FRANCISCO PÉREZ PUCHE, CRONISTA OFICIAL DE VALENCIA
En las casi 300 páginas del Catálogo oficial de la Exposición Regional Valenciana de 1909 no aparece la máquina de afeitar Gillette mencionada o fotografiada. Ninguno de los casi 1.500 expositores inscritos se refiere a ella, como tampoco lo hacen los numerosos anuncios insertos en el Catálogo, de establecimientos no expositores pero que ofrecían productos y servicios a los visitantes. Pero eso no quiere decir mucho. Tampoco aparece en esas páginas el aeroplano del ingeniero Olivert y miles de visitantes lo pudieron ver en el palacio de la Industria, el edificio que fue Tabacalera y hoy es el Ayuntamiento de Valencia. Seguro que algún gran bazar, alguna tienda de objetos de perfumería y afeitado presentó el estuche de Gillette con su juego de hojas. Porque es muy probable que el prodigioso invento estuviera ya en algunas tiendas de calidad de la ciudad y en algunas casas notables, adquirido por su dueño quién sabe si en Londres o París.
El primer anuncio que podemos encontrar de la Gillette en las páginas de prensa valenciana es de 4 de mayo de 1911. Está en “Las Provincias” y es genérico de la marca; pregona sus ventajas –“ahorra tiempo y dinero, evita todo contagio, no necesita afilador ni suavizador”– e indica que “en todos los mejores establecimientos, perfumerías, cuchillerías, etc. etc. y al por mayor en Eduardo Schilling S. en C.” No sabemos si hubo algún establecimiento aventajado que pusiera a la venta el producto antes de la existencia de una red comercial oficial. Pero no debía ser fácil porque Gillette trabajaba son seriedad bajo el paraguas de sus patentes y entraba en los países paso por paso. Seguramente, 1911 fue el momento en que se estableció en España una red comercial estable de la empresa norteamericana en asociación con Schilling.
Schilling era un prestigioso fabricante de escopetas radicado en Barcelona, que hizo famosa la marca Jabalí en toda España. Primero puso tienda en Madrid y más tarde la abrió en Valencia, en la calle de más prestigio y novedad, la de la Paz, que primero se llamó de Peris y Valero. En octubre de 1905 buscaba dependientes para una armería que pronto fue punto de cita para todo el que quisiera escopetas de caza pero también toda la gama de productos asociados, desde un termo a una navaja suiza.
En realidad fue una tienda de objetos para campo, excursión, deporte y ejercicio al aire libre. Para un lector valenciano basta decir que es el establecimiento que luego se llamó y se llama Altarriba para conocer su sello y el tipo de clientela. De modo que allí –una tienda de clara vocación masculina– empezó a venderse la Gillette, y desde allí se distribuía a perfumerías y otros establecimientos.
Pero la novísima máquina de afeitar no estaba al alcance de todos los bolsillos. La primera compra –25 pesetas, cinco duros– la alejaba de muchos consumidores de clase baja. Cierto que con la máquina daban doce hojas. Pero agotados los 24 filos, cosa que podía ocurrir en seis meses estirando mucho, había que comprar más hojitas de la marca.
Vino entonces el truco, que consistió en apurar los usos mediante el reafilado de las hojas usadas en varios afeitados. Para ello se podía recurrir al cuero de la vieja navaja y a sus aceites suavizadores. Era volver al engorro de antes, pero permitía apurar la inversión en caso de que el bolsillo se mostrara perezoso. La picaresca española encontró también alivio a ese asunto: en 1923, en el diario “El Pueblo”, encontramos un anuncio en que se usa con descaro el nombre de una marca que ya se ha asociado por entero al producto. Y dice así: “Traigan sus cuchillas usadas al vaciador automático y quedarán como nuevas”. La admisión de clientes se hacía en el centro de la ciudad, en el kiosco de tarjetas postales de la plaza de Castelar, “junto a la parada de motos”.
Afilar una hoja costaba diez céntimos; afilar seis, dos reales. No era lo mismo, pero era más barato que sacar un duro y comprar las hojas nuevas. Los que hemos reciclado alguna vez cartuchos de tinta de impresora lo entendemos, sin duda.
Fuente: https://fppuche.wordpress.com/