Imagen del paisaje del interior de la provincia de Castellón – ROBER SOLSONA
MIGUEL APARICI NAVARRO, CRONISTA OFICIAL DE CORTES DE PALLÁS
El día 17 de Noviembre de 1936 se constituye en hito cronológico de lo que va a representar el conflicto bélico de nuestra Guerra Civil en cuanto a destrucción y pérdida del Patrimonio Histórico en la provincia de Castellón, en concreto.
El Ayuntamiento republicano de la capital provincial ordena, en dicha jornada, el derribo de su iglesia principal gótica; procediéndose, con la excusa de una expansión urbana, a demoler sus muros y bóvedas ojivales.
Pero esto no será nada más que el principio, como en otras tantas partes de la región levantina, de la sistemática devastación “bélica” aplicada a templos religiosos, edificios señoriales, obras de arte santorales y archivos notariales e históricos.
Y resulta curioso que, pese a tanta “memoria histórica”, sean tan poco conocidas unas hojas de actas que recogen -en plena guerra civil- el atropello que el arte y la historia castellonense sufrieron bajo el mandato republicano. Verdadero testimonio oficial de la destrucción del arte en la Zona Roja.
En la primera de dichas actas, quedó constituida la Junta Delegada de Incautación, Protección y Salvamento del Tesoro Artístico de Castellón y su provincia y en la segunda, se da cuenta ya de la realización de un inventario -en Segorbe- de noventa y cinco obras de arte; que quedaron precintadas en locales cerrados del palacio episcopal, ocupado por la CNT.
En el Acta 3, destaca la destrucción de la iglesia de Santa Clara, de Castellón.
En el Acta 4, consta la desaparición de la iglesia de la Sangre, de la capital castellonense (derribo iniciado en septiembre de 1936). También consta el derribo del convento de las monjas Capuchinas (desde la primavera de 1937 y que seguía en curso).
En el Acta 5, se acuerda crear una delegación de la Junta en Segorbe, por el problema de proteger lo depositado en el convento de las Agustinas de San Marín. Consta el viaje a Morella, también; observando la decapitación de las esculturas de la Arciprestal y recogiendo, en el Ayuntamiento, objetos procedentes de iglesias y casas particulares.
En el Acta 6, se registra la visita a Cuevas de Vinromá y la destrucción de todos los altares e imágenes de su iglesia. Se anota otra visita a Morella y el desnudo interior de su Arciprestal, con la destrucción de sus dieciocho altares; incluido el mayor y con larga relación de renombradas esculturas destruidas con el hacha o con el fuego. También, del archivo y las campanas. Consta, asimismo, el aspecto desolador del interior del ermitorio de San Bartolomé de Villahermosa (verdadero museo de primitivos).
El Acta 8 es una ejemplar descripción del estado de la catedral de Segorbe, al incautarla. También consta la visita a la ermita de San José de Vall de Uxó y, ya entonces, a la fábrica de calzados “Segarra”.
En el Acta 9 figura el destrozo hallado en el palacio del Barón de Bugete en Benicarló y el espectáculo desolador en el museo local, ubicado en el palacio del Marqués de Benicarló.
En la 10 viene recogido el traslado del tesoro artístico de la provincia al colegio internado Pablo Iglesias, solicitando una garita para la guardia permanente.
En la 12, se delibera incautarse de varias bibliotecas de la provincia que contienen importantes fondos o si dejarlas “in situ”, si las circunstancias permiten abrigar la esperanza de que serán respetadas; en especial, la de los Carmelitas del Desierto de las Palmas.
En la 13 se “denuncia” que materiales del derribo en curso (partes artísticas) de la arciprestal de Castellón han ido a parar a manos de particulares y consta, de la iglesia de Vinaroz, la quema del archivo y la desaparición del altar mayor y los 23 altares de sus capillas; que, tabicadas, tienen letreros de las secretarías de los sindicatos de la CNT. También se anota la quema del archivo parroquial de Benicarló, con documentación desde el siglo XIV y que la casa del Marqués de Benicarló se había convertido en cuartel del Cuerpo de Asalto y en escuela de niñas; recogiéndose obras, amontonadas y revueltas, en la planta baja y la cocina.
En el Acta 15 se inscribe que el Vocal de la Junta Sr. Sos Bainat regresa de su viaje a la URSS y el Vocal Sr. Adsuara ha recibido el encargo de modelar un busto del Presidente de la República y que se procede a la incautación del arte de la casa del reconocido comerciante Enrique Gimeno.
En la número 16 consta ya el desmontaje de una de las portadas de la iglesia arciprestal de Santa María, de la propia Castellón de la Plana.
En la 20, se cita la incautación de la casa del Barón de Benicasim por parte de las Juventudes Socialistas Unificadas, no pudiendo la Junta hacerse cargo de las obras de arte porque ya habían sido embaladas para llevárselas a Valencia. Se hace constar la referencia a las sesiones del Ayuntamiento de Castellón (Boletín Oficial de la Provincia), en lo que se refiere al trámite del acuerdo para la destrucción de la iglesia arciprestal de Santa María de la ciudad.
En el Acta 22, consta la desaparición de la biblioteca del Barón de la Puebla, en Castellón, y la preocupación por la suerte que puedan correr el Archivo Municipal y la biblioteca del obispo Climent; así como se lamentan de la suerte que han corrido otras bibliotecas de la capital y la provincia.
En el Acta 23 (a 14 de febrero de 1938) se informa de la desaparición de la biblioteca del estudioso señor Peris, la incautación de obras de arte del palacio del Barón de Almolda en Burriana, la visura de la desmantelación interior de la arciprestal de San Mateo y la desaparición de la documentación histórica de esta localidad.
Por último, las hojas de las que iban a ser las Actas número 24 y siguientes se conservan ya en blanco…
Fuente: http://www.abc.es