Arxiu diari: 18 de maig de 2020

LOS GRANDES MISTERIOS DE LA VIDA PRIVADA. 8. LA SOSA DE MONSIEUR LEBLANC

FRANCISCO PÉREZ PUCHE, CRONISTA OFICIAL DE VALENCIA

Los italianos dicen que la palabra Savon viene de la ciudad de Savona, cercana a Génova. Pero es en Roma donde defienden con ardor que el jabón viene del Monte Sapo, donde se sacrificaban corderos y terneras a los dioses: los esclavos que trabajaban en los despojos se dieron cuenta del milagroso detergente que surgía de la mezcla de la grasa de los animales con las cenizas del fuego sacrificial. Los franceses dicen que inventaron el jabón; que los galos, o sea las mujeres galas, ya lo usaban para alisarse y hacer más rubios sus cabellos. Los franceses hicieron famoso su Jabón de Marsella, de muy buena calidad y perfumado si se desea con los aromas provenzales de Lavanda.

En todo caso sí que se debe a un francés el proceso de obtención química de la sosa que hizo posible el jabón industrial y terminó a largo plazo con la barrilla. La sosa cáustica, soda cáustica, hidróxido de sodio o hidróxido sódico es el producto que en el siglo XVIII fue desarrollado por el médico francés Nicolás Leblanc, que trabajó siguiendo instrucciones reales cuando se hizo especialmente caro y complicado obtener la piedra de sosa española. El mundo se estaba haciendo complejo, los franceses no querían que sus fábricas de porcelana y vidrio dependieran de productos fabricados en España y se hacía precio trabajar en el campo químico.

Al final salió la solución. De productos comunes y baratos como la sal marina y el ácido sulfúrico se pudo obtener la sosa que se necesitaba para el jabón. Leblanc consiguió llegar al carbonato sódico en dos fases: se producía primero sulfato de sodio a partir de la sal corriente o cloruro sódico y después el sulfato de sodio, en reacción con carbonato de calcio y carbón daba como resultado el mineral buscado.

Una extensa gama de industrias se benefició de un adelanto que llegó más o menos al compás de la Revolución Francesa. Y que después sería muy mejorado por otros químicos franceses, como Solvay. En todo caso, la química francesa produjo grandes avances prácticos  en ese siglo XVIII en que  la Enciclopedia de Diderot mostró láminas del proceso de fabricación de jabón con todos los honores, en grandes calderas de ebullición, industrializado ya y dispuesto a maridar con el mundo de la perfumería.

A principios del siglo XIX se pudo empezar a sustituir la piedra de barrilla por la sosa cáustica, de elaboración industrial, incluso en España. A mediados del XIX, la barrilla ya casi había quedado en el olvido al sur de Alicante; ya no era rentable cultivarla, cesó la exportación por el puerto de Alicante, se perdieron los maestros barrilleros que eran llamados para dirigir el ritual de los grandes fuegos en el campo, y todo empezó a olvidarse. Aunque no pocas familias la siguieran usando en ancestrales calderas, la fabricación industrial y masiva terminó con las jofainas domésticas de jabón.

Siguió habiéndolas. Y en épocas de gran carestía de todo, como en las guerra española, se fabricó jabón casero con lo que se pudo. Pero la humilde planta dejó de tener el interés que tuvo antiguamente a manos de los gigantes industriales del sig

En París, en el patio de honor del Conservatorio de las Artes y los Oficios, Nicolás Leblanc tiene un monumento levantado. “En 1790 –dice la dedicatoria– extrajo la sosa a partir de la sal marina”. Los barrilleros valencianos, sin embargo, están olvidados: me parece que en ninguno de los museos de etnología, artes y costumbres de la Comunidad Valenciana hay un rinconcito que recuerde su epopeya.

Fuente: https://fppuche.wordpress.com/

EL PADRE BELDA Y LA ARQUEOLOGIA

BERNARDO GARRIGÓS SIRVENT, CRONISTA OFICIAL DE LA CIUDAD DE XIXONA

D. José Belda Domínguez vino al mundo en la ciudad valenciana de Bocairent  el 11 de agosto de 1890. Fue en esta ciudad donde aprendió las primeras letras y se despertó su vocación sacerdotal.

Tras realizar su carrera eclesiástica en Valencia cantó su primera misa el 1 de abril de 1914 en la iglesia Parroquial de la Santa Cruz de Valencia. Durante sus primeros años desempeñó sus funciones sacerdotales por diferentes parroquias de la provincia de Valencia.

En 1922 fue trasladado a la parroquia  de Ntra. Sra. de la Asunción de Penáguila. Allí comenzaría a recoger fósiles por el campo llegando a conseguir una importante colección de carácter comarcal.

Sin embargo, será su llegada, a finales de 1925, a la parroquia de Torremanzanas, cuando se despierte su afición por la arqueología. Poco a poco comienza a realizar diferentes prospecciones arqueológicas por los alrededores de la villa y a principios de 1926 descubre su primer yacimiento: el penyò del Comanador, al que rápidamente siguió el hallazgo de unos fondos de cabañas (silos prehistóricos) en diferentes puntos del casco urbano.

En agosto de 1927 realizó unas excavaciones en el yacimiento de la villa Edelmira, conocida popularmente como la Foya de Cortés. Con el material que va consiguiendo de sus prospecciones y primeras excavaciones arqueológicas crea un pequeño museo en el salón rectoral de la Casa Abadía de Torremanzanas.

Rápidamente amplia su campo de actuación hacia la vecina ciudad de Xixona. En la primavera o en el verano de 1928 prospectó el yacimiento ibérico de la Solaneta de Nutxes. Su estudio verá la luz en tres artículos publicados en el periódico La Voz de Levante en julio y agosto de dicho año.

En septiembre de 1928, y gracias a la ayuda de unos labriegos, descubre la cova de la Barsella.https://www.marqalicante.com/contenido/publicaciones/pub_30.pdf Allí realiza su primera gran excavación entre finales de 1928 y 1930. Sus hallazgos fueron publicados en dos memorias descriptivas enviadas a la Junta Superior de Excavaciones.

En 1931, con la llegada de la República,  y ante un cierto clima de tensión producido en Torremanzanas decidió trasladarse a la capital provincial. Fue adscrito a la Iglesia de Santa María, haciéndose cargo de una antigua capellanía. Con él, marchó de Torremanzanas su amplia colección de piezas arqueológicas. El 30 de diciembre de ese mismo año donó todos sus fondos a la Comisión Provincial de Monumentos Históricos y Artísticos, quien desde 1924 estaba recabando materiales para fundar un museo.

El 17 de enero de 1932 el presidente de la República, Niceto Alcalá Zamora, ante el presidente de la Diputación y el presidente de la Comisión Provincial de Monumentos Históricos y Artísticos inauguró el Museo Provincial. Institución que nació con dos secciones: una de Arqueología y otra de Bellas Artes. A finales de 1933 Francisco Figueras Pacheco propuso que el padre José Belda fuera nombrado Director del Museo, sin embargo no existió un acuerdo entre la Comisión Provincial de Monumentos Históricos y Artísticos y la Diputación Provincial. A mediados de 1934 se hace evidente el desacuerdo existente entre el padre Belda y el presidente de dicha comisión, José Guardiola por las irregularidades cometidas por el primero en la gestión de los permisos oportunos para la realización de excavaciones. Ello provoca la dimisión de José Belda como vocal de dicha comisión.

El 20 de febrero de 1935 la Comisión Provincial Gestora decide nombrar a Joaquín de Rojas, director-conservador del Museo Provincial, con carácter honorario y gratuito. Finalmente la institución provincial se decide a sacar a concurso la plaza, que es lograda por Joaquín de Rojas. Éste tomó posesión de su cargo el 30 de septiembre de 1935.

Durante la Guerra Civil el padre Belda realizó tareas sacerdotales en diferentes parroquias de la ciudad de Alicante. Por su parte, José Rojas, a comienzos del conflicto bélico fue destituido de su cargo de Director del Museo y encarcelado por el gobierno republicano, debido a su ideología falangista.

Tras la contienda el padre Belda regresó a Torremanzanas el 23 de abril de 1939 siendo recibido en olor de multitudes. Sin embargo, su estancia en la parroquia de Santa Ana iba a ser más bien corta, unos tres meses.

También regresó a Alicante José Rojas, quien tomó posesión de nuevo del cargo de Director del Museo Provincial, encargándose como primera misión del diseño de un nuevo proyecto museológico. Posiblemente el padre Belda movería sus contactos para formar parte de este nuevo y apasionante proyecto y así fue nombrado subdirector del museo. Es por ello por lo que abandonaría de nuevo Torremanzanas y se trasladaría a la capital provincial.

A finales de 1940 la salud de José Rojas empeora por lo que pide una excedencia voluntaria del cargo de Director del Museo. El 17 de septiembre de 1940 la Comisión Gestora de la Diputación Provincial le otorgó el permiso por cinco años, pasando a realizar sus tareas el subdirector, el padre Belda.

El padre Belda encaminaría todo su esfuerzo para crear un nuevo montaje expositivo, que culminaría a principios de 1943. En el nuevo Museo sólo podía tener cabida la arqueología, pasando todos los fondos de la antigua sección de Bellas Artes a despachos y pasillos de la Diputación Provincial. El eje central de la muestra sería una reproducción de la dama de Elche y la época ibérica sería la protagonista. A pesar de ello quiso que la nueva institución enseñara los objetos más significativos de todos los periodos históricos, desde la Prehistoria hasta la época moderna. Para la época medieval reservó un pequeño espacio, que había que ocupar. Posiblemente sería ahora cuando se planteara la excavación de parte del castillo de la Torre Grossa de Xixona, que conocía debido a su estancia como párroco de Torremanzanas desde 1925 a 1931.

El Ministerio de Educación Nacional el 22 de noviembre de 1943 reconoció a la institución alicantina su condición de Museo y nombró como director al padre Belda. Al finalizar los cinco años de excedencia José Rojas solicitó el 11 de mayo de 1945 su reingreso como Director del Museo, sin embargo eso nunca ocurrió.

A la espera de la inauguración oficial del Museo Provincial el padre Belda se dedicó a incrementar sus fondos, aunque no se modificó sustancialmente el diseño previsto.

El 28 de mayo de 1949 el Almirante de la base naval de Cartagena, en representación del Ministerio de Educación Nacional, reinauguró el Museo.

Aunque el futuro pudiera verse como esperanzador no lo fue, debido a que la Diputación Provincial no confiaba en el papel que pudiera llevar a término como gestor del museo el padre Belda, que había sido nombrado por el ministerio. El padre Belda sentía verdadera pasión por excavar y sentir el contacto directo con la naturaleza. En cambio rehuía de las labores de despacho que el cargo conllevaba y que tan necesarias eran en aquel momento cuando la institución museística arrancaba el vuelo.

A finales de 1950 la Corporación Provincial abrió un expediente al padre Belda por dejación de sus funciones e irregularidades cometidas en la administración de permisos. Sin embargo, en vez de corregir su conducta el padre Belda hizo caso omiso a las órdenes cursadas por el presidente de la Diputación. Ante la imposibilidad del presidente de la Corporación Provincial de cesar a un cargo nombrado por el Ministerio adoptó una medida drástica y traumática. El 7 de julio de 1952 decidió cerrar el Museo. Verdaderamente, la institución provincial deseaba mantener el museo, pero siempre y cuando tuviera una Dirección ocupada mediante oposición. A pesar de los múltiples intentos que se realizaron para que el padre Belda dimitiera éste no lo hizo, interponiendo múltiples recursos ante el Ministerio ante su disconformidad con el nombramiento de Director Honorario y la concesión de una pensión anual de cierta cuantía. Finalmente la plaza fue otorgada por oposición el 24 de noviembre de 1965 a Enrique A. Llobregat Conesa.

Tras sufrir un accidente en la década de 1960 su salud se resistió y finalmente pasó a vivir al hospital de los sacerdotes en Quarte de Poblet donde fallecería en 1969.

El padre Belda posee una calle en el barrio de la Sagrada Familia en las proximidades de la ermita de San Sebastián.

BIBLIOGRAFIA.

GARRIGOS SIRVENT, Bernardo, “El padre Belda y la excavación del castillo de Xixona”, Xixona, clau del Regne, Alicante-Xixona, MARQ y Ajuntamente de Xixona, 2011, págs. 12-19.

BERNARDO GARRIGÓS SIRVENT, Cronista Oficial de la Ciudad de Xixona. Nueva versión realizada el 13 de abril de 2020. #JoEnQuedeACasa, QuedatACasa,

Fuente: https://bgarrigos07.wordpress.com

UN EJEMPLAR DE “EL PUEBLO”

ANTONIO LUIS GALIANO PÉREZ, CRONISTA OFICIAL DE ORIHUELA

En este tiempo de confinamiento, reclusión, presidio, enjaulado o cómo queramos llamarlo, probablemente necesario, en el que hemos procurado buscar normas de comportamiento para adaptarnos a esta situación; tal vez, nos deberían haber orientado los científicos o los expertos en el sentido de que algo que funciona en las personas que viven en instituciones, en las que se les exige una estricta clausura, son unas normas que se repitan un día y otro día. Es lo que hacen las religiosas o los monjes, tal como lo efectúan los de Silos, en que tras el descanso nocturno desde las 22,30 horas del día anterior, a las 6 de la mañana comienzan con Maitines, siguen Laudes, “lectio divina” y desayuno, misa conventual, Tercia, trabajo intelectual, artístico y manual, Sexta (con comida y paseo descanso postmeridiano), Nona (con trabajo), Vísperas (“lectio divina”, cena, diálogo fraterno), culminando el día con Completas. Efectivamente cada cosa en su momento, no dejando ni un minuto a la ociosidad salvo el paseo y el citado diálogo fraterno. Esto me recuerda aquello que un compañero de “la mili”, me comentaba que le respondía al confesor que era un capitán castrense, cuando éste le preguntaba si cometía actos impuros: “Pater, si aquí no hay tiempo ni para pecar”.

Dicho todo lo anterior y regresando al dichoso y aburrido confinamiento propiciado por el dicho covid (no merece mayúsculas), en mi caso he procurado buscar un comportamiento rutinario, lo que me ha permitido sobrellevarlo. Y, como distracción, alguna vez me he puesto a rebuscar papeles (utilizando el termino del deán Julio López Maymón) en mis archivo, biblioteca y hemeroteca, lo que me ha llevado a localizar, asuntos que hace tiempo tenía olvidados. Algo de esto me ocurrió hace unos pocos días cuando encontré un ejemplar de “El Pueblo”, Semanario Social Católico, publicado el 8 de septiembre de 1925 que, en su momento me regaló mi vecina Mari Carmen Díe Olmos, hija del oriolano Luis Díe Aguilar. De este ejemplar, curiosamente, que yo sepa no existe otro en la Biblioteca Pública Fernando de Loazes, o al menos no fue digitalizado para ser incorporado en la Hemeroteca Digital de la Biblioteca Nacional.

Tras este preámbulo, repasemos su contenido que en gran parte está dedicado a Nuestra Señora de Monserrate, en cuya portada al pie de una foto de la imagen, se pregunta y si responde con admiración: ¿Quién es esta de color cenceño, morena, pero hermosa? ¡Es la Reina de Orihuela, la Virgen de Monserrate!”. Curiosamente, este ejemplar se publicó con dos portadas. La primera, a modo de guarda, es una reproducción de la que figuró en el número extraordinario dedicado a nuestra Patrona, en 1924, diseñada por Enrique Luis, modificando la fecha, y su posterior aparece un anuncio de la Federación de Sindicatos Agrícolas Católicos de la Diócesis de Orihuela, origen de la actual Caja Rural Central. En dicho anuncio, además de hacer referencia a su fundación, a su Caja de Ahorros que admitía imposiciones a la vista abonando el 4,5% y a plazo fijo, el 5%; se extendía en su Obra Social, entre la que se reseñaba la realización de conferencias y publicaciones agrícolas, así como el campo de experimentación y la conversión de secano en regadío.

La publicación empezaba con un “rebusco” del oriolano Julio López Maymón, deán de la catedral de Cartagena en Murcia, titulado “La Catedral de Orihuela y la Virgen de Monserrate”. En él, nos habla de “las rumorosas y nutridas novenas de las noches tibias… y el campaneo, y los morteretes y la charamita y el cielo, visitando el suelo con sus lluvias… suelo que huele a tierra mojá…tierra cargada de esperanzas, de promesas…”. En su parte investigadora, se centra sobre la fundación en la entonces ermita de la Virgen de una Comunidad de capuchinas descalzas, en el primer tercio del siglo XVIII, de lo que ya dio cuenta Javier Sánchez Portas en la Revista Oleza, en septiembre de 1982. López Maymón nos habla también, entre otras cosas, de la fundición y bendición de una campana nueva, en 1782, con la inscripción: “Jesu Christe-salus noster- miserere nobis- María de Monserrate-Mat-Mis-Ora pro nobis”, fundida por Pascual Roses de Benisoda (Valencia).

En este ejemplar de “El Pueblo”, lógicamente colaboraron personas muy vinculadas con la citada Federación, tales como J. Montañés (seudónimo del sacerdote José Maciá Abela); Luis Díe, que fue secretario de la Federación; Eugenio Cases Fructuoso, secretario de la Directiva del Sindicato Católico Obrero; Antonio Illán Bascuñana que, en esos momentos era presidente de dicha Directiva. Este último en su breve artículo, nos narra cómo en su niñez vivió en la huerta una de las tantas riadas que asolaron la vega oriolana y recuerda como fue para él “un espectáculo sorprendente. Era la primera vez que veía la riada y al contemplar mis pupilas aquel cuadro nunca visto y jamás soñado, me deshice en exclamaciones de asombro y de júbilo”.

Se incluyen también, dos poemas, uno del presbítero Saturnino Ortuño y el otro de Domingo Moreno García “El Talento” titulado “Oye Maere”, pidiéndole a la Virgen de Monserrate auxilio para aquellos que luchaban en Marruecos.

Entre los comunicados referidos al día de la Patrona, el 8 de septiembre, parece un Decreto del vicario general del Obispado, fechado cuatro días antes, ordenándose que se guardara su fiesta, siendo obligatorio de oír misa y “abstención de obras serviles y actos forenses”. Así mismo dentro de la sección religiosa, se recordaba el traslado el día anterior en procesión de la imagen de Nuestra Señora de Monserrate hasta la catedral, y la predicación de la novena a cargo del dominico, Luis Urbano.

Entre las noticias de índole local, este ejemplar de “El Pueblo” reseñaba el accidente de tráfico sucedido el día 7, en el que se vio involucrado un automóvil que, desde Orihuela se dirigía a Murcia con varios aficionados taurinos a presenciar la primera corrida de feria en la ciudad vecina. El hecho sucedió en el paraje denominado “Las Peñicas”, entre el automóvil citado que iba conducido por Jerónimo Díaz “Chimenea” y un camioneta que se diría hacia Elche transportando manzanas. Del accidente resultó muerto uno de los viajeros del automóvil, Jaime Fabregat Verdú, resultando heridos el conductor y los demás ocupantes (José Aparicio, Andrés Legal, Pedro Claramón y un viajante que estaba hospedado en el Hotel Victoria, así como otras dos personas que iban en la camioneta).

Por otro lado, se reseñaban algunos incidentes que habían sucedido en el Real de la Feria, y que motivaron el que ocho números de la Banda de Música fueran multados con cinco pesetas y expulsados de la misma. Así mismo, se daba a conocer el nuevo material contra incendios adquirido por el Ayuntamiento y su prueba en la Glorieta. No quedaba en el olvido la operación efectuada por Eusebio Escolano Gonzalvo a Benilde Pescetto, viuda de Jofré; las varias personas habían sido viaticadas; el anuncio de una boda y los viajes que efectuaban algunos oriolanos, como la visita a Orihuela del compositor Matías Rogel o el desplazamiento por diversas capitales de España del presidente de la Federación, Abel de los Ríos; el regreso de varias familias del veraneo en Torrevieja, Alicante, campo de Torremendo, La Mata, o de Pilar de la Horadada, como Doña Dolores López e hijos que, intuimos se refiera a la hermana del deán López Mayomón y a sus sobrinos Julio y Pepe Calvet.

Por último, dentro de las noticias, se daba cuenta de la entrada en la Diócesis de Mallorca de su nuevo obispo Gaspar Llompart, que había sido canónigo de nuestra catedral. También, las sesiones de cinematógrafo que se celebraban en el Salón Novedades y en el Palace Cinema ubicado en el patio y zona de cocheras del Hotel Palace en la calle Arzobispo Loazes, en el que el día 7 de septiembre se estrenó la película muda estadounidense “Los Diez Mandamientos”, de 136 minutos de duración, dirigida por Cecil B. DeMille y producida en 1923 por la Paramount Pictures.

En este ejemplar de “El Pueblo”, que era impreso en la Tipografía de “La Lectura Popular” con 12 páginas más la guarda a que hacía referencia, no podía faltar la publicación de algún edicto municipal, como el firmado por el primer teniente de alcalde y alcalde accidental Ascensio García Mercader, haciendo saber que el día 21 de septiembre se celebraría en el Salón de Sesiones de las Casas Consistoriales la subasta para arrendar en el ejercicio 1925-1926 algunas tasas municipales como la de “vallas, puntales, asnillas y andamios en la vía pública”.

Por último, nos recuerda con sus anuncios a varios comercios y profesionales. Tal es el caso del Salón Sport de Carlos Díe y Zechini, en la calle Calderón de la Barca, 3; la Farmacia del Lcdo. Marcos, en Alfonso XIII, 5; los Dres. García Rogel y Escolano, en la calle Luis Barcala (San Pascual, hoy), 6; el odontólogo Francisco Sanz, en Alfonso XIII, 28; los ultramarinos de Jerónimo Tomás Díez, en la calle Mayor, 2; la carpintería y ebanistería de Ambrosio Leyva Andújar, en Ruiz Capdepón, 8; Bar Español de Francisco Maciá en Calderón de la Barca; la ferretería de José Penalva Donate, en Arzobispo Loazes, 3; el taller y alquiler de bicicletas de Mariano Carmona, en Ruiz Capdepón; el depósito de materiales de construcción y fábrica de mosaicos hidráulicos de Francisco Sánchez García en la calle Santiago, 3.

Gracias a este confinamiento, reclusión, presidio, enjaulado o clausura, el volver a encontrarme con este ejemplar de “El Pueblo” me ha servido para rememorar personas y hechos de nuestra Orihuela, y sobre todo aquella festividad de Nuestra Señora de Monserrate de 1925, vivida hace casi noventa y cinco años, en estos momentos en que, a pesar de todos los consejos profilácticos e higiénicos no debemos olvidar aferrarnos a lo empíreo entonando aquello que cantamos en los “Gozos” a nuestra Patrona: “De Monserrate amorosa/ Virgen Madre de afligidos:/ socorred los desvalidos/ pues que sois tan poderosa”.

Amén.

Fuente: https://www.diarioinformacion.com