Los Festeros de la beata Inés, la Hermandad Inesina y el Ayuntamiento de la localidad valenciana de Benigànim han acordado trasladar al próximo fin de semana la celebración de los actos en honor a Josefa Teresa Albiñana Gomar, conocida como la beata Inés (Benigànim, 1625-1696), excepto las misas que se mantendrán para mañana, martes, coindiendo con su festividad litúrgica.
Así, se celebrarán misas mañana a las 7, 8 y 11.30 horas, y a les 18 horas tendrá lugar un acto de devoción a la Beata Inés en la iglesia de la Beata. El resto de actos se han aplazado al próximo fin de semana.
De esta manera, el sábado 25 de enero será la “cremà” de la hoguera, a las 21:30 horas, y el domingo, día 26, misa solemne de campaña a las 11:30 horas en la plaza de la Beata Inés, precedida por una ofrenda de flores a cargo de las festeras de la Hermandad Inesina, entidad que organiza los actos en honor a la beata desde que fue beatificada en 1888 por el papa León XIII.
Por la tarde, tendrá lugar la procesión en honor a la beata Inés a las 17 horas con la imagen de la Beata, en la que centenares de vecinos escenificarán los milagros y hechos de la vida de la religiosa con la asistencia de cientos de peregrinos de la localidad y de otras cercanas. La jornada festiva del domingo comenzará a las cuatro de la madrugada con una despertà por todo el pueblo, llamada la “despertà de la Aurora”.
La procesión, que se calcula que el año pasado contó con la asistencia de más de 7.000 personas, discurrirá este año por el recorrido más largo de los siete que hay establecidos, con un total de 2 kilómetros, han confirmado fuentes de la organización, a cargo de la comisión de festeros de la Hermandad Inesina en colaboración con el Ayuntamiento y el convento de las Agustinas Descalzas.
Beata Inés de Benigánim
Josefa Teresa Albiñana Gomar, que asumió como religiosa el nombre de Josefa María de Santa Inés, nació en Benigànim en 1625 y con 18 años ingresó en la orden de las Hermanas Agustinas Descalzas fundada por San Juan de Ribera. Hasta su muerte en 1696, con 70 años, permaneció en el monasterio de Benigànim realizando los oficios más humildes del convento y cuidando de las religiosas enfermas.
La beata Inés “fue una religiosa con una vida espiritual intensa, llena de revelaciones místicas, como el abrazo que recibe de Jesús, quien libera sus manos de los clavos del crucifijo frente al que oraba la religiosa o el naranjo que creció habiéndolo plantado al revés la misma beata Inés, árbol que se conserva en el municipio”, ha indicado el director del Archivo de Religiosidad Popular, ANDRÉS DE SALES FERRI (CRONISTA HONORARI DE FORTALENY).
Fuente: https://www.cope.es