Arxiu diari: 3 de maig de 2020

LA INDUSTRIALIZACIÓN EN JIJONA


Rotura de la cáscara de la almendra en la fábrica Primitivo Rovira en 1908. Imagen publicada en la Guía Arco.

BERNARDO GARRIGÓS SIRVENT, CRONISTA OFICIAL DE XIXONA

La ciudad de Xixona entre 1875 y 1930 sufrió un amplio proceso de transformación que afectó a todos los ámbitos de la vida social y cultural.

Así la base socioeconómica se transformó radicalmente, pasándose de una agricultura de secano basada en el cultivo del almendro, el olivo, los cereales y la uva a una moderna industria fundamentada en la producción y comercialización de los turrones de Jijona y Alicante. Este importante cambio tuvo sus repercusiones en todos los ámbitos de la vida cotidiana.

Uno de los más importante afectó al urbanismo, ya que las autoridades municipales aprobaron en 1883 la construcción de una nueva plaza, situada hacia el E del casco urbano, con lo que se rompía el diseño urbano heredado de la época medieval y moderna.

También a espaldas de esta nueva calle en la zona donde discurría la carretera Alicante-Játiva se creó la calle de la Industria a finales del siglo XIX. Signo inequívoco de que los tiempos estaban cambiando.

En 1907 se creó a la entrada de la población, en la zona del puente de Alicante, una primera zona de expansión, en la que se instalarían algunas fábricas turroneras.

Sin embargo la gran expansión urbana no se produciría hasta 1924 cuando la Sociedad de Socorros Mutuos El Trabajo ejerza de improvisado agente inmobiliario y urbanice la zona comprendida entre la Plaza y el convento de los Franciscanos por el N y la Plaza  y el puente de Alcoy por el SE.

Estos cambios económicos afectaron profundamente a las relaciones sociales apareciendo a principios del siglo XX las primeras agrupaciones de trabajadores y de empresarios. Los trabajadores crearon diferentes asociaciones de socorros mutuos para defender sus intereses, entre ellas el Socorro y el Trabajo, esta última fundada en 1908.La Sociedad El Socorro se disolverá recogiendo su testigo la Sociedad La Amistad que estará en funcionamiento desde 1914 y hasta la Guerra Civil.

Los empresarios por su parte intentarán unirse para defender sus productos respecto a las injerencias de productores de otras poblaciones y se obsesionarán por crear un sello que identifique sus turrones y los diferencie de otros.

Así en 1903 se creará el Gremio de Turroneros que patentará una imagen gráfica para todos sus productos. Esta asociación tendrá sus altibajos y no será hasta 1939 cuando se cree el Consejo Regulador del Turrón, como asociación fuerte capaz de defender los intereses de los empresarios jijonencos en el concierto provincial y nacional.

La industrialización del sector del turrón basada inicialmente en la introducción del vapor como fuerza motriz a principios del siglo XX y posteriormente de la electricidad, ya en la década de 1920 irá acompañada de un proceso de mejora de los servicios públicos de la localidad. Mejora que provocarán la entrada de Xixona en el siglo XX.

En 1890 se cierra el viejo cementerio municipal situado a la salida hacia Alcoy detrás del antiguo convento de San Francisco y se crea a unos dos kilómetros al E de Xixona en la partida de Cañavate.

En 1893 se instaló el servicio de agua potable con la construcción de un gran depósito en la explanada del castillo, la instalación de diferentes fuentes públicas y abrevaderos por todo el casco urbano y la colocación de una fuente monumental en la principal calle de Xixona, la Plaza.

Una de los grandes problemas que tenía planteados la ciudad a finales siglo XIX era las deficiencias presentadas en el matadero municipal situado junto a la plaza de toros y al exconvento de Santa Ana. Era necesaria la construcción de un nuevo edificio. En 1900 en un solar sito a la salida de la población hacia Alcoy junto al exconvento de San Francisco se construyó un nuevo matadero, que prestó servicio a toda la población hasta mediados del siglo XX.

La industrialización de la producción del turrón fue posible gracias a la adopción de nuevas fuentes de energía como el vapor y la electricidad. En 1900 Xixona dispuso ya de una fábrica capaz de producir energía para suministrar al alumbrado público, a los particulares y a las empresas.Esta dotación de servicios públicos (agua potable, alumbrado público, matadero municipal, nuevo cementerio) estuvo acompañada por la creación de infraestructuras educativas, asistenciales y culturales.

En 1917 se construyó el asilo hospital Vicente Cabrera. Esta institución desde su fundación y hasta la actualidad ha sido dirigida por la Congregación de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados quienes han dado su amor y dedicación a los más ancianos de la población.

En 1932 se inauguró un imponente edificio destinado a enseñar a los escolares de la localidad. Así nació el primer colegio de la población, el colegio Eloy Coloma. Esta situado al final de la avenida de la constitución en la zona N. Los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado tuvieron su edificio propio en 1926 cuando la Guardia Civil inauguró su casa cuartel situada junto al convento de San Francisco.

La cultura y el ocio también sufrieron una importante transformación y no fueron ajenas a la llegada de nuevos influjos procedentes de otras tierras. A mediados del siglo XIX el teatro y la música centraban los intereses culturales de la población. Si bien el interés por el arte de Talía fue decreciendo por la falta de un espacio adecuado a principios del siglo XX, la música recibió un nuevo impulso con la creación en 1897 de la Sociedad Filarmónica La Armonía, cuya actividad sigue centrando los intereses de los jijonencos en la actualidad.

A estas actividades se sumarán el interés por el periodismo con la aparición del primer periódico local La Voz de Jijona en 1878 y a principios del siglo XX el interés por el séptimo arte, así en 1917 se creará el Cine de Baix y unos años después abrirá sus puertas el Cine de Dalt.

El ocio a finales del siglo XIX estaba capitalizado por el juego de pelota. A mediados del siglo XVIII se había construido un frontón cerca dela Iglesiade Santa María o Iglesia Vieja. A mediados del siglo XIX se construye un nuevo frontón en la salida de la población hacia Alcoy cerca del convento de San Francisco.

Hacia 1890 se construye una plaza de toros junto al convento de San Ana, que ejercerá de coso taurino hasta principios del siglo XX. En 1930 aparecerá con fuerza la afición del fútbol con la creación del Jijona CF y la construcción de un pequeño campo de juegos adosado al cementerio municipal.Estos serán a grandes líneas los cambios que padeció la ciudad de Xixona a caballo entre el siglo XIX y XX.

Fuente: https://bgarrigos07.wordpress.com

DOMINGO, 3 DE MAYO. QUINCUAGÉSIMO DÍA. CINCUENTA MALDITOS DÍAS

FRANCISCO PÉREZ PUCHE, CRONISTA OFICIAL DE VALENCIA

Cincuenta días con sus cincuenta noches. La cuarentena, aquellos aislamientos que llenaron tantas veces los lazaretos de Monteolivete, del Safranar y de la playa de Nazaret, eran de cuarenta días. Este bicho, sin embargo, nos ha regalado una propina de diez días más. La mayoría hemos hecho, desde el 14 de marzo, un encierro agotador, de cartujo o de trapense, un confinamiento bárbaro y enmascarado que nos tiene hartos, enfadados, aburridos y desde luego tristes; porque 25.000 muertos es mucha gente perdida, mucha desgracia humana, un balance desconsolador…

Dicen que a los mayores ya les dejan salir por franjas horarias. Pero mucha gente lo está dejando para más tarde, cuando valga la pena hacerlo. Salir para encontrar que la tienda de los chinos está cerrada, que no puedes comprar pinceles finos, que no funciona aún el bonoloto y en los bares todavía no hay ruido, ni servilletas en el suelo… ¿qué sentido tiene? A los viejos nos están dando una licencia minutada que es irritante, una especie de permiso que ahora no es paterno, sino de los hijos y los nietos. Solo por eso, vale la pena quedarse en casa, ponerse en registro de Abuelo Cebolleta y decir a todo el que se te acerque con mascarilla que “saldré cuando me salga, iros con viento fresco a hacer vuestras carreritas…”

Salir a caminar, hay que avisarlo, fatiga una barbaridad. Después de tantos días pareces un astronauta desconcertado que pone los pies en el suelo del portaaviones. El suelo puede balancearse y los brazos crujirán como sarmientos. En estos días hemos acogido dolores nuevos y las piernas no responden cuando se camina más de diez minutos seguidos.

Lo peor, sin embargo, es aguantar, en la tele y en los periódicos, los pronósticos y anticipos de un mundo en el que el teletrabajo va a ser la panacea universal. Primero voy a decir una verdad que se oculta: que en las sesiones esas de pantalla compartida, tan modernas en apariencia, se pierde la media hora primera en irritantes esperas y ajustes porque la gente no se apaña con el programa Teams. Los retrasos en las homilías de Pedro Sánchez se deben a eso, a que cuesta una enormidad que haya nueve periodistas bien conectados y aguantando el sermón. Pero lo grave es que todos los que ahora dan como benéfico el teletrabajo y la conciliación ignoran que mientras ellos trabajan en casa hay en su empresa un canalla que está haciendo cuentas de cuánta gente puede prescindir en el futuro inmediato.

Las tijeras empezarán por ahí, por los que, al trabajar desde casa, están demostrando que no son necesarios en la oficina, e incluso que no son necesarios en ninguna parte. Muchos serán invitados a seguir en casa, y a teletrabajar, pero en una nueva faceta de autónomo, con la Seguridad Social por su cuenta. Otros, por desgracia, habrá quedado claro que la “nueva normalidad” resulta que no los necesita.

El futuro no es muy prometedor. Lo hemos dejado todo para septiembre, forzados por la cuarentena, y ahora nos vamos a dar cuenta de que las Fallas, en verano o en otoño, no pintan nada. Los debates de la política, las inquietudes de la economía, harán que las ocupaciones de la vida y la política sean otras, bien distintas.

Con todo, hay estampas alentadoras por más que sean diferentes: la enorme cola, con la gente debidamente separada, para entrar en la pastelería de Menéndez Pidal, es inédita y esperanzadora. La gente no ha olvidado que hoy es el Día de la Madre. Los humanos nos adaptaremos en pocos años: seremos capaces de configurar otro modelo de vida, a ser posible distinto y mejor.

Fuente: https://fppuche.wordpress.com/

CASINOS, PUDIMOS PISAR LA CALLE, PASEAR POR NUESTRO ENTORNO

JOSÉ SALVADOR MURGUI, CRONISTA OFICIAL DE CASINOS

Es la hora de dar ¡el 300 por cien!

Eran las seis de la tarde y desde el trece de marzo, no había salido de casa. Hoy hablo en primera persona. He llevado el confinamiento al pie de la letra, he intentado aprovechar el tiempo al máximo, he vivido en familia, me he dedicado a estudiar, escribir, hablar, compartir muchos ratos con personas que necesitaban conversar, haciendo posible que los días pasaran con la mayor vehemencia posible.

Como diría Alaska en sus mejores momentos, alguien podrá pensar: “¿A quién le importa lo que yo haga? ¿A quién le importa lo que yo diga? Y efectivamente así es, pero la canción nos sigue advirtiendo: “Yo soy así, y así seguiré, nunca cambiare…” y al pasear en este primer contacto con mi Casinos, con NUESTRO CASINOS, me he encontrado con la cruda realidad, que me transportó a la mente otra estrofa de una canción de Alaska y Dinarama: “¿Cómo pudiste hacerme eso a mí?” y la canción lo narra: “La calle desierta, la noche ideal. Un coche sin luces no pudo esquivar. Un golpe certero y todo terminó entre ellos de repente.” Me quedo con la primera frase, la calle desierta, el pueblo desierto… apenas casi nadie por las calles y todos atendiendo las medidas de seguridad. Somos un pueblo obediente.

Pero el camino que une el respeto con la prosperidad, ofrece aspectos que a mi entender han de ser tenidos en cuenta. Vuelvo al Casinos de 1970, cuando el periódico las Provincias publicaba en julio de ese año una página dedicada a Casinos escrita por Mª Ángeles Arazo, que ensalzaba así a Casinos: “La entrada al pueblo, discurre entre escaparates de bolsitas de peladillas; se huele a dulce, a <coques ensaxinaes> recién cocidas con la sabia medida del azúcar, la canela y la manteca de cerdo. Aunque es de noche, reina animación en las calles y de un modo especial en el casinos, que hoy citó a los músicos para el ensayo de las 11…”

Hoy cincuenta años después, el día dos de mayo, la carretera desierta, ni un solo coche, las casas de dulces cerradas, sin olor a coques ensaxianes, no reinaba ninguna animación por ningún sitio, y con esa mezcla agri-dulce de un de todo sin luces y todo encerrado, como lo expresa la canción “de repente.” De repente, todo se paró.

Creo que ese Casinos, no lo queremos nadie, pienso que es el momento de reinventarnos, creo que tal como vayan avanzando las fases para volver a la vida normal, hay que replantarnos el presente y fortalecer el futuro. Nunca fue buena la resignación: ni ante una muerte es bueno resignarse. Nunca hay que tirar la toalla, siempre tenemos la opción del paso al frente, si hay marchar hacia atrás que sea para coger impulso y seguir adelante.

Igual que cuando llega agosto decimos ante las fiestas patronales, ¡Es tu hora Casinos! Y lo damos todo, en estos momentos que tenemos que son el inicio, el volver a despertar, también es la hora de darlo todo. En muchos comentarios, escritos, normas, he leído la aterradora expresión del 30%, pero yo pienso que a esa cifra hay que añadirle un cero más y actuar, ¡es la hora de dar el 300 por cien!

Hemos de ser incisivos, elocuentes, pasar del pensar al actuar, porque un Casinos en blanco y negro, es un Casinos triste. El futuro, las generaciones que vienen, necesitan un Casinos en color, ya sabemos que las cifras del PIB son malas, ya sabemos que no hay un dato bueno, ya sabemos casi todo lo que nos dicen, los malos mensajes que recibimos, pero la voluntad es más fuerte que todo eso.

Casinos es un pueblo trabajador, próspero, luchador, noble, un pueblo que supo nacer rodeado de gigantes, y que se ha consolidado como un referente, tenemos potencial, tenemos historia, tenemos un nombre que nos lo hemos ganado a pulso, es el momento de hacerlo valer y es el momento de volver a plantearnos como vamos a seguir adelante, eso solo lo podemos hacer luchando para ser nosotros los que lo hagamos posible dando el trescientos por ciento, porque es la única fórmula para prosperar.

La hidalguía de los pueblos se mide por la tenacidad de sus habitantes, todas y todos queremos salir de esta, que no nos duelan prendas para no caer en la tristeza, que toda nuestra energía sea para que Casinos, vuelva a ser el centro de todas las miradas con la fuerza de la prosperidad. Estoy seguro, que lo vamos a conseguir, porque la esperanza es la primera razón para darlo todo.

Fuente: https://www.elperiodicodeaqui.com