Arxiu diari: 28 d'abril de 2020

CARLOS III

ANTONIO GASCÓ, CRONISTA OFICIAL DE CASTELLÓ

Tres años después del cacareado Motín de Esquilache, en el que se protestaba por la prohibición del uso de capas largas y sombreros anchos, el corregidor Nicolás del Río publicó en Castelló un decreto en esa línea, sobre buen gobierno, decoro personal y social, basado en la política reformista del ilustrado monarca Carlos III en el que anatemizaba la blasfemia, el no santificar las fiestas, absteniéndose del trabajo, los bailes deshonestos, las mujeres escandalosas, las serenatas fuera de las épocas establecidas, los embozos, los desafíos y el juego con apuestas. A la hora de decretar multas y castigos a los infractores, el gobernador no se anduvo «con chiquitas» pues aquellas llegaban a superar los 200 ducados o la pérdida de la mitad de los bienes, y éstos llevaban aparejado al infractor el destierro, la cárcel, las galeras o incluso «el clavar la lengua». Está claro que el rey pretendía, en su afán de modernización del país, establecer unos códigos de urbanidad, aunque fuera a base de un «aquí te pillo, aquí te mato».

Con todo, hay que decir que Carlos III fue un hombre con cierta sensibilidad y prueba de ello es que cuando en 1786, se declaró una fuerte epidemia de terciana, que obligó a la localidad a reclamar incluso la presencia del doctor Ignacio Rocafort, médico de la familia real, e hijo de Castelló, el monarca no solo proveyó la comparecencia del galeno, sino que envió una gran partida de quinina para mejorar la dolencia de los afectados. En otro orden de cosas, el 29 de marzo de 1774, a instancias de los menestrales castellonenses, informó favorablemente unas nuevas ordenanzas gremiales basadas en las precedentes, abolidas por su padre en el decreto de Nueva Planta. Sin duda, un rey con buen hacer para aquellos tiempos.

Fuente: https://www.elperiodicomediterraneo.com

MARTES, 28 DE ABRIL. CUADRAGÉSIMO QUINTO DÍA. HÉROES CON BATA BLANCA

FRANCISCO PÉREZ PUCHE, CRONISTA OFICIAL DE VALENCIA

A finales de septiembre de 1918, cuando la epidemia de gripe estaba empezando a dar sus peores resultados en Valencia, seis ilustres médicos valencianos desarrollaron una vacuna contra aquel virus, nuevo y desconocido como el  que ahora azota al mundo. Y se lo aplicaron a sí mismos para mostrar sus efectos. Su intento fue aceptado por las más altas autoridades sanitarias españolas, pero no se desarrolló. En pocos meses, la epidemia, hecho el daño, remitió; y nadie quiso hacer el esfuerzo de continuar su labor.

“Las Provincias” dio la primicia el 29 de septiembre de 1918. En su portada, junto a una reseña del artículo que “L’Echo”, de París, había publicado sobre las últimas investigaciones científicas sobre la pandemia de gripe, dio cuenta del informe científico preparado por los doctores Peset, Ferrán y Rincón, entre otros, con destino a la Junta provincial de Sanidad, presidida por el doctor Torres Babí.

Era el resultado de largos trabajos de laboratorio, de horas de estudio con diferentes cultivos y preparados. De los cuales se llegó a distinguir la “enfermedad reinante” de la fiebre tifoidea, en primer lugar, y después, a describir que “el diplococo aislado es el Micrococus Pateuri de Sternberg, más frecuentemente conocido con el nombre de pneumococo de Talamon-Fraenkel”.

En Valencia, por esos días, se acababa de decidir el retraso del inicio de curso en la Universidad, pero las autoridades no se atrevían a suspender la educación y a cerrar cines y teatros. Para estos últimos se había cursado orden de parar las funciones cada dos horas, para ventilar las salas y fumigarlas. En la Justicia se habían llegado a suspender los juicios con jurado, pero no todos los demás. Valencia, y sobre todo la prensa, tomó conciencia de que había un problema muy grave cuando el día 30 de septiembre murió el director de “Diario de Valencia”, Juan Luis Martín Mengod, de 48 años, solo un día después de que su hermano Antonio muriera también, en Alicante, víctima del mismo mal.

El doctor Peset que andaba quemándose las pestañas en el laboratorio de su familia, era Tomás Peset Aleixandre, hermano de Juan Bautista Peset, el profesor que llegó a ser rector de la Universidad y fue fusilado en 1941, y de Mariano Peset, famoso arquitecto. Los tres eran hijos de Vicente Peset Cervera y nietos de Juan Bautista Peset Vidal; todos fueron grandes médicos, profesores universitarios, analistas de gran cualificación y dueño del que probablemente era el mejor laboratorio de la ciudad.

El doctor Rincón de Arellano de estos episodios, era médico militar y estudiaba, sobre todo, las condiciones de vida de los soldados como foco de rápida propagación de la epidemia: hacinamiento, ropa, higiene… Este ilustre doctor, activo en los hospitales de campaña durante la guerra civil, fue padre del que también fue médico y además alcalde de Valencia, Adolfo Rincón de Arellano.

Los seis voluntarios

Pero Peset y Rincón no estaban solos. Con ellos, en las 31 autopsias realizadas y en los análisis de toda clase de muestras, tejidos y fluidos; en la paciente espera de los cultivos y el estudio al microscopio, había bastante héroes de bata blanca auxiliados por enfermeras y monjas. Y todos trabajaron en el hospital de San Pablo, el instituto Luis Vives actual, adaptado como lazareto en la pandemia de 1918. “Para demostrar la inocuidad de la vacuna preparada, hemos empezado por inyectárnosla en el primer momento los doctores Ferrán, Torres, Rincón, Colvée, Corella y Peset”. Después de otras pruebas con animales de laboratorio, se prestaron voluntariamente a la inoculación. Cada uno se inyectó 1 centímetro cúbico de “cultivo en caldo maltosado que ha estado cuatro días en la estufa a 37º. La reacción local fue ligera y la general mínima, hasta nula en casi todos los casos”.

Gracias a la biblioteca digital de la Universidad de Valencia podemos leer ahora el resultado de aquellos esfuerzos, reseñados en la “Revista de Higiene y Tuberculosis” de 30 de noviembre de 1918. Diversos trabajos y tesis doctorales han estudiado el enorme esfuerzo que desplegaron, a caballo entre dos siglos, estos héroes de bata blanca de los tiempos clásicos de la medicina. Entre ellos está también Jaume Ferrán, que propulsó una vacuna cuando la epidemia de cólera de 1885, y el doctor Colvée, introductor de los Rayos X en Valencia y gran clínico.

No estaban solos: muchos médicos de pueblo trabajaron hasta enfermar e incluso murieron. Y fueron sustituidos por otros, que se presentaron voluntarios. El doctor Serrano que tiene una calle en Ruzafa fue Mariano Serrano Sáez, médico de la Beneficencia Municipal en Ruzafa, el barrio quizá más castigado por la pandemia en 1918: murió “con las botas puestas”, junto a sus enfermos y ese mismo año se le dedicó una calle. También el doctor Gómez-Ferrer aparecerá en este y en cuantos episodios médicos de la ciudad  sean reseñables, aunque generalmente lo hará en la vertiente pediátrica, batallando contra la difteria.

La vacuna fue aprobada por la superioridad pero no llegó a desarrollarse. Cuando la epidemia decayó, al llegar el invierno, el mundo volvió a las preocupaciones “normales”, que eran, precisamente, la escasez y la carestía de alimentos, como secuela de la guerra. Tampoco hubo potencial industrial para que la vacuna, y el suero equino que los médicos valencianos desarrollaron, tuviera aplicación real.

No es “gripe española”

La reseña científica de la “Revista de Higiene y Tuberculosis” tuvo un apartado final dedicado al pundonor: “Hemos de protestar –dice– de la ligereza con que se le da el nombre de “gripe española” a la enfermedad que estudiamos. Tal cualificativo revela desconocimiento de la historia epidemiológica y del comienzo de esa epidemia, pues antes que en España se sufrió en los Estados Unidos, en el invierno de 1915-1916…” La refutación académica, aquí no estaba exenta de una vena patriótica: “!Un poco más de seriedad en el bautizo –dicen– para no caer otra vez en la ridiculez con que hace un siglo los alemanes tuvieron el capricho de adoptar semejante arbitraria etiqueta!”

Higiene, que no guerra

La “Revista de Medicina e Higiene” a la que nos referimos lleva fecha de 30 de noviembre de 1918. La Guerra Europea había terminado. Y el editor, el doctor Chabás, escribió un editorial para celebrarlo. Se tituló “La Medicina, que es vida, ante la guerra, que es muerte. Por la Paz y por la Ciencia”. Y terminaba así: “!Maldito sea quien desencadenó las iras homicidas!! Bendita sea la Paz que se inicia!!Que la diosa Higieia la conserve eternamente”

Fuente: https://fppuche.wordpress.com/

DE CASINOS A VALENCIA. ALGUNAS NOTICIAS DE 1970.

JOSÉ SALVADOR MURGUI. CRONISTA OFICIAL DE CASINOS

En el primer trimestre de 1970 fueron tan bajas las temperaturas, que afecto a la futura producción de la almendra, dándose por perdida en un setenta y cinco por cien la cosecha de la misma.

En el mes de enero el periódico Las Provincias informaba en las noticias Casinos Agrícolas de lo siguiente: “La uva entrada en la Bodega Cooperativa en la actual campaña ha sido aproximadamente doble que la que se metió el pasado año, aunque su graduación media ha resultado bastante satisfactorio. Las causas han sido mucha más abundancia de cosecha y mucha menor venta para el mercado de la variedad “planta nova” por su mal estado de conservación debido a la desfavorable climatología.

Renovación: Como está ordenado en sus estatutos se ha procedido en junta general a la elección de los socios que han de sustituir a los que hasta ahora formaban la Junta Rectora de la cooperativa que cesan pro haber terminado su mandato, y han sido elegidos Sebastián Espinosa Murgui, Joaquín Sanchis Ibáñez, Salvador Esteba Ibáñez, Antonio Cerverón Santolaria, y José Marz Martínez, quienes una vez aprobado su nombramiento por la superioridad, tomarán posesión de sus cargos con propósito firme de continuar haciendo realidad las aspiraciones y deseos de sus fundadores que saltando muchos obstáculos y grandes dificultades, supieron vencer y convencer con palpables realidades que hoy estamos viendo y, gozosos, disfrutando de ellas. El Corresponsal”

Pyresa (Periódicos y Revistas Españolas. Servicio de Agencia) hablaba de las “Expropiaciones en el término de Casinos” y expresaba lo siguiente: “Por diversas resoluciones del Ministerio de Obras Públicas, se señalan fechas para el levantamiento de actas previas a la ocupación de fincas en el término de Casinos (Valencia), afectadas por las obras del <proyecto desglosado de los canales secundarios y redes de acequias de la nueva zona regable dominada por el canal principal del embalse del Generalísimo, sectores I al XI>.”

El 3 de marzo de 1970, en una noticia que daba el Levante, sobre las fiestas de Sueca, nos informaba con estas letras, haciendo alusión a la planta que la firma CORSAN, tenía en Casinos: “…Así pues, si desde el puente del Rey a la desembocadura, no existe ningún impedimento insalvable, el año próximo toda la obra de revestimiento de la acequia mayor estará completamente terminada y se conseguirá un ahorro importantísimo de agua, ya que al ir canalizadas no existirán tránsfugas.

Como quiera que la misma empresa constructora está construyendo unos trescientos cincuenta kilómetros de acequia en el canal Villar del Arzobispo, Casinos, Lliria… etc. instaló una fábrica de las piezas para el revestimiento y desde Casinos, en camiones, han sido trasladadas a este término y unas grúas han ido colocándolas en el mismo cauce de la acequia, que muchas veces ya no era necesario moverlas para colocarlas en su sitio. Así pues se han traído unas 3.100 piezas prefabricadas para los cajeros laterales, además de unas 7.000 piezas para la solera de la acequia.”

La última noticia que reseño hoy es de fecha 27 de junio de 1970, que en el Consejo de Ministros que se celebró en el Palacio de Pedralbes, se remitió entre otras temas a las Cortes, “El proyecto de la ley sobre la solución Sur de Valencia” y entre otros: “Autorización al Instituto Nacional de Colonización, para la adquisición de la finca <Casa de Campo> sita en los términos de Liria y Casinos.>

Y acabo está crónica referenciando que este año Casinos, pudo tener el honor de que hubieran elegido a Miss Valencia, a una señorita de nuestro pueblo Mª Carmen Sánchez Gómez, que participo en las galas de preselección en el mes de junio, pero esta efemérides merece una crónica especial.

Fuente: https://www.elperiodicodeaqui.com