MIGUEL APARICI NAVARRO, CRONISTA OFICIAL DE CORTES DE PALLÁS
Este año no hay Batalla de Flores, como no hay Feria de Julio; en el Real y el Paseo de la Alameda de Valencia. Es un 2020 de pandemia, de restricciones de encuentros sociales. Y no ha lugar a «retener el consumo de los valencianos en la ciudad, evitando su pronta diáspora estival a las segundas residencias»; motivo por el que Pascual Frígola, Barón de Cortes y Presidente de lo Rat Penat, instituyó el evento en 1891. El valenciano, que ha estado encerrado hasta ahora, está ahora literalmente escapado; si no a la playa sí a las tierras más abruptas de nuestro interior, justo por donde queda el pueblo de Cortes de Pallás y otros de la misma fresca y despoblada naturaleza.
No le va a ir mejor a la cántabra Laredo, cuya Batalla de Flores -declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional- debería mostrarse el viernes 21 de agosto; bien que como «desfiles de florísticas carrozas» sólo. Con millón y medio de dalias, margaritas y clavelones formando parte de sus espectaculares figuras móviles, a lo largo de la Alameda de Miramar. Alcanzando Laredo, con esta fiesta que surge en 1908, el nada modesto epíteto turístico de «Capital Mundial de la Flor».
La misma cancelación le cayó a la de Córdoba, que tuvo que haberse celebrado el 26 de abril (en el paseo de la Victoria); con más de 100.000 claveles, estos sí: arrojados. En una Batalla que algunos quieren datar en 1915.
Habiéndose escapado del confinamiento, por los pétalos, la de Málaga; ya que se celebró el 29 de febrero, en la calle Larios. También en plan carrozas y acompañadas de doscientos kilos de hojitas de flor («me quiere, no me quiere…»), abultados con una tonelada de confeti. Y al menos, en origen, con espíritu guerrero; ya que parece proceder, desde el siglo XIX, en el lanzamiento de flores que la clase obrera hacia a la nobleza que paseaba en sus carruajes durante las fiestas del Carnaval.
Bien… ¿Quiere esto decir que este Cronista renuncia a celebrar su encuentro anual con la figura del Barón homónimo de territorio?. De ninguna manera. ¡Último domingo de julio!.
Y si no hay Batalla de Flores, ¿de qué modo nos acordaremos de don Pascual Frígola?
¿Hablando del interesante libro sobre Teodoro Llorente, alma de este diario LAS PROVINCIAS, y de la correspondencia culta que mantuvo con la segunda esposa del Barón Ana María Paulín de la Peña (precisamente hermana de la Condesa de Ripalda, la del palacete de la Alameda)?
¿Refiriéndonos al atractivo turístico de un municipio de interior, como Cortes de Pallás, que tiene su río Júcar al pie; recorrido por un ‘bateau mouche’, cual por ‘fiordo valenciano’? ¿O de sus huertas moriscas, regadas por el barranco de la Barbulla; que, tras las importantes lluvias primaverales, ofrece al visitante cascadas y chorradores de aguas fresquísimas donde bañarse en plan «limones salvajes del Caribe»?
¿O de su espectacular Castillo de Chirel? Masada, entre acantilados, que fascina y atrae. Que impresiona y… ha estado abandonado de restauración y de accesos. Hasta cuya enhiesta gótica puerta (de dovelaje blasonado, tranca y guía de rastrillo) acaban de abrir una pista forestal con maquinaria…
Caliente, caliente… Vamos a quedarnos con Chirel. Pero no olviden que, ahora, sólo se puede subir los domingos. Y lleven bocadillo y agua y crema solar y cámara de fotos.
Vayamos a las flores del Barón de la Batalla de Flores: María, Matilde, Pascual y Carlos. Esquejes de clavelones que han dado lugar a una larga e interesante saga familiar, colmada de títulos nobiliarios.
El último hito… el 3 de este mes de julio. En el Boletín Oficial del Estado.
Por el que se concede, sin perjuicio de tercero de mejor derecho y previo pago del impuesto correspondiente, el título de IV Barón del Castillo de Chirel.
¿Otro de mejor derecho?. Era el título de su padre (Carlos Muguiro Ybarra), aunque el nuevo poseedor tenga una gentil hermana mayor. Y todo viene desde nuestro Barón de las Flores, para cuyo hijo Carlos Frígola Palavicino Alfonso XII creó la titulación en 1875.
Estrenamos, pues, valenciano Barón del Castillo de Chirel de Cortes de Pallás; aunque viva en Madrid. Y, perdido ya el ‘Frígola’, lleve por nombre Carlos José Muguiro y Serrano-Súñer. Sí, descendiente directo por vía materna, del histórico Don Ramón.
¡Ojo!, además de Conde de Muguiro, también Barón de Bicorp (pendiente) y Barón de Benedrís (en el término de Bicorp).
Fuente: https://www.lasprovincias.es