JOSÉ SALVADOR MURGUI, CRONISTA OFICIAL DE CASINOS
la hora de escribir este artículo me viene a la mente una frase de Aulo Gelio, expresada en “Noches áticas, 12, 11” que dice: Veritas filia temporis, cuya traducción al castellano nos viene a decir que “La verdad es hija del tiempo”.
Con esa realidad me encontré ayer al pasar unos manuscritos de Miguel Morató (erudito de Casinos de finales del siglo XIX y primeros del XX, que estoy estudiando) de fecha 18 de marzo de 1916, es decir de hace ciento dos años, y en una de sus poesías dedicada al importante oftalmólogo de Valencia D. José Wieden Portillo que su obra escrita en 1903 estudia el “Tratamiento de la conjuntivitis granulosa por medio de la expresión”, y la poesía del Casinense Morató, nos dice lo siguiente:
“Sírvase V. aceptar este pequeño regalo
que por bueno y no por malo, tengo el gusto de ofrendar.
Constituye el presente, unas cuantas peladillas
que deben ser sabrosillas, según decir de la gente.
Son una especialidad del confitero Jarrín
que en Valencia y su confín no tiene rivalidad.
Y un poco de vino viejo, por mi mano elaborado
con un especial cuidado para llegar a triañejo.
Muchos años pueda usté celebrar tan fausto día
de su esposa en compañía, Don Eduardo y Don José.
Voy muy pronto a terminar, y por prudencia me callo,
que al amigo y al caballo, no se le debe cansar.
Perdone si atrevido, en honduras me metí,
y estos versos escribí, faltos de común sentido.
Soy humilde labrador, criado entre los terrones
y solo tengo aficiones, de poeta y versador.
Queda de Vd. siempre amigo, quien esta carta escribió
y a versarla se atrevió, que lo es y siempre ha sido
suyo, Miguel Morató”.
Desde más de cien años, ya nos lo dice el poeta, “unas cuantas peladillas” del “Confitero Jarrín, que en Valencia y su confín no tiene rivalidad”. Hoy somos acreedores de aquella herencia, y Casinos ha sabido labrarse un exquisito futuro cargado de buenos sabores que seguramente superaran la ilusión de quien supo sembrar aquella semilla dulce en el corazón de la historia de Casinos.
Manuel Jarrín primer maestro confitero nos dejó ese legado del que Casinos y sus generaciones pueden sentirse orgullosos porque no es fácil mantener y renovar algo que ya existe desde antaño y que con rivalidad se ha sabido adaptar a los nuevos tiempos. Me siento orgulloso de presentar al mundo los dulces de mi pueblo, de mi Villa natal que es Casinos, porque gracias a la Feria del Dulce Artesano que nació en el año 2000 Casinos se ha consolidado como el pueblo más dulce del mundo.
Mucho se ha escrito de nuestros dulces, yo mismo repasando papeles mE encuentro tantos y tantos documentos, prensa escrita, anuncios de radio que nos hablan de nuestros dulces, de Casinos, pero solo hay una realidad y es que son únicos, si perseveramos en la tarea de presentarlos al mundo nos consagraremos como un pueblo diferente, artesano, dinámico y amante de sus tradiciones, porque las peladillas y los turrones forman parte no solo de nuestras tradiciones sino de nuestra historia.
Nunca es tarde para afrontar nuevos retos, nunca es tarde para innovar, es la hora de Casinos, de su FERIA, de desafiar al mundo y presentar la memoria del Confitero Jarrín, fundador de ese imperio dulce que lleva por nombre Casinos.
La cita es el último fin de semana de noviembre desde la tarde del día 23 viernes, hasta el domingo 25, son días de fiesta, de ver Casinos rebosante de visitantes, días que el pueblo demuestra su faceta acogedora, y sobre todo son días de descubrir Casinos y sus dulces, porque en la gastronomía valenciana Casinos es referente.
Fuente: http://www.elperiodicodeaqui.com