Los integrantes de la asociación cultural visitan la vecina localidad tras su paso por Biar y Castalla.

R.VALERO

La Tertulia de Elda también ha visitado nuestra buena vecina Petrer, invitada por su alcaldesa Irene Navarro y como anfitriones de lujo MARI CARMEN RICO, CRONISTA OFICIAL (DE PETRER) y Pablo Carrillos, enamorado de su pueblo y el mejor embajador que tiene Petrer. Fuimos como a otras poblaciones para conocer mejor su entorno, su patrimonio, sus gentes y sobretodo cómo gestionan sus riquezas un gobierno de coalición PSOE, EU y Compromís. Teníamos dos buenas razones para esta visita, por un lado conocer el nuevo Museo Dámaso Navarro y por otro la firma de la constitución oficial de la Asociación Cultural La Tertulia que tiene, entre sus objetivos, fomentar la cultura, el patrimonio y el conocimiento de ambas poblaciones.

Lo primero que percibimos es una gran amabilidad y hospitalidad por parte de Irene y sus concejales presentes Ramón Poveda y Fernando Portillo que nos recibieron en la Plaza de Baix y nos invitaron a hacer un recorrido por las salas del Ayuntamiento que incluía un cordial coloquio alrededor de una mesa redonda donde oficialmente nos dio la bienvenida. Sorprende del edificio su luminosidad, accesibilidad y amplitud y muchísimos óleos colgando en sus paredes, tienen una gran colección pictórica con obras de Vicente Poveda, natural de Petrer y muy cotizado artista del romanticismo nacional, ademas de artistas tan conocidos como Gabriel Poveda, Patrocinio Navarro, Edu€

Al lado, visitamos la magnífica casa del siglo XIX de Pablo Carrillos, propiedad de su esposa, rehabilitada y conservada con exquisito gusto, el piso hidráulico original, la preciosa escalera, los muebles restaurados, las puertas, ventanas, herrería€ bien merecen una tranquila visita, un ejemplo de conservación para muchos propietarios.

Enfrente mismo tenemos la Oficina de Turismo recientemente remodelada y ampliada desde donde salen las distintas visitas guiadas. Sara, la encargada, nos explicó y guió por sus espacios interactivos. Posteriormente y sin salir de la plaza y acompañados por Antonio Verdú su párroco, visitamos la Iglesia de San Bartolomé y sus peculiaridades y a continuación y a escasos metros de allí está ubicado todo un lujo de Museo, el nuevo Dámaso Navarro, moderno, accesible y con 6.000 años de historia. Nos acompañó el arqueólogo municipal Fernando Tendero que de forma magistral nos dio un paseo didáctico por la historia de Petrer, desde la Prehistoria, los íberos, la villa romana de Petraria con su horno y su bello mosaico, el Bitrir andalusí, el castillo almohade en origen y transformado por los cristianos, los tipos de enterramiento medieval, la cerámica con bellas muestras que llegan hasta el siglo XX y el interesante periodo de la Guerra Civil. Aparte de la piezas arqueológicas y etnográficas, contiene una gran cantidad de elementos gráficos, audiovisuales y tecnológicos.

Un lujo como decíamos que produce un envidia sana a los eldenses que sí que tenemos Museos y con mucho para enseñar, pero €Después dando un paseo por un casco antiguo, limpio, ordenado, impecable, llegamos al restaurante la Explanada, donde servidos por Felipe, dimos cuenta de lo mejor de la gastronomía local terminando con una paella de conejo, caracoles, albondigas y garbanzos, muy buena y que ¡por fin! sabe a lo que lleva, nada de fondos y otros artificios.

En Petrer miman lo que les identifica, cuidan las calles, el mobiliario urbano, los carteles explicativos y los nombres de las calles no tienen ninguna pintada, los árboles no sufren “stress hídrico”. Lo extraño es que la empresa de limpieza es la misma que en Elda pero el resultado es muy distinto. Hay pueblos que tienen suerte con sus gestores y otros no.

Fuente: https://www.diarioinformacion.com/elda/2019/03/07/tertulia-elda-petrer/2125890.html

1. R. AA

Mucho antes de la llegada masiva de visitantes a sus playas, la pesca ya era una de las actividades económicas más importantes de Peñíscola. Y es precisamente este sector, junto a la agricultura, el elemento que aporta la diferencia a su gastronomía. De esta forma, la lonja hace las veces de despensa de una tradición en la que dominan los platos marineros.

El de Peñíscola es uno de los puertos pesqueros más importantes de la Comunitat. Diariamente, embarcaciones de arrastre y tiret salen a faenar con el deseo de obtener buenas capturas, que en buena parte se verán en las mesas de los restaurantes de la ciudad. Una muestra de esta vinculación radica en la entrega de reconocimientos que, desde hace años, otorga la cofradía de marineros a aquellos bares y restaurantes que se abastecen de mariscos pescado blanco o pulpo de las barcas del pueblo.

Si alguien pregunta por los platos emblemáticos, sin duda hay que hacer referencia al all i pebre, que combina los productos del mar con el acompañamiento de las materias primas del campo. Otro referente es el suquet de peix, que está en los orígenes de la alimentación de los pescadores y que desde hace décadas ha pasado a los restaurantes de cocina más tradicional.

Entre otras muchas variantes, también cabe destacar el pulpo con patatas, o las numerosas alternativas de arroces marineros. Unos platos que tienen como fondo el caldo de morralla, otorgando un sabor único, con el acompañamiento de alcachofas u otras delicias del campo, en función de la época del año en la que nos encontremos.

Los nombres propios de esta despensa cuentan con rapes, langostinos, gambas, galeras, cigalas, pulpos o diferentes especies de pescado blanco. Pero hay algo propio de Peñíscola, que es el caragol punxent. También conocido como cañaíllas, son uno de los productos más identificados con la ciudad, y suelen ir acompañados de deliciosas salsas para realzar su sabor.

DULCES

Las variantes más auténticas también tienen su versión en los postres. Una especialidad inexcusable son los típicos pastissets. Y hay que mencionar un producto cada vez más presente en los instantes finales de una comida. No es otro que la tisana del Papa Luna. Una combinación constituida por semillas de coriandro, anís, hinojo, alcaravea, y comino; raíces de regaliz y dictamo, que junto con la canela, aporta infusionada unos sorbos de bienestar con una historia apasionante, relacionada con uno de los personajes más conocidos en Peñíscola.

El origen está en un intento de envenenamiento sufrido por el pontífice en el castillo de Peñíscola, y para aliviar los dolores estomacales los expertos de la época elaboraron este compuesto. Gracias a la investigación del CRONISTA OFICIAL DE PEÑÍSCOLA, JUAN BAUTISTA SIMÓ, la tisana fue recuperada hace más de una década, y ya es de presencia habitual en los restaurantes locales.

Fuente: https://www.elperiodicomediterraneo.com