El baile del fuego y el sonido de las cacerolas golpeando se
instauran como imagen y banda sonora de una noche mágica en Petrer. Les falles
de la nit de reis son una tradición cuyas raíces bien podrían datar de finales
del siglo XIX o principios del siglo XX, siendo anteriores a la ya instaurada
cabalgata. “No se puede conocer con exactitud la fecha en que se
iniciaron, porque no existen documentos escritos que recojan esa información.
Por lo tanto, fijar sus comienzos ahí es como no decir nada”, advierte la
imprecisión del origen Vicent Navarro, petrerense especializado en las
tradiciones de su municipio y empeñado en su conservación. Sin embargo, comenta
que la generación de su bisabuelo ya tenía por costumbre hacer fallas la noche
de reyes, lo que las sitúa, como mínimo, en más de un siglo de antigüedad.
Aunque “los primeros registros en artículos empezaron
en los años 80 del siglo pasado, con HIPÓLITO
NAVARRO VILLAPLANA como PRIMER
CRONISTA OFICIAL DE PETRER“, recuerda el experto, existe un posible
origen para la tradición en el siglo XVII, inmediatamente después a la
expulsión, en 1609, de los moriscos, momento en que “Petrer quedó
totalmente despoblado. En 1611, cuando se llevó a cabo el reparto de las
tierras, 90 familias procedentes de Onil, Castalla, Biar o de la zona de
l’Alacantí, llegaron para repoblar el municipio”, contextualiza. “Mi
hipótesis es que las fallas de Petrer las trae la gente que nos repuebla, que
ya tenía ciertos ritos como este, porque, por ejemplo, en Onil cuentan con una
tradición similar llamada fatxos, pero en lugar de celebrarse el día 5 de
enero, se realiza el 24 de diciembre, Nochebuena”, interpreta Navarro.
El recientemente pasado año 2019, se reclamó que las fallas
se proclamasen Bien Inmaterial de Relevancia Local. Una propuesta que salió
desde el Ayuntamiento de la localidad, presentada en diciembre durante el
último pleno del año y que sigue en pie. Esta particular danza del fuego queda
en manos de las vecinas y vecinos de Petrer que quieren conservar y continuar
con esta tradición que se lleva a cabo al mismo tiempo que el desfile real:
“Nosotros no estamos para nada en contra de la cabalgata, pero la nuestra
es una tradición de participación, mientras que en el desfile solo miramos,
somos actores pasivos. Con la cridà dels reis estamos dándole un tiempo a la
gente de la parte del casco antiguo hasta que lleguen a esa zona los reyes con
la cabalgata”, reconoce.
Con tal de que la participación en las fallas por parte de
los y las habitantes de Petrer no disminuya, el Ayuntamiento ha organizado un
par de talleres (realizados los días 26 y 27 de diciembre y 4 de enero en
colaboración con Planeta Caracol y con la Asociación Cultural Kaskaruja) para
potenciar esta tradición, donde “se enseña a la juventud a elaborar las
fallas y los fallones”, cuenta Navarro. Y, además, insiste en que están
intentando mantener viva la tradición para que no se pierda, porque
“cuando las cabalgatas fueron adquiriendo una mayor fuerza, las fallas se
fueron perdiendo hasta hace unos 40 años, cuando un grupo de gente empezamos a
reavivarlas, también contando con el respaldo del Ayuntamiento”, agradece.
Anterior a la realización de los desfiles reales -“los
cuales llegaron a Petrer en 1945”, apunta el especialista-, los Reyes
Magos “se encontraban únicamente en la imaginación de las personas. Es
decir, no se podían ver; no como ahora con las cabalgatas”, matiza. Por
ello, se llevaba a cabo la cridà, para que las niñas y niños de la localidad
consiguiesen llamar la atención de Sus Majestades de Oriente y que estos no
pasaran de largo y se acordasen de dejar sus regalos en el municipio. Es por
este motivo que para esta llamada empleaban tanto el fuego como el ruido,
“utilizando cacerolas y, en la antigüedad, hasta se tocaban caracolas
marinas”, da a conocer.
La tradición ha ido evolucionando con el paso de los años,
modificando elementos e introduciendo nuevos añadidos. Por ejemplo, la
hipnótica coreografía del fuego mientras rueda comienza, en la actualidad,
desde lo alto, el castillo de Petrer, una novedad que “se incluyó hace
tres años, porque un grupo de amigos convocamos a la gente por nuestra cuenta a
través de las redes sociales para rodar los fallones allí arriba”, explica
el entendido. E informa de que “el primer año se juntaron allí arriba
alrededor de 200 personas, motivo por el cual, al final, desde el Museo
Arqueológico y Etnológico ‘Dámaso Navarro’ y desde el Ayuntamiento se
implicaron. Tanto es así que el año pasado fue el propio Ayuntamiento quien las
convocó”, notifica Navarro.
Fuente: https://alicanteplaza.es