Arxiu diari: 25 de març de 2020

SE RECONSTRUYE EL ACUEDUCTO DE PUÇA

GABRIEL SEGURA, CRONISTA OFICIAL DE ELDA

Larga es la discusión científica sobre la datación cronológica de los restos del acueducto de la rambla de Puça, mal llamado en algunos escritos como de San Rafael. Obra hidráulica que permitió, al menos desde el siglo XV, la llegada de “agua buena” a las fuentes de la villa de Elda desde el paraje de la Noguera, actual partida de Santa Bárbara, en el término municipal de Petrer.

Su característica fisonomía de arcos ojivales ha conducido a algunos autores a afirmar su cronología gótica en los siglos XIV o XV. Sin embargo la aportación documental de autores como T. Pérez Medina, S. Asins Velis o F. Matallana Hervás permitió documentar sucesivas reformas del acueducto a lo largo de los siglos XVI (1583), XVII (1616-1622 y 1662) y XVIII (1783), siempre vinculado al abastecimiento de “agua buena” a la villa de Elda, y por tanto obras sufragadas por el “consell de la vila d’Elda”.

Pero será la obra iniciada tal día como hoy pero, un lunes 24 de marzo, de hace 237 años, a expensas de Francisco Sempere y Amat, vecino de Elda, familiar del Santo Oficio y alguacil mayor del tribunal de Murcia, quién a cambio de que el ayuntamiento le permitiese derivar una hijuela del agua buena de la Noguera a su domicilio particular en la calle del Mesón, se comprometió a abonar el coste de su construcción. Obras ejecutadas en un plazo record de tres meses, pues fueron iniciadas un 24 de marzo del referido año y finalizadas el 25 de junio del mismo año de 1783. Obras que fueron inspeccionadas por Antonio Gregorio, maestro alarife, y Benito Bolarín, arquitecto, como personal técnico designado por el ayuntamiento de la villa de Elda.

Reforma realizada sobre una obra anterior preexistente a la que se añadió una arquería apuntada. Solución que aparentemente, y por su tipología gótica, podría ser considerada como arcaizante o retardataria, pero que sin embargo adquiere razón de ser si tenemos en cuenta que el arco apuntado posee un empuje lateral menor que el arco de medio punto, necesitando por tanto un estribo de menor grosor. Tipología de arco que, por tanto, podía adaptarse mejor a los restos de los pilares preexistentes, permitiendo una mayor estabilidad y solidez estructural.

Por tanto, el acueducto sobre la rambla de Puça, tal cual hoy lo contemplamos, es el resultado de un proceso histórico de acumulación de diversas obras fechadas en 1662 (pilares) y 1783 (arcos y acequia superior). Acueducto que permaneció incólume hasta un momento de finales del siglo XIX, cuando las DANAS o gotas de frías de septiembre de 1884, enero de 1898 o marzo de 1899 acabaron con la mitad del mismo.

Fuente: https://www.valledeelda.com

EL CASINOS DE HACE CINCUENTA AÑOS: “EL CANAL JÚCAR TURIA, ES UNA REALIDAD

JOSÉ SALVADOR MURGUI. CRONISTA OFICIAL DE CASINOS

Consultando recortes de prensa de la época, el día 22 de marzo de 1970 publicaba el periódico “Levante” la noticia y entre otras cosas nos decía: “El día 23 de diciembre del año pasado justo en la fecha en que empezaba el invierno nuestro Ministro de Obras públicas, convocó en la Lonja de Valencia a todos los labradores valencianos, tanto los que riegan de aguas del Turia y el Jucar, como los que van a regar con la ampliación que va a ser posible por las obras de regulación de ambos ríos, para transmitirles la noticia, de que el Canal Júcar Turia, tan deseado por todos los valencianos iba a ser una realidad efectiva en el inmediato año 1970.

Anteayer mismo, el día 20 el Consejo de Ministros aprobaba el paso definitivo para que estas palabras del Señor Silva Muñoz, pudieran hacer se realidad.”

Estas palabras llegaron a los valencianos, a través de las ondas radiofónicas de Radio Peninsular y al saber este trascendental acuerdo del Consejo de Ministros, de la construcción del Canal, las entidades afectadas y los pueblos interesados, cursaron telegramas de gratitud a los Ministros de Obras Públicas y de Hacienda, por la intervención decisiva de dicho acuerdo.

El sindicato de Regulación de las Aguas del río Turia, el Tribunal de las Aguas de la vega de Valencia, las acequias que toman el agua del río Turia, y los pueblos de Villar del Arzobispo, Llíria, Casinos, Bugarra, Chulilla, Losa del Obispo, Carlet, Benimodo, Alfarp, Catadau, Llombay, Aldaya, Alacuas, Quart, Picassent, etc. con el expresado telegrama, manifestaban la gratitud y alegría de los futuros regantes ante esta noticia tan esperanzadora que tanto afectaba para el futuro de muchos pueblos como el nuestro, ya que muchas miradas de los agricultores estaban puestas en la próxima venida de las aguas de ese canal.

Ese año, en Casinos y su término municipal, las obras ya estaban muy avanzadas en cuanto a construcción de acequias e infraestructura necesaria para recibir esas aguas que no llegaron a regar nuestras tierras hasta después de 1976. En aquellos años se construyeron obras como la escalinata, o los puentes que cruzan la rambla de Artaj, y toda la red de acequias y sifones que unen nuestro término municipal con el de las poblaciones vecinas, acequias que con el nuevo sistema de riego a goteo, quedaron obsoletas e inutilizadas.

Fueron años de abrazar el futuro con esperanza, de soñar con nuevas cosechas, de imaginar otra agricultura diferente… fueron los años que el carro y la caballería dejo pasó al tractor, de olvidar el viñedo para creer en la huerta baja y de amanecer abrazado a las tierras de secano y a la hora de dormir besar la tierra mojada por la riqueza de esa esperada agua.

Un proyecto que venía de lejos, un proyecto que en el B.O.E. 232 de 1969 anunciaba el Ministerio de Obras Públicas, la Resolución de la Confederación Hidrográfica del Júcar por la que se señalan las fechas para el levantamiento de las actas previas a la ocupación de las fincas que se citan afectadas en el término municipal de Casinos, por las obras del proyecto desglosado de los canales secundarios y redes de acequias de la nueva zona regable dominada por el canal principal del embalse de quien todos conocemos, sectores I al XI, según el Programa de inversiones públicas, Ley 194/1963 de 28 de diciembre.

Se convocaba al representante o propietario, al Perito de la Administración así como al Alcalde del Ayuntamiento de Casinos, o Concejal en quien delegue para levantar las Actas previas. De la Acequia A-I se cita del propietario 1 al 132, de la Acequia A-I-8 del propietario 133 al 182, de la Acequia A-I-10, del propietario 183 al 226, Camino R-4- del propietario 227 al 262, Acequia A-I-6 del propietario 263 al 279, Acequia I-8-2 del propietario 280 al 294, Acequia I-1-12 del propietario 295 al 308, de la Acequia A-I-14 del propietario 309 al 319, de la Acequia A-I-16 del propietario 320 al 330, de la Acequia A-I-8-4 del propietario 331 al 340, de la Acequia I-14 a del propietario 341 al 349, de la Acequia A-I-6-1 del propietario 350 al 357, de la Acequia A-I-10-9 del propietario 358 al 365, de la Acequia A-I-8-6 del propietario 366 al 372, de la Acequia A-I-8-8 del propietario 373 al 377 y de la Acequia A-I-10-5 del propietario 378 al 380.

Esta fue la distribución de los trescientos ochenta propietarios afectados de esta resolución, para que las aguas del Canal Júcar-Turia, llegaran y cruzaran las tierras de Casinos, no puedo terminar de escribir esta crónica, sin recordar a tantos agricultores que se quedaron en el camino con la esperanza de ver el cambio de aquellas resecas tierras en unas fecundas huertas, mujeres y hombres, hombres y mujeres herederos de ilusiones, propietarios de ambiciones, soñadores de trabajo, inculcadores de esperanzas. A ellas y a ellos les debemos ese tributo de respeto por una larga vida sembrada de tesón en nuestras fértiles tierras.

Fuente: https://www.elperiodicodeaqui.com

LA CAMPAÑA DE LOS HOSPITALES

FERRAN BELDA

No es para no tomarse a risa lo que está sucediendo. Pero no creo que a Pedro Sánchez le haya hecho mucha gracia que Ximo Puig compre tres hospitales de campaña. Yo les explicaré por qué entre bromas y veras. Porque es como si hubiera mentado la soga en casa del ahorcado. El anuncio del presidente de la Generalidad ha venido a coincidir con el descubrimiento periodístico de una decisión gubernamental inoportuna. La disolución hace apenas nueve meses de la Agrupación Militar de Campaña. La única unidad capaz de montar en cuestión de horas el macrohospital de campaña incorporado al Ejército en tiempos de Zapatero para hacer frente a posibles epidemias o ataques con armamento radiológico, biológico o químico. Una instalación que habría podido ser utilizada ahora perfectamente para descongestionar la red hospitalaria de las zonas más afectadas por la pandemia por cuanto contaba con todo lo necesario para mantener a pacientes en régimen de aislamiento. Aunque en cantidades bastante más modestas que los hospitales de campaña adquiridos por la Generalidad en un visto y no visto: tres quirófanos, 92 camas, lavandería y otras muchas dependencias, entre las que no faltaba una morgue, distribuidas en 80 tiendas de campaña, frente a las 500, 400 y 200 camas que albergarán los del Consell. Razón de más para que Sánchez se mosquee. Máxime si tenemos en cuenta que el que Margarita Robles arrumbó en junio de 2019, valga apostillar en su descargo que porque no albergó jamás a un solo herido, enfermo o damnificado, costó 27 millones, tres veces más que los tres que ha comprado Puig. Un chollo que no puede hacernos olvidar que muchas de estas jaimas no serían necesarias si todo el esfuerzo humano y económico que invirtió el Consell en desalojar a Ribera Salud del Hospital de La Ribera lo hubiera dedicado al cumplimiento de su propio programa sanitario en cuestiones más lógicas. El clausurado hospital militar, por citar una de ellas, no es que estuviera «previsto y provisto para episodios como el del coronavirus», tal como deslizaba el teniente coronel en la reserva MIGUEL APARICI (CRONISTA OFICIAL DE CORTES DE PALLÁS) en un luminoso artículo publicado en estas mismas páginas. Es que contaría ya con las 160 camas que el Botánico pensaba destinar a enfermos crónicos, largas estancias y salud mental si no se hubieran perdido por el camino los 100 millones contemplados en el presupuesto de 2016 y los 26 agregados en el de 2018. ¿Cuántos enfermos podría estar en condiciones de acoger La Fe de Campanar si se hubiera cumplido alguna de las promesas contraídas por la Administración con el barrio, no digamos ya si no se hubiera abandonado?

Fuente: https://www.lasprovincias.es

MIÉRCOLES, 25 DE MARZO. UNDÉCIMO DÍA. EN BUSCA DE HÉROES

Francisco Perez Puche. Foto de Juan J. Monzó

FRANCISCO PÉREZ PUCHE, CRONISTA OFICIAL DE VALENCIA

No me encuentro muy bien. Pero es porque me he metido a zascandilear en la cocina. Esa tosta gratinada de rúcula con mostaza, pebrella y queso blanco estaba buena, quiero decir que pude hacerla pasar; pero la otra, la de queso de untar con atún y mermelada de arándanos me cayó como una bomba, seguramente por el tono verdoso que tenía, no sé si del queso o del atún.

Undécimo día de encierro contando desde la “Plantà” frustrada. Va siendo hora de prevenirse contra algunos intentos gastronómicos, con incursiones creativas en la cocina que no llevan a nada bueno. Lo mejor, pienso yo, es mantener y cultivar las habilidades que uno pudiera tener –una sopa, un huevo frito, una ensalada– pero sin meterse en ensayos ni descubrimientos, porque no es momento.

Y en esas estamos, contando días como esos presos de las películas que se hacían un calendario en la pared de la celda, rayita a rayita, agrupando las marcas por semanas, meses y años. El sábado 14 de marzo no salí de casa, pero ese día ahora resulta que no cuenta, porque para la mayoría no era “oficial”. De manera que son once jornadas, apenas once, una birria si lo comparamos con el conde Montecristo, o mejor con François Picaud, el personaje real que inspiró la novela de Dumas, que el pobre se tiró siete años, siete, de injusta prisión.

Mira, es una idea: voy a buscar la novela, que en alguna parte debe estar. Y voy a ver qué hay ahora en esa isla d’If, el roquedal de la costa marsellesa donde estaba la prisión  de Edmond Dantes. Voy a meterme en esas aventuras de folletín, nacidas para publicar por entregas en los faldones de los periódicos antiguos. Como hizo Víctor Hugo, como hizo Blasco Ibáñez, que escribían capítulos divididos en secuencias de la misma extensión, con sorpresa  al inicio e incógnita al final, lo que le da al relato un dinamismo en altibajo, suspense-susto, ideal para el cine.

Estos días tenemos que buscarnos personajes que saben resistir y que triunfan al final de su injusto confinamiento. Necesitamos héroes subterráneos de la resistencia francesa, sudorosas víctimas de oficiales japoneses intransigentes. ¿Cuánto tiempo estuvo encerrado el pundonoroso Alec Guinnes en “El puente sobre el río Kwai? Verlo salir sudoroso de la caseta, verlo andar erguido con su vara de mando, pese a tanto sufrimiento, nos tiene que recompensar…

Para resistir el confinamiento, es preciso que nos pongamos bajo la protección del Santo Job y de algún paciente prisionero de novela o película de aventuras. Gente que se pasaba los años rascando un muro de granito con el mango de una cuchara hasta abrirse una galería. Gente que dejaba de comer para poder pasar por un agujero. Gente, en fin, que no hacía la tontería de meterse a ser creativo en la cocina. ¿Tortilla de patatas? Bendito sea Dios: y que no falte.

Fuente: https://fppuche.wordpress.com/