Arxiu diari: 31 de maig de 2020

EL TEMPLO DE SANTA MARÍA CUMPLE 60 AÑOS COMO CO-CATEDRAL DE LA DIÓCESIS DE SEGORBE-CASTELLÓ

La silla episcopal se trasladó a la capital de la provincia el 23 de julio en cumplimiento del Concordato de 1851

El templo de Santa María cumple hoy su 60 cumpleaños como co-catedral de la Diócesis de Segorbe-Castellón. Sucedía en 1960, más de 100 años después de que se firmara el Concordato de 1851 entre Pio IX e Isabel II, que redistribuyó las diócesis del territorio español y contempló el traslado de la silla episcopal de la provincia a Castellón, como capital del territorio. La construcción de la nueva iglesia, demolida durante la Guerra Civil impulsó por fin el cambio, que se decretó en 1957 . El primer obispo de la co-catedral fue Pont i Gol.

ESPERANZA MOLINA/ CASTELLÓN INFORMACIÓN

La Iglesia de Santa María, en la plaza Mayor de Castelló, fue elevada al rango de co-catedral hace hoy 60 años. Un momento importante para la capital de la Plana, que se llevaba esperando más de 100 años, por el que la silla episcopal, que se ubicaba en Segorbe, pasó a ubicarse en la capital de la provincia.

El Concordato de Pio IX

El origen de aquella decisión se remonta al Concordato firmado por el Papa Pío IX y la reina Isabel II en 1851.

Aquel Concordato, firmado bajo el Gobierno de Bravo Murillo, reestablecía las relaciones entre la Iglesia y el estado español, muy deterioradas desde las Cortes de Cádiz (1912) y las sucesivas desamortizaciones de los hasta entonces innumerables bienes de la iglesia en España.

Con el Partido Moderado en el Poder, y tras la Ley de Donación de Culto y Clero de 1845 que había devuelto a la Iglesia parte de los bienes desamortizados que no se hubieran vendido, el Concordato de 1851 reestablecía las relaciones entre el Estado y la Iglesia Católica.

Con este documento se devolvía a la Iglesia mucha de la influencia que había tenido en el Estado, la garantía de que sus bienes no serían objeto de una nueva desamortización y también la capacidad de ‘velar por la pureza de la fe’ en centros educativos y universidades.

Pero en lo que afecta a Castellón, aquel Concordarto fue importante porque fijaba el número de diócesis que existirían en España, ligeramente inferior al número de sedes episcopales (ocupadas o vacantes) existentes en aquel momento: “Art. V. En atención a las poderosas razones de necesidad y conveniencia que así lo persuaden, para la mayor comodidad y utilidad espiritual de los fieles, se hará una nueva división y circunscripción de Diócesis en toda la Península e islas adyacentes. Y al efecto se conservarán las actuales Sillas metropolitanas de Toledo, Burgos, Granada, Santiago, Sevilla, Tarragona, Valencia y Zaragoza, y se elevará a esta clase la sufragá de Valladolid.” (Dipúblico.org)

En este mismo apartado, se señalaba que: la Silla Episcopal en Calahorra y la Calzada se trasladaran a Logroño; la de Orihuela a Alicante; y la de Segorbe a Castellón de la Plana cuando en estas ciudades se halle todo dispuesto al efecto y se estime oportuno, oídos los respectivos Prelados y Cabildos” (Monsonís, MV, 1998).

Cabe suponer, cómo se recibiría la noticia en Castellón y cuanto trabajaron porque todo estuviera dispuesto durante aquel siglo. Pero el tema quedó dormido. Ya en el siglo XX, los sucesos de la época no fueron los más idóneos para llevarlo a cabo..

De esta forma llegaría la Guerra Civil Española, que entre 1936 y 1937 se llevó por delante el antiguo templo de Santa María. Si fue difícil antes, más lo fue después con la dureza de la posguerra, en una capital sin su templo de referencia, sumergido en poder salir adelante.

La construcción de la nueva Iglesia de Santa María comenzó nada más acabada la guerra. Era un proyecto muy personal del arquitecto Vicente Traver Tomás, del que se cuenta que, sometido a estrecha vigilancia en su propia casa; con parte de su familia víctima de aquella contienda y señalado con el dedo, comenzó a diseñar el nuevo templo durante la demolición de la iglesia.

Según Monsonís Monfort (Monzonís, MV. 1998), Traver dibujaba y concebía la reconstrucción del templo, disfrazando su trabajo con nombres de edificio y calles de París… por si lo pillaban.

La reconstrucción de Santa María fue muy dificultosa, mucho dinero para una época de pocos recursos, que Salió adelante gracias al empeño de la ciudad.

Pero Castellón aspiraba a la silla Episcopal y así se lo hacía saber al Gobierno de España cada vez que tenía ocasión de hacerlo. Uno de los impulsores y defensores fue Mosen Juan Cardona Vives.

Según las mismas fuentes, la petición fue repetida en muchas ocasiones. Alguna de ellas registrada en 1941, aprovechando la visita del Ministro de Asuntos Exteriores al que se le recordó el Concordato de 1851. En 1953 se formula una nueva petición conjunta de la Diputación provincial y el Ayuntamiento.

El Concordato de 1953

Sin embargo, fue a raíz de la firma de un nuevo Concordato con la Santa Sede, el 27 de agosto en 1953, cuando se incluyó en el artículo IX, apartado 1º: “A fin de evitar, en lo posible, que las diócesis abarquen territorios pertenecientes a diversas provincias civiles, las Altas Partes contratantes procederán de común acuerdo a una revisión de las circunscripciones diocesanas. Así mismo, la Santa Sede, de acuerdo con el Gobierno Español, tomará las oportunas disposiciones para eliminar los distintos enclaves (…) I en el apartado 3.- El Estado Español se compromete a proveer las necesidades económicas de las Diócesis que en el futuro se erijan, aumentando adecuadamente la dotación establecida en el artículo XIX. El Estado, además por si o por medio de las Corporaciones Locales interesadas, contribuirá con una subvención extraordinaria a los gastos iniciales de organización de las nuevas diócesis; en particular subvencionará la construcción de las nuevas catedrales y de los edificios destinados a residencia del Prelado, oficinas de la Curia y seminarios diocesanos.” (Montesinos, MV, 1998).

Con el Concordato de 1953, “el Papa Juan XIII firmaba el el decreto de constitución de la diócesis Segorbe Castellón, con un total de 132 parroquias agrupadas en nueve arciprestazgos” (GASCÓ, A, 2007).

Aquel decreto reavivó las obras de Santa María, ahora ya con un aliciente más que justificado y potenció de nuevo las peticiones de la ciudad para que se cumpliera lo establecido. El 2 de febrero de 1954 el presidente de la Diputación y el alcalde de Castelló lo solicitaron al ministro de Asuntos Exteriores, al de Justicia y al Nuncio de la Santa Sede. El alcalde de Castellón, José Ferrer volvió a solicitarlo el 31 de diciembre de 1957.

El Decreto y la bula del Papa Juan XXIII del 31 de mayo de 1960

Y por fin, el 31 de mayo de 1960, el decreto de la Sagrada Congragación Consistorial modificó los límites de las diócesis de Segorbe-Valencia-Tortosa.

El mismo día, la bula del Papa Joan XXIII, dirigida al obispo de Segorbe “dispone en el apartado b) Que conservando la diócesis de Segorbe la dignidad de la cátedra episcopal, quede elevada a la dignidad y grado de concatedral el templo dedicado a la Virgen María en la ciudad de Castellón, con todos los derechos y honores, cargas y obligaciones propias de las concatedrales”.

El decreto se ejecutó durante los días 9, 10 y 11 de julio. La primera persona que conoció la noticia fue el arquitecto Vicente Traver Tomás, que inmediatamente informó de ello a al arcipreste Joaquin Balaguer, y a través de este llegó la noticia a las autoridades.

Tal como Relata el CRONISTA OFICIAL DE LA CIUDAD DE CASTELLÓ, A GASCÓ (2007):

“El 23 de julio de 1960, pocos días después de haberse publicado la bula papal, monseñor José Pont i Gol, obispo de Segorbe desde 1951 y primero de la nueva diócesis, hacía su solemne entrada en Castellón iniciando en la Puerta del Sol la multitudinaria comitiva, con estandartes y banderas de cofradías y asociaciones religiosas, la cual finalizó en la ya, desde entonces, concatedral de Santa María, donde se ofició un solemne «te deum».

Fuente: http://www.castelloninformacion.com

CASINOS DE 1922 A 1952. DEL DR. SANCHIS Y SIVERA A EVA DUARTE DE PERÓN

JOSÉ SALVADOR MURGUI, CRONISTA OFICIAL DE CASINOS

Don José Sanchis y Sivera, nació en Valencia el 5 de enero 1867 y murió el 21de mayo 1937, y el biógrafo Lázaro Floro lo califica como “Canónigo e historiador.” Según indicaciones de Lázaro Floro sabemos que: “Su obra cumbre es La Catedral de Valencia (1909), verdadera guía histórica y artística durante muchos años. Dedicó un gran esfuerzo investigador sobre esta diócesis: La iglesia parroquial de Santo Tomás de Valencia (1914) y La casa natalicia de San Vicente Ferrer son algunos de sus títulos. Fueron importantísimas, además, otras dos obras: La diócesis valentina. Estudios históricos (1920) y su Nomenclátor geográfico-eclesiástico de los pueblos de la Diócesis de Valencia (1922).” Tiene otras obras que nacen con el fruto de sus viajes y los títulos son: ” De Valencia a Cádiz (1901), Dos meses en Italia (1902), Dos días en Lourdes, Excursión a la Cueva Santa (1903), Una visita al Gran San Bernardo (1905), De Alemania, notas de viajes (1906), Una excursión a Mallorca y El país de los faraones (1914).”

En 1922 publica el “Nomenclátor geográfico eclesiástico de los pueblos de la diócesis de Valencia:con los nombres antiguos y modernos de los que existen o han existido, notas históricas y estadísticas, relación de castillos, pobladores, objetos de arte notables, restos arqueológicos, festividades, cofradías, etc., etc. Cuando habla de Casinos dice:

“Casinos.- Villa de 3.000 habitantes, del arciprestazgo de Villar del Arzobispo, con curato de ascenso de segunda, que a mediados del siglo XVIII no era más que un conjunto de masías diseminadas en un llano conocido como el Campo de Liria, pero que debido, sin duda, al descubrimiento de aguas por un sacerdote de Liria, llamado Mosén

Juan Murgui, que construyo un pozo, fue aumentando el vecindario hasta constituir hoy una población rica y saneada. Parece que los prelados de Valencia, que tenían y tienen aún palacio en Villar, pasaban temporadas en Casinos, y que la capilla donde celebraban la Misa fue convertida en templo para aquel diseminado vecindario, erigiéndolo en parroquia el Arzobispo Fabián y Fuero en 1778. Aún se conserva una casa que se llama del Cabildo, en la plaza de ese nombre, porque en ella se hospedaban los canónigos que acompañaban al prelado. Dicha iglesia está dedicada a Santa Bárbara, y en ella se venera el Cristo de la Paz, imagen procedente de la Cartuja de Portaceli, a la que se tiene gran devoción, y se le cantan unos gozos propios en castellano, que compuso el presbítero D. José Muñoz. Se celebran fiestas a dicho Cristo y santa Bárbara los días 4 y 5 de diciembre. Cuenta con una ermita en honor a San Roque, y oratorios públicos en las Masías del Espinar, Juez, Serveret y del Carril. Existen las Cofradías del Santísimo Cristo de la Paz, de la Inmaculada Concepción, del Corazón de Jesús y las Terceras Ordenes del Carmen y San Francisco. (Pág. 180)

En tiempos antiquísimos estuvieron habitados estuvieron habitados estos sitios, como lo demuestra el hallazgo de restos romanos junto con algunas monedas ibéricas, en 1916. En las partidas del término en Torre Seca, se han hallado también monedas ibéricas y en la partida de la Leña, gran abundancia de cerámica sencilla y pintada, y otros restos arqueológicos y monedas romanas. (Pág. 181).” Esta crónica informativa, podía quedar aquí sin añadir nada más.

Fruto de la investigación encuentro una olvidada hoja del periódico Levante, del día 31 de diciembre de 1952, en la que se publicaba la siguiente noticia: “Doña Eva de Perón, Hermana Mayor de la Cofradía del Santísimo Cristo de la Paz. Se entrega al Cónsul de Argentina el Pergamino con su nombramiento.” No deja de ser curioso que el Dr. Sanchis y Sivera en 1922 explicara la historia de Casinos y de sus patronos, y que treinta años después se produjera este nombramiento. Esta acción, según refiere la prensa es porque “un argentino Don Héctor Bravo, muy ligado a Valencia, por lazos afectivos y un valenciano que reside en la Argentina, Don José Muñoz, nacido en Casinos, han organizado en este pueblo varios actos religiosos por el eterno descanso de Doña Eva Duarte de Perón, actos que han terminado con el nombramiento de la Hermana Mayor de la Cofradía del Santísimo Cristo de la Paz. Le regalaron un artístico y bellísimo pergamino que firmó el Párroco de Casinos Silvestre Adolfo Sales Yuste el 19 de octubre de 1952.”

Concluye la noticia informando: “El Párroco Sr. Sales se ha personado en Valencia para visitar al Cónsul General de la Argentina, D, Francisco Minieri, y hacerle entrega del pergamino. El Sr. Minieri dijo unas palabras de agradecimiento y expresó sus mejores votos de prosperidad del pueblo de Casinos, que tan gran afecto muestra por su país.”

Es una noticia de la época, olvidada pero cargada de sentimiento, una ocurrencia atrevida. ¿Quién iba a pensar que una mujer en aquella época fuera hermana mayor de una cofradía que estaba integrada mayoritariamente por hombres, y de un pequeño pueblo de la provincia de Valencia… pero los casinenses somos así, no sé si el pergamino llegó a Argentina, quedó en el Consulado… o donde quedaría guardado, lo cierto es que en Casinos a los pies del Santísimo Cristo de la Paz, se hizo presente Argentina, y quien sabe, si nuestros patronos el día de hoy, serán venerados en Argentina.

Uno estos dos momentos, quedando una pregunta en el aire ¿Qué fue de aquel nombramiento? Sea la respuesta que fuere, seguramente en el corazón de aquel Casinense que lo hizo posible, siempre estuvo el amor por nuestros patronos, el amor por Casinos y cada 4 – 5 de diciembre, en aquella tierra donde en cada esquina nace el tango, las mejillas de su cara estarían surcadas por dulces lágrimas llenas de nostalgia recordando a su querido Casinos.

Fuente: https://www.elperiodicodeaqui.com