Seis siglos después, Pedro Martínez de Luna poría dejar de ser excomulgado, declarado hereje y antipapa.
Doctrina de la Fe admite el proceso para restituir a Benedicto XIII como Pontífice legítimo
JESÚS BASTANTE
Fue el último ‘Papa’ español, y fue uno de los protagonistas del llamado ‘cisma de Aviñón’, que dividió en dos (y hasta en tres) a la Iglesia católica hace ahora 600 años. Pedro Martínez de Luna, el “Papa Luna”, podría ser restituido como Pontífice legítimo si Doctrina de la Fe avala el procedimiento enviado por la asociación Amics del Papa Luna de Peñíscola.
En esta localidad castellonense se alza el famoso castillo donde acabó sus días el Papa Luna. Otro castillo (hoy transformado en hotel) en Illueca lo vio nacer, y conserva su grandeza. El aragonés pasó a la historia no solo por su posición protagonista durante el Cisma de Occidente que dividió a la Iglesia Católica sino por su terquedad, que llegó a inspirar la popular expresión “mantenerse en sus trece”, por el nombre por el que fue conocido el Papa aragonés, Benedicto XIII.
Y lo cierto es que la frase hace honor a su carácter. Nombrado cardenal por Gregorio XI en la sede de Aviñón, acompañó al Papa a Roma cuando regresó, a instancias de Santa Catalina de Siena, para intentar frenar el Cisma. Al morir antes de regresar a Francia, Martínez de Luna participó en el cónclave, proponiendo a Bartolomeo Prignano (que no era cardenal), quien fue elegido Papa como Urbano VI, intentando contentar a romanos y franceses. No lo logró.
Pronto el carácter de Urbano VI se mostraría poco diplomático, lo que hizo que varios cardenales comenzaran a alimentar la idea de que se podía declarar nula su elección. La llegada de los purpurados que no pudieron participar en el Cónclave y, finalmente, se declaró nula dicha elección, optando por Roberto de Ginebra, quien adoptó el nombre de Clemente VII y regresó a Aviñón.
Pedro de Luna fue legado de este pontífice durante 16 años, sucediéndole como Papa bajo el nombre de Benedicto XIII, en 1394. Francia se opuso a este nombramiento, pues Luna era súbdito de la Corona de Aragón. Cuatro años después, Francia retiró el apoyo a Aviñón, y presionó a Luna para que renunciara, bloqueo militar incluido.
En 1403, el Papa Luna logró escapar a Nápoles, ya con muy poco reconocimiento. Sólo cinco cardenales permanecían leales a Benedicto XIII, y únicamente Castilla, Aragón, Sicilia y Escocia reconocían su poder.
Aunque en un momento dado hubo tres papas simultáneamente (Juan XXIII, Gregorio XII y él), Benedicto siempre adujo que su papado era el válido dado que él era el único papa que había sido elegido cardenal antes de que se produjese el Cisma de Occidente y, por tanto, el único realmente legítimo.
En 1406 Benedicto XIII inició conversaciones con Gregorio XII para renunciar de manera conjunta y unificar la sede papal, que fracasaron. Finalmente, las tesis conciliaristas, que defendían que el concilio era superior al papa, triunfaron y, al negarse nuevamente a renunciar, Benedicto XIII fue condenado en el concilio de Constanza de 1415 como hereje y antipapa, y depuesto junto con el antipapa Juan XXIII. Gregorio XII de Roma renunció, y el concilio nombró a Martín V único Pontífice.
Luna murió en 1423 a los 94 años, en el Castillo de Peñíscola. Ahora, el presidente de la asociación Amics del Papa Luna de Peñíscola, JUAN BAUTISTA SIMÓ CRONISTA OFICIAL DE PEÑISCOLA, explicó que la Congregación para la Doctrina de la Fe ha registrado la documentación presentada por ellos para su “estudio y su prefecto, Luis Francisco Ladaria, manifestó la buena impresión que había tenido de los libros y documentos recibidos”.
SIMÓ y el historiador y canónigo archivero de la diócesis de Tortosa, Josep Alanyà, defienden la restitución de Benedicto XIII al listado oficial de los pastores de la Iglesia. “La admisión de los escritos es un primer paso, aunque nunca antes habíamos llegado tan lejos”, confesó el presidente de la asociación, quien reslató la “buena impresión” tras el encuentro con Ladaria. Tal vez haya que esperar a que se cumplan 600 años de su muerte, en 2023, para que alguien, quién sabe si Francisco, rehabilite al Papa Luna.
Fuente: https://www.periodistadigital.com