hace siglos.
Este enclave situado en el norte de la provincia de Valencia era el indicado para «evitar la marjal que existía junto al mar» cuando se pretendía viajar hacia Castellón y Teruel. Es por ello, y según explica el cronista de Serra, Policarp Garay, que las cinco construcciones suponen un ejemplo «muy singular», dada la proximidad entre las obras de la época medieval-islámica para controlar «el paso natural por esta zona de la Calderona. Tal vez puedan existir otros casos, pero se trataría de un sistema defensivo más amplio para controlar una zona de mayor dimensiones. El de Serra es especial por la zona tan concreta que vigilaba».
La construcción de referencia es el Castillo de Serra, que dataría de entre los siglos IX y X (plena época islámica) del que queda una torre y un par de muros, aunque sobre la montaña que recibe el nombre de la construcción se pueden observar algunos restos más de la planta total de 600 metros cuadrados que tenía la construcción. Desde este punto se puede ver tanto el golfo de Valencia como el inicio de la Sierra Calderona.
Para entender los motivos por lo que Serra y esta zona tuvieron que construir un sistema defensivo «casi único» hay que acudir a POLICARP GARAY, CRONISTA DE SERRA, quien apunta que el municipio llegó a estar considerado ‘amal’, lo que actualmente vendría a ser capital de comarca, y que su influencia se extendía por buena parte de la Sierra Calderona y hasta casi la huerta de Valencia. Por otra parte, Jorge Gil, arquitecto municipal, concreta que si se construyeron esta serie de torres es «por razones defensivas», datando el resto de construcciones entre los siglos XII y XIII, época en que la Corona de Aragón empezó a ampliar territorios hacia el sur.
En lo alto de la montaña se situaba el Castillo de Serra y a sus pies estaba la Torre de Satarenya a la izquierda, la Torre de Ria a la derecha y dentro del casco urbano la Torre de la Ermita y la Torre del Señor, que formaba parte de una casa-palacio de la que actualmente aún se pueden contemplar algunos restos en la vía pública. ¿Cómo se comunicaban entre las diferentes torres? Según el cronista de Serra « a través de un sistema visual gracias al fuego: luz por la noche y humo por el día». Las cinco construcciones históricas de Serra se pueden visitar, incluso el Ayuntamiento maneja sendos proyectos para que en el caso de la Ermita y del Señor se pueda acceder y contemplar las vistas desde su punto más alto.
El Castillo de Serra
Es, de las cinco, la construcción más antigua. Jorge Gil, técnico municipal del Ayuntamiento de Serra, estima que dataría del siglo IX – X, siendo de «origen islámico», aunque se habrían realizado diferentes obras con el paso de los años. Actualmente de una construcción de 600 metros cuadrados de planta quedan la Torre del Homenaje, que sirve de acceso a los restos, y sus dos muros colindantes. Al final de la zona aún se puede observar la base de una pequeña torre que tenía el Castillo. Existe una ruta de montaña que permite iniciar el camino en el mismo pueblo de Serra y concluir con la ascensión al Castillo para poder revivir las imágenes que veían desde lo más alto de la montaña aquellas personas que habitaron antiguamente la zona. Es el punto clave y del que después se origina el sistema defensivo de la localidad.
Según apunta el cronista del Ayuntamiento, curiosamente desde el Castillo se tiene contacto visual con tres de las cuatro torres, quedando fuera del campo de visión la Torre del Señor, que se encuentra dentro del casco urbano.
Torre de Satarenya
También conocida como Torreta de Náquera. POLICARP GARAY explica que «permitía controlar el enclave en el que se encontraba la antigua alquería de Náquera, que pertenecía a la zona de Serra». Actualmente es la que en peor estado de conservación se encuentra. En lo alto de la montaña en la que se ubica apenas queda la base completa de lo que fuera una torre vigía construida en época almohade.
Jorge Gil, por su parte, estima que la de Satarenya fue la obra en la que menor tiempo se empleó para su construcción, motivo al que habría que sumar su ubicación en una zona abierta para intentar justificar su estado actual ante otros restos mejor conservados.
Torre de Ria
De todas es la más escondida. Su ubicación no está hecha al azar, sino para defender a la población que allí residía. En la época islámica esta zona ya a las afueras de la actual población de Serra, era un territorio diferente, no pertenecía a Serra y tenía consideración propia. Llega incluso a constar en el Llibre del Repartiment de Jaume I como municipio independiente a Serra.
Situado en una zona próxima a dos fuentes importantes como la de l’Ombria y Sant Josep, este núcleo poblacional necesitaba una construcción de seguridad y así se construyó la Torre de Ria. Actualmente se encuentra en estado de abandono, pero desde el Ayuntamiento de Serra puntualizan que existe un proyecto para recuperar esta zona de la antigua torre.
Torre de la Ermita
En los últimos meses se han llevado a cabo obras de restauración de esta antigua construcción con el proyecto de Hadit Arquitectos. Jorge Gil, técnico municipal, puntualiza que en la Comunitat Valenciana no hay otra torre de este tipo que fuera construida con el método de agujas dobles para ir formando el tapial. Sus muros son tan gruesos para la única altura que tiene que bien se podría estimar que o la Torre en sus tiempos llegó a ser mucho más alta o que bien el proceso de construcción se detuvo al llegar a la altura actual.
Esta construcción permitía alcanzar el contacto visual directo con el castillo que desde dentro del pueblo, en la Torre del Señor, no se podía por la orografía. Situada en la parte más alta del municipio conectaría con la torre del casco urbano mediante un sistema de murallas y permitiría controlar desde mayor altura las zonas de acceso desde Náquera como de otros puntos del interior de la Sierra Calderona.
El proyecto municipal de recuperación concluirá con una musealización que permita el acceso y subida a la torre para contemplar desde las alturas todo el municipio de Serra y sus montañas.
Torre del Señor
Emblema de Serra. Está situada en el centro del casco urbano y es el único resto de la casa-palacio que existía en este mismo lugar, aunque «las viviendas colindantes recogen la trama que tuvo la antigua residencia del Señor de la Villa y otra casa presenta en su fachada el antiguo arco de acceso de carros y caballerizas. Lo que hoy en día es el casal de la fiesta de Sant Roc era la bodega de la casa-palacio», explica POLICARP GARAY. Por su parte, Jorge Gil explica que «es un calco» de la torre islámica de Bofilla que se sitúa en el término municipal de Bétera. Se trata de una torre defensiva de tres alturas y que tenía a su alrededor la vivienda a la que protegía.
En 2019 se procedió a la rehabilitación de sus muros exteriores, con el proyecto de David Llorens, para que en un futuro y tras seguir las fases oportunas se pueda visitar y subir hasta la parte más alta.
Fuente: https://www.lasprovincias.es