EL TEMPLO DE SANTA MARÍA CUMPLE 60 AÑOS COMO CO-CATEDRAL DE LA DIÓCESIS DE SEGORBE-CASTELLÓ

La silla episcopal se trasladó a la capital de la provincia el 23 de julio en cumplimiento del Concordato de 1851

El templo de Santa María cumple hoy su 60 cumpleaños como co-catedral de la Diócesis de Segorbe-Castellón. Sucedía en 1960, más de 100 años después de que se firmara el Concordato de 1851 entre Pio IX e Isabel II, que redistribuyó las diócesis del territorio español y contempló el traslado de la silla episcopal de la provincia a Castellón, como capital del territorio. La construcción de la nueva iglesia, demolida durante la Guerra Civil impulsó por fin el cambio, que se decretó en 1957 . El primer obispo de la co-catedral fue Pont i Gol.

ESPERANZA MOLINA/ CASTELLÓN INFORMACIÓN

La Iglesia de Santa María, en la plaza Mayor de Castelló, fue elevada al rango de co-catedral hace hoy 60 años. Un momento importante para la capital de la Plana, que se llevaba esperando más de 100 años, por el que la silla episcopal, que se ubicaba en Segorbe, pasó a ubicarse en la capital de la provincia.

El Concordato de Pio IX

El origen de aquella decisión se remonta al Concordato firmado por el Papa Pío IX y la reina Isabel II en 1851.

Aquel Concordato, firmado bajo el Gobierno de Bravo Murillo, reestablecía las relaciones entre la Iglesia y el estado español, muy deterioradas desde las Cortes de Cádiz (1912) y las sucesivas desamortizaciones de los hasta entonces innumerables bienes de la iglesia en España.

Con el Partido Moderado en el Poder, y tras la Ley de Donación de Culto y Clero de 1845 que había devuelto a la Iglesia parte de los bienes desamortizados que no se hubieran vendido, el Concordato de 1851 reestablecía las relaciones entre el Estado y la Iglesia Católica.

Con este documento se devolvía a la Iglesia mucha de la influencia que había tenido en el Estado, la garantía de que sus bienes no serían objeto de una nueva desamortización y también la capacidad de ‘velar por la pureza de la fe’ en centros educativos y universidades.

Pero en lo que afecta a Castellón, aquel Concordarto fue importante porque fijaba el número de diócesis que existirían en España, ligeramente inferior al número de sedes episcopales (ocupadas o vacantes) existentes en aquel momento: “Art. V. En atención a las poderosas razones de necesidad y conveniencia que así lo persuaden, para la mayor comodidad y utilidad espiritual de los fieles, se hará una nueva división y circunscripción de Diócesis en toda la Península e islas adyacentes. Y al efecto se conservarán las actuales Sillas metropolitanas de Toledo, Burgos, Granada, Santiago, Sevilla, Tarragona, Valencia y Zaragoza, y se elevará a esta clase la sufragá de Valladolid.” (Dipúblico.org)

En este mismo apartado, se señalaba que: la Silla Episcopal en Calahorra y la Calzada se trasladaran a Logroño; la de Orihuela a Alicante; y la de Segorbe a Castellón de la Plana cuando en estas ciudades se halle todo dispuesto al efecto y se estime oportuno, oídos los respectivos Prelados y Cabildos” (Monsonís, MV, 1998).

Cabe suponer, cómo se recibiría la noticia en Castellón y cuanto trabajaron porque todo estuviera dispuesto durante aquel siglo. Pero el tema quedó dormido. Ya en el siglo XX, los sucesos de la época no fueron los más idóneos para llevarlo a cabo..

De esta forma llegaría la Guerra Civil Española, que entre 1936 y 1937 se llevó por delante el antiguo templo de Santa María. Si fue difícil antes, más lo fue después con la dureza de la posguerra, en una capital sin su templo de referencia, sumergido en poder salir adelante.

La construcción de la nueva Iglesia de Santa María comenzó nada más acabada la guerra. Era un proyecto muy personal del arquitecto Vicente Traver Tomás, del que se cuenta que, sometido a estrecha vigilancia en su propia casa; con parte de su familia víctima de aquella contienda y señalado con el dedo, comenzó a diseñar el nuevo templo durante la demolición de la iglesia.

Según Monsonís Monfort (Monzonís, MV. 1998), Traver dibujaba y concebía la reconstrucción del templo, disfrazando su trabajo con nombres de edificio y calles de París… por si lo pillaban.

La reconstrucción de Santa María fue muy dificultosa, mucho dinero para una época de pocos recursos, que Salió adelante gracias al empeño de la ciudad.

Pero Castellón aspiraba a la silla Episcopal y así se lo hacía saber al Gobierno de España cada vez que tenía ocasión de hacerlo. Uno de los impulsores y defensores fue Mosen Juan Cardona Vives.

Según las mismas fuentes, la petición fue repetida en muchas ocasiones. Alguna de ellas registrada en 1941, aprovechando la visita del Ministro de Asuntos Exteriores al que se le recordó el Concordato de 1851. En 1953 se formula una nueva petición conjunta de la Diputación provincial y el Ayuntamiento.

El Concordato de 1953

Sin embargo, fue a raíz de la firma de un nuevo Concordato con la Santa Sede, el 27 de agosto en 1953, cuando se incluyó en el artículo IX, apartado 1º: “A fin de evitar, en lo posible, que las diócesis abarquen territorios pertenecientes a diversas provincias civiles, las Altas Partes contratantes procederán de común acuerdo a una revisión de las circunscripciones diocesanas. Así mismo, la Santa Sede, de acuerdo con el Gobierno Español, tomará las oportunas disposiciones para eliminar los distintos enclaves (…) I en el apartado 3.- El Estado Español se compromete a proveer las necesidades económicas de las Diócesis que en el futuro se erijan, aumentando adecuadamente la dotación establecida en el artículo XIX. El Estado, además por si o por medio de las Corporaciones Locales interesadas, contribuirá con una subvención extraordinaria a los gastos iniciales de organización de las nuevas diócesis; en particular subvencionará la construcción de las nuevas catedrales y de los edificios destinados a residencia del Prelado, oficinas de la Curia y seminarios diocesanos.” (Montesinos, MV, 1998).

Con el Concordato de 1953, “el Papa Juan XIII firmaba el el decreto de constitución de la diócesis Segorbe Castellón, con un total de 132 parroquias agrupadas en nueve arciprestazgos” (GASCÓ, A, 2007).

Aquel decreto reavivó las obras de Santa María, ahora ya con un aliciente más que justificado y potenció de nuevo las peticiones de la ciudad para que se cumpliera lo establecido. El 2 de febrero de 1954 el presidente de la Diputación y el alcalde de Castelló lo solicitaron al ministro de Asuntos Exteriores, al de Justicia y al Nuncio de la Santa Sede. El alcalde de Castellón, José Ferrer volvió a solicitarlo el 31 de diciembre de 1957.

El Decreto y la bula del Papa Juan XXIII del 31 de mayo de 1960

Y por fin, el 31 de mayo de 1960, el decreto de la Sagrada Congragación Consistorial modificó los límites de las diócesis de Segorbe-Valencia-Tortosa.

El mismo día, la bula del Papa Joan XXIII, dirigida al obispo de Segorbe “dispone en el apartado b) Que conservando la diócesis de Segorbe la dignidad de la cátedra episcopal, quede elevada a la dignidad y grado de concatedral el templo dedicado a la Virgen María en la ciudad de Castellón, con todos los derechos y honores, cargas y obligaciones propias de las concatedrales”.

El decreto se ejecutó durante los días 9, 10 y 11 de julio. La primera persona que conoció la noticia fue el arquitecto Vicente Traver Tomás, que inmediatamente informó de ello a al arcipreste Joaquin Balaguer, y a través de este llegó la noticia a las autoridades.

Tal como Relata el CRONISTA OFICIAL DE LA CIUDAD DE CASTELLÓ, A GASCÓ (2007):

“El 23 de julio de 1960, pocos días después de haberse publicado la bula papal, monseñor José Pont i Gol, obispo de Segorbe desde 1951 y primero de la nueva diócesis, hacía su solemne entrada en Castellón iniciando en la Puerta del Sol la multitudinaria comitiva, con estandartes y banderas de cofradías y asociaciones religiosas, la cual finalizó en la ya, desde entonces, concatedral de Santa María, donde se ofició un solemne «te deum».

Fuente: http://www.castelloninformacion.com