FRANCISCO PÉREZ PUCHE, CRONISTA OFICIAL DE VALENCIA
Una distracción interesante consiste en consultar la agenda y ver lo que había previsto en ella para el día. A las ocho menos diez de la mañana, el teléfono me ha avisado de una reunión que tenía prevista para hoy. Ni me acordaba ya. Pero el caso es que en la otra agenda, la clásica de papel en la que cada día tiene su página, también está anotada la hora, y el asunto de una reunión que ni siquiera se ha desconvocado…. Todos los concernidos estamos en la misma.
Es una solemne bobada. Pero entretiene esa mirada sobre lo que estaríamos haciendo en el caso de que hubiera “normalidad”. Es ameno reconstruir lo que hubiéramos hecho tal día como hoy, después de las Fallas, en el camino decidido de la Semana Santa. Reuniones, tareas, calendario de ocupaciones, planes, nos hablan del añorado modelo de vida “antiguo”, donde había montones de ocupaciones que ahora parecen ridículas y lejanas, incluso increíbles. Es jueves, y todos los jueves un grupo de amigos teníamos la sana costumbre de reunirnos a comer para contarnos las últimas novedades, para hacer las críticas de rutina contra el Gobierno o el Ayuntamiento, compartir chistes y rumores, confidencias y planes.
El plan nuestro de cada día, dánosle hoy. Que no nos falten iniciativas, aunque estemos entre cuatro paredes; ahora toca gimnasia de pasillo, lectura de libros olvidados, repaso de inglés, arreglo de un armario… Hartos ya de noticias adversas, nos estamos haciendo de una dureza nunca imaginada. Empezamos a ver el periódico de modo superficial y sabemos el minuto exacto en que hay que abandonar el telediario porque no nos interesa lo más mínimo saber si hay o no hay determinados protocolos en vigor para los viejos, comportamientos para esta o aquella situación.
Lo que sí que consigue enfadarme, sin embargo, es el comportamiento de algunos alcaldes con los agricultores. Que en pueblos esencialmente agrícolas se estén prohibiendo las tareas del campo es, además de suicida, decididamente memo. Porque denota que esas autoridades no solo desconocen que las normas de excepción sí permiten salir de casa para esas tareas, sino que ignoran de qué ha vivido y vive la gente del pueblo.
Habrá tiempo para todo. No me las doy de adivino pero si apartas un poco la maleza del momento se ve muy clara la caída estrepitosa de este o aquel político, la llegada de una barrida general de figuras, figurines y figurones como fruto de sus actuaciones de hoy.
Por lo demás, tenemos varios buques de crucero turístico con problemas, dos de ellos en aguas de Florida, porque tienen enfermos a bordo y llegar a puerto requiere una compleja operación sanitaria. Y hay también una movida enorme, por parte de la Marina de Estados Unidos, para evacuar y estudiar el estado de miles de tripulantes del portaviones “Teodoro Roosevelt” que descubrió la enfermedad a bordo y e acercó en cuanto pudo a la isla de Guam. Son situaciones asombrosas e insólitas, como la llegada de un avión, cargado de mascarillas y material sanitario, obsequio de Rusia a la ciudad de Nueva York.
También he de comunicar que esta mañana se han cerrado las visitas turísticas al Gran Cañón del Colorado… Y que hoy es mi santo.
Fuente: https://fppuche.wordpress.com