Alfonso Rovira. Cronista Oficial Gráfico de Alzira.
Organizado por Francisco Momblanch, presidente de la
Asociación de Cronistas del Reino de Valencia, un grupo de 30
valencianos realizaron una visita a pueblos de La Alcarria,
acompañados de José Serrano Belinchón. Escritor, periodista y
profesor emérito de filología. Autor de numerosos libros sobre las
provincias de Guadalajara y Cuenca, amigo personal de este
cronista, que nos acompañó en esta intersante visita, que trazó
unas líneas sobre este recorrido, al que hemos añadido unas
fotografías.
MISIÓN CUMPLIDA
JOSÉ SERRANO
Dos días con mis amigos de Valencia, cronistas oficialeds en su mayor
parte, mostrándoles algo de lo más exquisito de la provincia de Guadalajara,
ha sido mi última actividad, con la satisfacción de haberlos visto
impresionados por lo mucho -y tan excelente- que nuestras tierras tienen
para ofrecer a quienes no la conocen.
Hita del Arcipreste fue la primera parada en la mañana del viernes:
breve explicación sobre la persona y la obra del histórico Juan Ruiz, y por
razón de justicia sobre la persona, y la obra a favor de la cultura en torno a
Hita, de nuestro amigo de tan feliz recuerdo, el profesor Criado de Val,
fallecido hace apenas unos meses. Primera sesión de fotografías (no menos
de veinte cámaras durante el viaje), y de nuevo en carretera con dirección a
Atienza, previa parada en Jadraque como preámbulo.
Atienza, la histórica Villa Realenga, causo una fuerte impresión al
grupo desde el primer momento. Durante un par de horas vimos lo más
representativo, que es mucho, y donde contamos con la ayuda de don
Agustín, el párroco, que puso a nuestra disposición todo lo que en principio
nos pudo interesar: iglesias, pequeño museo de la Caballada, siempre con la
orientación y explicación oportuna del guía, es decir, de quien esto escribe.
Comida, un poco fuera de hora en el Parador Nacional “Castillo de
Sigüenza”, capitalidad de la diócesis en donde estaríamos toda la tarde: el
Castillo, la Catedral con todo su inmenso contenido, tanto histórico como
artístico; Museo de Arte Religioso, enterramiento del obispo don Jesús Pla y
Gandía, tan recordado, y paisano -de Agullent- del gran grupo de visitantes.
Con las primeras estrellas hicimos el viaje de regreso a la capital, en busca
del descanso del día, y que reiniciamos en la sesión el sábado 28.
En la mañana del sábado, comenzamos el verdadero viaje a la Alcarria,
con destino a Torija primero, y de Brihuega y Pastrana después. En Torija
estuvimos viendo su espectacular castillo después de su restauración y
puestas al servicio de la cultura de estas tierras, que bien merece una visita.
Muchas fotografías con el “Templario” sentado en la penumbra, quien resulta
cuando menos sorprendente.
Y Brihuega después. La fuente Blanquina, con sus impresionantes
doce caños manando en línea abundantemente, de la que yo creo que
bebimos todos, y después Plaza del coso y Entrada a la llamada Cueva
Árabe, que tanto impresionó al grupo. En la región valenciana no suelen
existir cuevas de ese tipo, y tantas en Castilla aunque menos espectaculares;
muchas todavía en uso para guardar, y algunas para fabricar por métodos
arcaicos, el buen vino de la tierra en varios de nuestro pueblos. Un vistazo a
la vega del Tajuña desde el mirador que en Brihuega llaman Los Guinches,
en el Prado de Santa María, Y con el tiempo justo salida hacia Pastrana.
En la Villa Ducal comida en el restaurante del extinto convento de San
Francisco, que nos causó una grata impresión, y después la ruta obligada
con lo más importante, y más a mano, que se puede conocer de Pastrana:
La Colegiata primero, y el Palacio. A muchos se les pudo hasta cortar la
respiración ante la estampa de los famosos “Tapices de Pastrana” y del
museo de arte religioso anejo al mismo edificio.
El panteón de los Mendozas, con la figura estelar de la tumba de doña
Ana de la Cerda, princesa de Éboli y de su marido Ruy Gómez de Silva.
La
sorpresa, también para mí, fue conocer el interior del Palacio Ducal una vez
restaurado. No lo había visto. Excepcional, digno de los personajes históricos
que lo ocuparon y de todo lo que nosotros esperamos y deseamos para
Pastrana. Mi felicitación a las señoritas que nos sirvieron de guías tanto en la
Colegiata como en el Palacio. Aunque jóvenes las dos, se desenvuelven en
un grado de profesionalidad altísimo, que considero justo destacar.
Con la visita a la capital en la mañana del domingo, en la que no me ha sido
posible acompañarles, ha terminado la gira de treinta visitantes levantinos,
que pusieron buena cara al producto de la tierra: la miel, que se llevaron un
interesante surtido.
El domingo 29, acompañados del guía local, Manuel Granado, visitaron
monumentos de la capital, Guadalajara, como el Palacio del Infantado, el
convento de la Piedad, palacio de la Cotilla y el panteón de la duquesa del
Sevillano, regresando por la tarde a Valencia.