VICENT M. PASTOR
Una visita a las montañas de la Casella incluye
obligatoriamente una parada ante el cercado de los ciervos para tratar de
divisar los animales entre la vegetación. Si no es en sí mismo el objetivo
último de la visita, es una buena excusa para tomar aire tras una primera rampa
bastante exigente de camino a cualquiera de las cumbres o parajes que esperan
al final de cada una de las sendas que muestran el camino. Los ciervos parece
que siempre han estado ahí y para varias generaciones de alcireños así es. La primera
vez que visitaron la Casella ya estaba allí una reserva que, en base a las
estimaciones de Alfonso Rovira, puede cumplir este año medio siglo. La
concejalía de Medio Ambiente se plantea trasladar los animales a una finca que
la Conselleria de Medio Ambiente tiene en Requena al considerar que se trata de
un hábitat mucho más adecuado. El debate está abierto.
Los ciervos llegaron a la Casella como consecuencia de una
donación. El colaborador de Levante-EMV ALFONSO
ROVIRA (CRONISTA OFICIAL GRÁFIC D’ALZIRA) ya dio cuenta en la sección «Y
parece que fue ayer» que fue el arquitecto municipal Andrés Herruzo quien, allá
por el año 1970, ofreció a la corporación que presidía José Pellicer varios
ejemplares al multiplicarse una pareja que tenía en una finca próxima a
València y quedarse sin posibilidad de atender al pequeño rebaño. Según Rovira,
fue el propio Herruzo quien planteó la idea de reubicarlos en cualquier rincón
del paraje de la Casella y el ayuntamiento valló un espacio junto a la pista
forestal. El cercado recibió posteriormente otra singular donación ya que
Ignacio Docavo, entonces director del zoo de València y que había ejercido como
docente en el instituto Rey Don Jaime, ofreció un cebú y un batutsi, animales
de cuernos largos que acompañaron a los ciervos.
El cercado de la Casella ha llegado a tener en algunos
momentos hasta catorce ciervos, aunque en la actualidad quedan seis. Todos descienden
de los primeros ejemplares que llegaron hace 50 años y, en algunos momentos,
han protagonizado escapadas por las montañas del entorno, hasta que han podido
ser reconducidos. El ayuntamiento, recogiendo una propuesta de la propia
conselleria y en previsión de que esta sucesión de cruces en una manada
reducida derive en problemas de consanguinidad, ha abierto el debate sobre el
traslado de los ciervos a una finca de 800 hectáreas acotada y con todo tipo de
fauna que la conselleria tiene en el Rebollar (Requena). La propuesta parte de
la voluntad de mejorar los estándares de bienestar de estos animales que ocupan
en la actualidad un recinto de apenas una hectárea y media, insuficiente para
los desplazamientos que a diario suelen hacer los ciervos en libertad.
El concejal de Medio Ambiente, Pep Carreres, ha anunciado
que elevará la propuesta tanto a los órganos asesores como al equipo de
gobierno. Su idea, si los informes del veterinario avalan el traslado y
finalmente se acuerda, es sustituir los ciervos por cabras y ovejas que, de
forma controlada, contribuirían al mantenimiento del cortafuegos y franjas de
seguridad habilitadas en la Casella para prevenir o combatir posibles incendios
forestales.
Fuente: https://www.levante-emv.com