ANTONIO GASCÓ, CRONISTA OFICIAL DE CASTELLÓ
El prestigioso arabista y catedrático de la universidad de Zaragoza Federico Corriente, entró hace un año en la Real Academia Española de la Lengua y en su discurso de toma de posesión La investigación de los arabismos del castellano en registros normales, folklóricos y bajos, que se encuentra en el inmenso pozo de saber que es internet, se hallan algunos topónimos novedosos para este columnista, que gusta especialmente del conocimiento de las raíces de las palabras, como se ha puesto de manifiesto en varios de los textos que ha publicado en esta página.
El prestigioso académico, autor de 48 libros y casi 200 artículos de investigación, rebate en su parlamento la atribución de algunos nombres geográficos de origen árabe muy significativos. Por ejemplo, Almería, que muchos especialistas en la lengua de Mahoma suponían hasta ahora vinculado con «mar» y con «marea». Pues resulta que no, según el doctor Corriente viene del andalusí «almaríyya» (novia, desvelada), y hace referencia al impuesto llamado almería que pagaban las bodas mudéjares, es decir, las de los musulmanes hispanos.
VEAMOS otro al que hace referencia Cervantes en la sexta palabra del inicio del Quijote: La Mancha. Este nombre lo hace provenir de «manga» que significa algo así como «alivio o salvación», pues esa sensación era la que sentían las huestes islámicas al recobrar la paz y el resuello en Guadalajara (llamada por los historiadores musulmanes «la ciudad del alivio»), a su regreso de «la muy belicosa Castilla y el imprevisible Aragón».