Arxiu mensual: agost de 2019

LA POESÍA DE OCTUBRE

ANTONIO GASCÓ, CRONISTA OFICIAL DE CASTELL0

Me gusta especialmente en estío el agua cebada, que une a su excelente sabor, remembranzas entrañables de luengo calendario, que la convierten en un refresco no solo grato al paladar, sino al instinto y al sentimiento. El miércoles degustaba un vaso en compañía del buen amigo y admirado escritor (ahora también pintor de elogiables recursos y perspicaz magín) Toni Albalat en una horchatería sita frente al carismático instituto Francisco Ribalta, cuando se nos acercó un apreciado compañero en las aulas del centenario centro, que no era otro que Ramón Córdoba, quien nos hizo entrega de un ejemplar, recién editado, del que es autor, sobre los poemas ganadores de los premios Octubre en el último tercio del siglo XX, que como es sabido son de los más prestigiosos que se otorgan en lengua catalana.

La obra me pareció oportuna, interesante y relevante por el tema abordado y sobre todo muy bien concebida, dado el análisis escrupuloso, perspicaz, intuitivo y personal que cuaja de las obras galardonadas. Córdoba lleva a cabo, en los preliminares, un estudio histórico de cuanto supone la lírica en el País Valenciano y del papel de los premios literarios en la potenciación de la literatura vernácula y muy en particular en el significativo papel que aportaron los «Octubre» de Edicions Tres i Quatre en sus modalidades de ensayo, periodismo, narrativa y poesía. Daba la casualidad de que mi contertulio Antoni Albalat había sido uno de los ganadores y ello incrementaba la ilusión y la oportunidad de la entrega. Agua cebada, amistad y la mejor literatura de nuestra tierra. Mejor imposible.

Fuente: https://www.elperiodicomediterraneo.com

¡FALLECE PERTEJO!

GABRIEL SEGURA, CRONISTA OFICIAL DE ELDA

Parece que fue ayer cuando se fue un hombre ligado a varias generaciones de eldenses. Un hombre del que quizás los más jóvenes no hayan odio ni hablar, pero que sin duda dejó una huella social muy importante. Se fue de entre nosotros para habitar en el Olimpo de los Eldenses Ilustres. Estas líneas van por usted, don José, para que pueda gozar de la Eternidad, mientras le sigamos recordando.

Hoy hace 28 años nos dejó uno de esos hombres que marcaron profundamente la Elda de las décadas centrales del siglo XX. Su profesionalidad, su humanidad, su carisma hicieron de él todo un icono eldense de la época: don José Pertejo Seseña.

De origen zamorano, médico de vocación y de profesión, se afincó en nuestra ciudad poco después de finalizar la guerra civil, consagrando su vida profesional al servicio de Elda y de los eldenses. Quienes lo conocieron manifiestan su preclara vocación y recta conducta, siempre al servicio de la medicina y de sus pacientes.

De carácter y rostro serio era, según los que le conocieron, de trato sencillo y afable, sabiéndose ganar la simpatía y el cariño de sus pacientes, lo que hacía que su consulta siempre estuviera llena. Su humanidad, su experiencia y sus grandes conocimientos hicieron que fuera uno de los médicos más valorados no solo de Elda, sino de toda la comarca. Gentes de diferentes poblaciones acudían a su consulta en la entonces calle General Moscardó, 29 (actual calle Pi y Margall).

Implicación profesional que fue pareja a su implicación social en la Elda de las décadas centrales del siglo XX, siendo fundador y alma de la Sociedad Médico-Quirúrgica Eldense; así como recordar su implicación con la Asociación de Alcohólicos Rehabilitados de Elda y su apoyo constante a diversas actividades culturales.

Falleció a los 81 años en Valencia, un viernes 23 de agosto de 1991. Al día siguiente, su cuerpo fue trasladado a Elda, donde en la iglesia de la Inmaculada le fue oficiada su misa funeral ante una gran multitud de personas que acudieron a dar su último adiós a su médico y a una gran persona, demostrando así el aprecio y consideración que supo ganarse de los eldenses.

Tras la misa, el féretro fue conducido al cementerio de Monóvar, donde recibió sepultura en el panteón familiar junto a su esposa, fallecida algunos años antes.

José Pertejo fue uno de esos tantos eldenses de adopción, cuya labor le hace merecedor ya no de la tan manida calle que perpetúe su nombre entre nosotros, pero sí al menos del reconocimiento, aunque sea a título póstumo, de Hijo Adoptivo de Elda.

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ACTORES Y AUTORES

ANTONIO GASCÓ, CRONISTA OFICIAL DE CASTELLÓ

La semana pasada, con harto dolor, asistí al tanatorio a dar el pésame a los familiares de Rafael Lloret. Era lógico que me encontrase con numerosos amigos comunes que sentimos profundamente la ausencia de un ser bueno, desprendido, afectuoso y siempre risueño. Entre muchas frases que escuché en su homenaje, hubo una que me llamó poderosamente la atención por la filosofía que en ella se encerraba. La pronunció, mientras nos fundíamos en un abrazo, Valeriano Barberá, en referencia a las obras del costumbrismo castellonense de las que su padre fue autor y que tantas veces Rafael había llevado a la escena, con inimitable gracia: «El autor muere cuando mueren sus intérpretes», dijo. «Nuestro Castelló se nos va». Razón tenía. Al día siguiente, en el desarrollo de las exequias fúnebres, coincidí al lado de Joan Prades el Xato, otro de los grandes actores locales que dieron cabal vida a Sento, el protagonista de El meu raval.

Hoy me acuerdo de autores muy grandes como Benavente, Valle, Buero, Pemán, los Quintero… y tal vez el mejor de todos, el único que aún ve representados algunos de sus dramas: Lorca. Murieron aquellos que en la escena dieron vida a sus personajes: Enrique Borrás, Ricardo Calvo, Rafael Rivelles, Mariano Asquerino, Pepe Isbert, Leocadia Alba, Margarita Xirgu, María Guerrero, Rosario Pino… y abandonaron los escenarios las obras que sus autores escribieron y que en su momento tuvieron un éxito de clamor. La ascendente espiral de la evolución es el auténtico poder del designio existencial, nos guste o no. A los viejos ya casi se nos prohíbe ser románticos. Es lo que hay.

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CANÓNIGOS ORIOLANOS

ANTONIO LUIS GALIANO PÉREZ, CRONISTA OFICIAL DE ORIHUELA

Hace unos días nos dejaba un buen amigo de toda la vida. Me refiero al canónigo de la catedral de Orihuela, Antonio Pamies Andreu con el que siempre tuve, al igual que con su hermano Manolo, una entrañable relación, desde aquellos años de la niñez en los veranos de Torrevieja. En los momentos que supe la noticia, me pasó por mi memoria las muchas coincidencias con él y en los lugares que habían sido. Primero en la tierra de la sal; después como seminarista cuando asistíamos a los conciertos que organizaba la Caja de Ahorros de Ntra. Sra. de Monserrate; a continuación en sus destinos como párroco en Pilar de la Horadada, con el que colaboré proyectando la instalación eléctrica de la nueva iglesia, en Santa Pola cuando me desplazaba a impartir cursos; en Orihuela, en muchas ocasiones, desde su nombramiento como canónigo el 10 de julio de 2007, y ostentando la representación del Cabildo Catedral en algunos actos del día de San Antón. Para mí, Antonio fue un buen hombre y un mejor sacerdote.

Al enterarme de su fallecimiento recordé a otros canónigos de aquel Cabildo de los años cincuenta con los que tuve más o menos relación. Y me vino a mi mente, el que era deán entonces, José Sanfelíu Giner, que había sido nombrado en 1952, y que cinco años después desempeñaba entre otros los oficios de canciller secretario de la Curia Diocesana, desde 1947, profesor y rector de Honor del Seminario Mayor. Mi relación con él se redujo a ayudarle alguna misa en la catedral. Recuerdo que vivía en la Corredera y que asistí a su multitudinario entierro.

También fui monaguillo con monseñor Joaquín Espinosa Cayuelas, prelado doméstico de Su Santidad, que había sido nombrado en 1947 y que diez años después, ya jubilado, era visitador general de religiosas. Recuerdo que al terminar la misa, me daban como salario una peseta de las de entonces.

Era frecuente, todas las tardes encontrarnos por las calles de Orihuela dando la vuelta a los puentes o por los Andenes, a Jesús Mª Imaz Urcola y al arcediano Modesto Díaz Zudaire. El primero accedió a la canonjía en 1947 y el segundo, en 1953. Cuatro años después, además de otras obligaciones lo encontramos como fiscal y defensor del vínculo del Tribunal Eclesiástico. A don Jesús lo tuve como profesor de Filosofía en sexto de Bachillerato en el Colegio Santo Domingo. Su presencia por Orihuela en «vespa» era frecuente e insólito. Con los años ocupó el decanato del Cabildo Catedral, y en él siempre vi a un hombre liberal en todos los sentidos. El segundo, don Modesto, en el citado Tribunal, en 1957, era provisor o juez eclesiástico, y lo traté muchos años como hermano mayor de la Cofradía Ecce Homo.

Dentro de la incorporación de canónigos en 1947, también localizamos a Juan Martínez García, vicerrector del Seminario Conciliar, al que saludábamos siempre cuando junto con mi padre y mi madre ascendíamos hasta el Seminario para llevar a cabo la vacunación contra la peste aviar de las dos mil gallinas que había en su granja. Al terminar nos obsequiaban con una limonada y unos rollos salidos de la manos de las carmelitas, al frente de las cuales estaba la madre Micaela.

También de los años cuarenta, concretamente nombrado en 1948, el canónigo oriolano Monserrate Abad Huertas, muy amigo de mi padre. Parece que lo estoy viendo visitando todos los veranos a las familias oriolanas por las calles próximas a la entonces ermita del Sagrado Corazón de Torrevieja. Así como en el Archivo Catedral cuando desempeñó el oficio de canónigo archivero.

Entre estos canónigos, también encontramos al magistral Salvador Ivars Devesa que fue nombrado en 1951, y con la distinción como «canónigo de Honor», el sabio José Andreu Rubio, al que lo tuve como miembro de tribunal de la Reválida de Cuarto de Bachiller en Alicante.

Los de aquella promoción tuvimos la fortuna de que los dos vocales estaban relacionados con Orihuela (el otro fue al catedrático Francisco Morote Chapa, casado con una oriolana). Estoy seguro que debieron echarnos una mano a alguno. A mí, entre ellos.

Quede todo lo anterior como un recuerdo, y en memoria de mi amigo Antonio Pamies Andreu.

Fuente: https://www.diarioinformacion.com

LA TORREVIEJA OCULTA TRAS EL BOMBARDEO DE 1938

Esta localidad alicantina no es solo la ciudad de las habaneras, playera, pesquera y salinera. Mientras una mayoría veranea allí sin preocuparse de su historia, otros rescatan del olvido selectivo aquello que pocas veces se ha contado. Hoy se cumplen 81 años del bombardeo de la aviación italiana, aliada del bando sublevado, que causó 19 muertos y 45 heridos.

LORETO MÁRMOL

Eran alrededor de las 10 de la mañana de un día soleado propio de verano. En la pescadería del muelle se habían formado largas colas, sobre todo, de mujeres, ancianos y niños que aguardaban ansiosos su ración: medio kilo de sardinas por persona. Los pescadores desembarcaban sus capturas. La lonja se llenaba de un continuo ir y venir de curiosos. Las calles y las playas eran un hervidero de gente. La bahía estaba llena de barcas de vela latina.

La calma antes de la tormenta. En cuestión de segundos, humo, polvo y arena que casi ocultaban el sol. Se levantaban enormes columnas de agua entre los veleros anclados. Tocado y hundido. El muelle como un coladero. Botes hechos astillas. La fuente de una plaza arrancada de cuajo.

Pánico, terror y destrucción. Grava y metralla. La carne talada, que diría el poeta. Gritos desesperados. La onda expansiva reventaba casas. Montones de piedras de sepultura. Las balas plateadas que caían del cielo no eran de agua.

Antonio Mulero, de 13 años, estaba en su casa comiendo una tostada de pan con aceite cuando escuchó el atronador ruido de cinco aviones. Con la incertidumbre con la que el ser humano suele mirar al cielo, en el pueblo se preguntaban: “¿Serán de los nuestros? ¿Irán llenos o vacíos”.

Era 25 de agosto de 1938, y los vecinos de Torrevieja estaban acostumbrados a verlos pasar de largo hacia los grandes objetivos militares de la zona -Cartagena y Alicante-, pero se tenía miedo de que alguna vez descargaran a medio camino. Sobre todo después de que el 25 de mayo en la capital alicantina machacaran la zona del mercado central atestada de gente.

Entre 1937 y 1939 la localidad sufrió siete ataques aéreos de la aviación italiana, cuyo objetivo primordial eran los puertos republicanos. Solían efectuarse con diez aparatos cargados con una tonelada de bombas cada uno, con instrucciones tajantes de atacar los barcos y las instalaciones portuarias.

Aunque las actividades del puerto torrevejense durante la guerra civil se centraron en la carga de sal, “era un punto estratégico y de gran importancia, no tanto por sus instalaciones militares -que no eran relevantes-, sino por servir de refugio ante los ataques habituales que sufrían en el litoral mediterráneo motoveleros, vapores y buques con material de guerra y otras cargas”, sostiene la historiadora Carolina Martínez López en su libro Un pueblo en la retaguardia: la guerra civil en Torrevieja.

Esa mañana pasaban de norte a sur cuando de pronto giraron y enfilaron hacia la bahía. Tenían la misión de lanzar bombas sobre varios puertos pequeños. En este caso llegaron más allá, adentrándose en el núcleo de población.

Los ataques de la aviación italiana en el 38, perpetrados en varios puntos del litoral desde Águilas (Murcia) hasta la frontera francesa, con cientos de muertos y heridos, fueron calificados en informes internacionales como bombardeos deliberados a población civil.

Ese día llama la atención que se preparara el lanzamiento a una cota algo más baja de lo habitual: “Descendieron a 3.200 metros de altura para bombardear a placer una ciudad indefensa”, afirma Miguel Puchol, autor del libro ‘Bombardeos en Torrevieja’, que añade que lo hacen “como si estuvieran a 4.500 metros o más, dejando un reguero largo de explosiones”.

El CRONISTA OFICIAL DE LA CIUDAD DE TORREVIEJA, FRANCISCO SALA, habla de “bombardeo contra la población civil, puesto que Torrevieja no tenía objetivos militares”. Según la tradición popular, una vecina de la localidad, Joaquina ‘La Churra’, dijo haber oído en una de las emisiones radiadas de Queipo de Llano algo sobre un “regalito a recibir”. Ese 25 de agosto una bomba cayó en su casa, sobre la cama. Pero no explotó.

José Montesinos Torregrosa, Pepe ‘El Gato’, y otros muchachos corrían por las calles con el corazón en la boca. Alocados. Cuando pasó por delante de los escombros aún humeantes de una vivienda oyó como un maullido. Era el llanto de una niña de dos años. Carmen, cubierta por completo de sangre, fue la única superviviente de esa casa maldita. Su madre, Ángeles, y sus hermanos Manuel -de 11 meses- y Ángeles -de 10 años- estaban muertos.

Carmen Rojas, que tenía 9 años, era amiga de la pequeña Angelita. “Otros días hubo bombas incendiarias y nos asustaban diciéndonos que venían los moros, pero ese día sabíamos que los que tiraron los artefactos eran italianos”.

Lola Ferrández tenía 7 años pero se acuerda como si fuese ayer. Su tía Francisca Vidal Baños, de 22, se metió debajo de la cama con su padre y su abuela. La alcanzó la metralla. Cuando la llamaron para que saliera vieron que estaba muerta.

En la calle Heraclio, donde murió un niño, aún se puede apreciar cómo la metralla cortaba las rejas de las ventanas. En el paseo un funcionario perdía la vista. Junto a las palmeras, yacían un soldado y su bebé, una pareja joven y su hija, una chica refugiada de guerra…

Puchol explica que “es un tiro muy largo que provoca el desastre en una población llena de refugiados”. Precisamente, al estar desde el principio hasta el fin de la guerra en la retaguardia y alejada de los frentes de batalla, “recibió un gran número de desplazados por el conflicto, en su mayoría niños de corta edad y huérfanos”, indica Martínez López.

En menos de medio minuto la aviación italiana, en apoyo al bando sublevado, arrojó más de una veintena de bombas. Murieron 19 personas, de entre 2 meses de edad y 61 años. Los cuerpos de las víctimas -en su mayoría jóvenes y niños- fueron alineados en las tapias del cementerio, expuestos en una fila macabra y trágica.

Un total de 45 heridos bloqueban el hospital de sangre a media mañana. El testimonio de Mulero sirvió para sacar a la luz el número de víctimas con nombres y apellidos, así como las zonas que se vieron afectadas: “Al no existir aquí defensa antiaérea, los aviones, sin nada que se lo impidiera y volando a no mucha altura, arrojaron su mortífera carga” sobre la bahía, la playa, el puerto, la zona de la pescadería y ocho puntos más.

El olor a pólvora impregnó el ambiente durante horas. El pueblo estaba lleno de metralla. Cuentan que todavía en los años 90 algunos comercios tenían como pisapapeles algunos de aquellos trozos.

El desconcierto y la impotencia llegaron hasta nuestros días. Los recuerdos siguen muy vivos en la memoria silenciada durante mucho tiempo.

Algunos supervivientes tienen cicatrices en la piel y otras más profundas, la de la pena y la desmemoria selectiva. José Manuel Martínez Andreu, hijo de Carmen, la niña que fue rescatada entre los restos de su casa, cree que “quedaron todos marcados por la tragedia. El dolor nunca se acabó; es como una lápida pesada que cubre todos los recuerdos, una pesadilla que nunca acaba y que vuelve a la memoria y atiza el corazón, una y otra vez”.

81 años después Torrevieja mantiene sepultado aquel día, entre los despojos del olvido: “Sigue habiendo reticencias a la hora de contar lo sucedido aquel día, como si aún permanecieran esos escombros humeantes, pero los peores, los más pesados, son los del miedo”, prosigue Martínez Andreu, que confiesa que a veces piensa en el aviador, si supo que había matado a una madre y sus dos hijos; en que “tuvo el refugio del anonimato, pero las víctimas no han tenido el del recuerdo”.

A su juicio, “es incomprensible que todavía estemos así, convirtiéndonos en cómplices del silencio y en víctimas del olvido”. En palabras de SALA ANIORTE, “estos episodios han estado sometidos a un olvido público, haciendo que peligrara la cicatrización del conflicto”.

No consta ese día en el Archivo Histórico Municipal. Dicen que se destruyó todo después de la guerra. Solo queda el rastro de un acta del Consejo Municipal que abordó los hechos 48 horas después, calificando el bombardeo de “criminal atentado contra nuestra inofensiva ciudad”. En un momento de “angustia y dolor que embarga a todos”, expresaron una “enérgica protesta por el hecho tan cobarde contrario a los más elementales principios de humanidad y civilización”.

Desde hace más de una década distintas organizaciones de la comarca, sobre todo memorialistas y de izquierdas, arrojan al mar 19 rosas rojas en recuerdo de las víctimas. Las nombran una a una. Lo hacen al comienzo del paseo marítimo Juan Aparicio, un nombre que recibe en honor al que fuera director general de Prensa y Propaganda en la dictadura -dicho de otra forma: el jefe de la censura-, que pasaba temporadas en Torrevieja. El también autor de aquello de “España una, España grande, España libre”, fundó el semanario municipal ‘Vista Alegre’, que sigue saliendo a la calle con las principales noticias del Consistorio e ideó el certamen anual de habaneras, ahora de alcance internacional, que acaba de cumplir su 65 edición.

El año pasado, en el 80 aniversario, algunos colectivos recorrieron los lugares donde cayeron las bombas. En la plaza de la ermita, una mujer se acercó: —¿Qué están haciendo? —preguntó.

—Rememoramos a las víctimas del bombardeo del 38.

—También muere mucha gente de cáncer.

“¡Viva España!”, gritaban desde un coche, justo en uno de los lugares más devastados por las proyectiles. Allí, en pleno centro, el edificio de la aduana portuaria, que pertenece a Hacienda, mantiene en su fachada principal un escudo franquista, a solo unos metros de la Sociedad Cultural Casino, de donde se retiró no hace mucho una fotografía del caudillo instalada en una discreta sala de juntas. Cerca, el Real Club Náutico, de gestión privada pero propiedad de la Conselleria, tiene una placa en la entrada dedicada a Francisco Franco, “presidente de honor a perpetuidad de estas instalaciones”.

Hay quien dice que no se debe remover el pasado; que es hora de olvidar. Más que concordia, se exige silencio. La historiadora insiste: “No es la apertura de viejas heridas ni propiciar un guerracivilismo gratuito; significa saldar una vieja deuda con los que perdieron su biografía y hasta su vida defendiendo la legalidad establecida. Los vencedores tuvieron 40 años para reivindicar la suya, hasta el punto de hacer de ella la única memoria colectiva que muchos españoles recuerdan”.

 

Se hace necesario rescatar del exilio interior y exterior a sus protagonistas; contar ese capítulo secuestrado, encubierto y a veces manipulado. Sobre todo, porque algunas veces incluso se ha negado que se produjera aquel bombardeo. Lo hizo Pedro Ángel Hernández Mateo, alcalde de Torrevieja durante 24 años que acabó en prisión.“Es Vergonzoso y aterrador”, continúa Martínez Andreu.

 

José Manuel Dolón fue el primer alcalde de Torrevieja en iniciar en 2015 un periodo de reconocimiento oficial a las víctimas: “Con este acto el Gobierno de la ciudad quiere acabar con el silencio y el olvido cómplice al que se ha sometido este hecho desde el propio Ayuntamiento”.

Desde entonces, cada 25 de agosto a las 10 de la mañana se ha colocado un ramo de flores en la entrada del puerto, donde la gente hacía cola en la pescadería. Porque su memoria es como el árbol talado que retoña.

LA GENERALITAT VALENCIANA PODRÍA CONSTRUIR UN MONUMENTO A LAS VÍCTIMAS DEL BOMBARDEO

Víctor Ferrández, de Izquierda Unida, anuncia que la Comunitat Valenciana podría asumir la construcción de un monumento en homenaje a las víctimas del bombardeo del 25 agosto de 1938 en Torrevieja: “Como el puerto es competencia de la Generalitat y Esquerra tiene la Conselleria que se encarga de la memoria histórica hemos hablado con ellos para que sean los que lo gestionen”.

De esta forma, se movería ficha para cumplir con una de las promesas que el Consistorio ha hecho en los últimos cuatro años. Y lo haría una formación que insistió en ello en la anterior legislatura y que en esta se ha quedado fuera del Ayuntamiento.

Durante todo el mandato de José Manuel Dolón (Los Verdes), que incluía a cinco partidos en coalición, se prometió levantarlo: “PP y Ciudadanos, que sumaban 11 concejales -mientras que el equipo de Gobierno 10-, nos lo impidieron. Lo metimos en todos los presupuestos, pero tuvimos que sacrificarlo ante la urgencia y necesidad de sacar adelante las cuentas”, dice el ex alcalde.

Solo en 2018 lograron aprobar el ejercicio presupuestario, y una de las condiciones del partido naranja para darles sus votos fue que se quitara la consignación para el monolito.

Ferrández, entonces edil, recalca que “hubo un primer y único intento en 2016”, cuando se intentó incluir una partida de 18.000 euros en una modificación presupuestaria. Según él, quien negociaba los presupuestos tampoco insistió.

Pablo Samper, de Sueña Torrevieja, lamenta que “la oportunidad que se tuvo en la anterior legislatura quedara en saco roto porque no se trabajó lo suficiente, y desgraciadamente ahora tampoco se va a dar, con la mayoría absoluta del PP y un concejal de Vox”.

Por su parte, el PSOE ha propuesto al Gobierno local que se encargue un monumento para el año que viene y que mañana se guarden cinco minutos de silencio, a lo que podrían sumarse el resto de partidos, excepto Ciudadanos y Vox, que ya han mostrado su rechazo.

EN EL REFUGIO DEL OLVIDO

A esa tradición de borrar el pasado se suman los desmanes inmobiliarios que se realizan en Torrevieja desde los años 60, destrozando gran parte de su patrimonio histórico, cultural y natural. Hace unos meses el Ayuntamiento aprobaba una licencia de obra para construir dos torres con más de 250 apartamentos sobre uno de los últimos tramos del litoral que queda libre de ladrillo. Con la particularidad de que en la parcela privada, urbana desde 1965 -cuando había carta blanca en uno de los planeamientos urbanísticos más antiguos-, hay un refugio de la guerra civil, de 20 metros de longitud, que permanece prácticamente intacto.

A cambio, la empresa constructora tendrá que ponerlo en valor e integrarlo en el proyecto, garantizando el acceso público. Es decir, los cimientos “encapsularán” esta galería subterránea que está a unos seis metros de profundidad. Según la última concejal de Urbanismo, la socialista Fanny Serrano, que se encargó del trámite, “estos restos quedarán integrados en el parking”.

La empresa no solo deberá hacerse cargo del refugio, sino también de la conservación de otros restos arqueológicos que quedan en el terreno aledaño, de titularidad pública. En concreto, un cuartel de carabineros de principios del siglo XIX, uno de los primeros en todo el país, que se levantó con la idea de atajar el abundante contrabando, la única fuente de ingresos para muchas familias torrevejenses; unos aljibes de la época, y una batería antiaérea de 1930.

A la empresa le costará 400.000 euros poner en marcha un museo con todos estos elementos en donde hasta hace poco se había instalado un chiringuito, que usaba estas instalaciones como almacén y terraza.

Fuente: https://www.publico.es

DE SAX A TURQUÍA PARA VISITAR LA TUMBA DEL PATRÓN SAN BLAS

Medio centenar de sajeños “peregrinan” al país otomano en un viaje promovido por la comparsa de Turcos que finalizará el martes en Estambul.

PÉREZ GIL

La comparsa Turcos de Sax ha organizado su segunda expedición a Turquía. El primer viaje se realizó en 2007 y acudieron cinco sajeños. Pero en esta ocasión la cifra ha aumentado hasta los 53, todos ellos movidos por el deseo de visitar la tumba de San Blas, el venerado patrón al que Sax honra tradicionalmente del 1 al 5 de febrero en sus fiestas de Moros y Cristianos.

En la visita a Sivas el teniente alcalde de la ciudad, Ahmet Dogan, recibió a la comitiva sajeña con honores en el Ayuntamiento. Tras ofrecerles té les entregó un regalo al presidente de la Mayordomía de San Blas, José Vicente Vaquer; al CRONISTA OFICIAL VICENTE VÁZQUEZ y al presidente de la comparsa Turcos de Sax, Francisco Sáchez “El Tito”. También el político turco recibió como recuerdo el cómic de la Mayordomía sobre las fiestas de la villa.

A continuación se dirigieron a la tumba de San Blas, donde se realizaron numerosas fotografías, y también visitaron varias mezquitas y un museo.

Este sábado está previsto que el grupo llegue a la capital de Turquía, Ankara, donde le espera una nueva recepción oficial. En esta ocasión por parte del jefe de Relaciones Internacionales, Mehmet Sirri Yener.

Será en Estambul donde finalice el periplo sajeño por tierras otomanas tras la visita al alcalde de la histórica ciudad.

Y todo ello enmarcado en el año del centenario de los Turcos de Sax.

Fuente: https://www.diarioinformacion.com

UNA BOMBA EN EL TEATRO CASTELAR

GABRIEL SEGURA, CRONISTA OFICIAL DE ELDA

El mes de agosto de 1933 enfilaba su recta final. La vida política nacional se dirigía paulatinamente hacia la radicalización, rompiéndose alianzas y fraguándose poco a poco una política de frentismo político que nada bueno podía deparar a la República.

El panorama político y sindical eldense no le iba a la zaga al panorama nacional. Atentados, actos violentos y huelgas comenzaban a proliferar en nuestra ciudad en un ambiente cada vez más crispado en lo laboral.

Será en este panorama de tensiones sociales, políticas y laborales en el quepa enmarcar un suceso que pudo haber desencadenado una verdadera tragedia en Elda.

Lunes, 21 de agosto de 1933. Tres niños de cuatro, siete y once años jugaban plácidamente en la calle, mientras su madre trabajaba. Eran los hijos de doña Teresa Albert, encargada de la limpieza del Teatro Castelar. Mientras realizaba su trabajo diario, sus pequeños se entretenían en una de las calles colindantes (Cervantes o Lope de Vega) jugando con una bola metálica que les había dado su madre. En uno de los pases de unos a otros, aquella bola impactó contra una de las fachadas de las casas allí existentes, haciendo explosión proyectado gran cantidad de metralla a base de balines y tornillos.

Por el interrogatorio posterior sabemos Teresa Albert encontró, días atrás (jueves, 17), aquella “diabólica pelota de hierro” envuelta en un periódico, en la entrada principal al teatro, tras la celebración de un mitin anarcosindicalista de partidarios de Ángel Pestaña (miércoles, 16 de agosto).

Afortunadamente, a pesar de la explosión no hubo que lamentar víctimas mortales, quedando todo en un inmenso susto para los pequeños y para su madre, así como algunas heridas por los proyectiles y la fachada de la casa con los impactos de la metralla incrustrada.

Elda, en aquella época, no era ajena a este tipo de hechos violentos. Valga como ejemplo el incidente ocurrido durante el mes de mayo de ese mismo año de 1933, cuando al paso del cortejo fúnebre de un conocido comerciante de la ciudad fueron arrojadas varias bombas contra el destacamento de la Guardia Civil, enviada por el Gobierno Civil en prevención de incidentes, suponemos que por el marcado significado político del fenecido. Afortunadamente, tampoco en este caso las bombas alcanzaron su objetivo, haciendo impacto y explotando en medio de la calle, sin llegar a producir víctimas mortales. A los escaso días fueron detenidos cuatro individuos, conocidos por su filiación anarquista, entre ellos… Pero esta es otra historia que, con permiso del lector, dejamos para una próxima “Crónica Eldense”.

Fuente: https://www.valledeelda.com

ESTIVELLA CELEBRA LA FESTA A LA SANTA CREU DEL GARBÍ

LLUÍS MARIA MESA I REIG, CRONISTA OFICIAL D’ESTIVELLA

El diumenge 18 d’agost el municipi d’Estivella va celebrar la festa a la Santa Creu del Garbí. El dia va iniciar-se amb un volteig manual de campanes i la missa major presidida pel bisbe Arturo Ros. A la vesprada una dansà va obrir el pas a la processó general. A la nit es van fer balls populars i un castell de focs artificials.

Fuente: https://www.elperiodicodeaqui.com

EMOTIVO HOMENAJE PÓSTUMO EN BORRIOL AL MAESTRO RAFAEL LLORET

El alcalde y EL CRONISTA dedicaron palabras de gratitud al recién fallecido.

  1. B.

Cuatro días después del fallecimiento de Rafael Lloret, tal y como estaba previsto anteriormente, se celebró ayer el acto de entrega de la placa conmemorativa a su familia, después de que su nombramiento como hijo adoptivo de la villa de Borriol se acordara el pasado 25 de julio.

El acto se celebró en el salón del ayuntamiento, que se llenó con la presencia de la numerosa familia del homenajeado y del público; todo ello, presidido por el alcalde de la Villa, Héctor Ramos, acompañado de la corporación. Maestros, compañeros, antiguos alumnos, socios de Nueva Jerusalén y el cura párroco, Pere Saborit, acudieron a la cita.

Palabras para el ‘PROHOM’ // En primer lugar, habló la concejala de fiestas, Priscila Pauner, quien hizo la presentación y dio paso al CRONISTA OFICIAL DE LA VILA DE BORRIOL, HENRI BOUCHÉ, que glosó la figura del fallecido y centró su parlamento en el papel que desempeñó Rafael Lloret en la creación de la pasión borriolense, conocida como Nueva Jerusalén. Además de tener la idea de realizarlo, ostentó la figura de Jesús durante 33 años. Este papel pasó a favor de su hijo Rafael Lloret Porcar, y siguió como presidente de la Asociación.

El drama sacro, representado por primera vez en 1975, contó con el apoyo incondicional y persistente del homenajeado durante estas 45 ediciones, bien arriba como detrás de los escenarios.

EL CRONISTA tuvo palabras de agradecimiento para el homenajeado y su familia: «Te recordaremos siempre, Rafa, con cariño y gratitud, aunque con dolor porque este es el precio del amor que te hemos profesado. Cuanto más oscura es la noche, más brillantes son las estrellas. O, lo que es lo mismo: cuanto más grande es el dolor, más cerca está Dios».

El alcalde cerró el acto y ensalzó la figura del hijo predilecto: «Le tenemos mucha estima en el pueblo por su labor educativa y cultural, pero sobre todo social, ha sido un maestro para todos nosotros», declaró Ramos.

Fuente: https://www.elperiodicomediterraneo.com

EL EXCESIVO NÚMERO DE AEROGENERADORES AMENAZA ENCLAVES NATURALES VALENCIANOS COMO EL CAROCHE

En declaraciones a COPE Valencia, el CRONISTA OFICIAL DE CORTES DE PALLÁS llama la atención sobre esta cuestión y apuesta por la energía fotovoltaica.

 

Un reciente artículo de opinión publicado en Las Provincias llama la atención sobre la excesiva presencia de aerogeneradores en diferentes elevaciones y montañas de la Provincia de Valencia, más concretamente en El Caroche, enclave que se sitúa a caballo entre las comarcas de La Canal de Navarrés, La Ribera Alta y El Valle de Ayora – Cofrentes. Firmada por MIGUEL APARICI, CRONISTA OFICIAL DE LA LOCALIDAD DE CORTES DE PALLÁS, la citada publicación sobre “este asentamiento ibérico de dos milenios y medio” reclama “que no se agobie más a Don Quijote con gigantes”. Y es que la instalación de este tipo de maquinaria provoca un importantísimo impacto medioambiental, tanto en la propia montaña sobre la que se asienta como en los centenares de aves que mueren tras impactar contra estos aerogeneradores.

En declaraciones a COPE Valencia, MIGUEL APARICI, que cuenta además con una amplia trayectoria en diferentes medios de comunicación, sobre todo en las ondas radiofónicas, ahonda en esta misma cuestión con el objetivo de analizar las diferentes alternativas a los aerogeneradores y las reivindicaciones con que cuenta El Caroche. “Creo sinceramente que, estando en España y con el sol que tenemos tan abundante y barato, habría que ir mucho más a las fotovoltaicas. No estropearíamos el paisaje y tendríamos muchos menos riesgos”, analiza el cronista oficial de Cortes de Pallás ante nuestros micrófonos. No obstante, Aparici subraya que no se trata de un problema aislado. En otros emplazamientos de la geografía valenciana, este tipo de aerogeneradores – esenciales para la producción de energía eólica, totalmente renovable – han sido y son instalados igualmente por exceso. “Sin irnos muy lejos de El Caroche, en la zona de Buñol, un claro ejemplo es la Sierra de las Cabrillas”, reflexiona este experto.

El Caroche cuenta, además, con una completa serie de reivindicaciones. “Creo que El Caroche es nuestro rincón abandonado. Es una preciosidad paisajística e históricamente hablando, y tendríamos que saber crear en El Caroche un parque natural para los ciudadanos, para la gente”, añade MIGUEL APARICI en declaraciones a COPE Valencia. Siguiendo esta misma línea, el cronista oficial de Cortes de Pallás realiza un llamamiento a emular la gestión de los espacios naturales que realizan las autoridades inglesas. A su parecer, una mínima infraestructura que permitiese un fácil acceso a este tipo de montañas sería un hecho positivo en aras de aproximar a la ciudadanía sus enclaves naturales más cercanos.

 

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Fuente: https://www.cope.es