LUNES, 6 DE ABRIL. VIGÉSIMO TERCER DIA. CECILIA BARTOLI, OTRA VEZ SERÁ…

FRANCISCO PÉREZ PUCHE, CRONISTA OFICIAL DE VALENCIA

Ahora que me acuerdo, ayer, domingo, teníamos entradas para un concierto de Cecilia Bartoli, en el Palau de las Arts. Nos las regaló mi hija por Reyes, un detalle de afecto y buen gusto que se ha quedado en el varadero, como tantos otros planes, ilusiones y proyectos en medio de este drama conmovedor.

¿Qué más da? Solo era un concierto. Devolverán el dinero… Parece el discurso más sensato: resignarse y aceptar la realidad. Pero no es ese, el del conformismo pasivo, el camino más correcto. Si cancelamos algo, que sea de forma momentánea, sin perder la esperanza de que lo vamos a poder recuperar después de la cuarentena. Si estamos dejando atrás todo el andamiaje previsto para la Semana Santa –el viaje que proyectábamos, la reunión familiar, la escapada a la caseta– que no sea para olvidarlo sino para recuperarlo. Que no sean estos días una cadena malhumorada de cancelaciones. O de fracasos de los que hay que culpar a alguien, como suele pasar.

Me pongo de psicólogo aficionado y de vía estrecha, lo sé. Pero es lo que sale al hilo de estas frustraciones, por otra parte ridículamente pequeñas comparadas con el desastre mundial. Aunque, una pregunta: ¿Dónde estará refugiada Cecilia Bartoli estos días? No es fácil saberlo aunque lo más probable es que esté confinada, la pobre, en un apartamento de Montecarlo: si en noviembre del año pasado la nombraron directora de la Ópera de la capital del principado, es probable que tenga allí un pisito con piano de cola e incluso una cuenta corriente, cosa normal.

Su página oficial, bajo el logotipo de Rolex, su patrocinador, informa de que “debido a las normas en torno al COVID-19 mis actuaciones previstas han sido canceladas o pospuestas. Por favor consulte las webs de los promotores. Espero verles pronto de nuevo!. Mientras tanto sigan sanos y cuiden de sí mismos!”

Donde consulto luego, una página que vende entradas para las mejores salas de ópera del mundo, sale una advertencia cariñosa “sobre estos días de desconcierto universal” y la información de que la mezzosoprano, por ahora, tiene previsto actuar el 25 de abril en el teatro Príncipe Regente de Munich (entradas a 146 euros agotadas) y el 27 el Viena, en el Music Verein, con todo el aforo vendido ya… La primera reflexión es que por ahí fuera cuesta el doble escucharla que en Valencia, algo que habitualmente olvidamos. Pero la segunda, y más potente, es que el mundo sigue, que hay más días que longanizas y que en alguna parte habrá ocasión de oír de nueva a la diva. Para empezar, en Valencia mismo, cuando los programas ahora descalabrados se puedan reconstruir.

Eso, y la Semana Santa, las Fallas, les Fogueres, la playa, el viaje, aquella excursión… El futuro se presenta agotador.

Fuente: https://fppuche.wordpress.com/