EL REY OLVIDADO

FRANCISCO SALA ANIORTE, CRONISTA OFICIAL DE TORREVIEJA

Pasado el año del tercer centenario del nacimiento de Carlos III -20 de enero de 1716- y muchas instituciones culturales -no aquí en Torrevieja- se han volcado en destacar la figura y su impacto en la vida cultural de la España de hace tres siglos.

El Museo de Historia de Madrid expone ‘Carlos III y el Madrid de las Luces’. El Museo Arqueológico acoge la muestra ‘Carlos III. Proyección exterior y científica de un reinado ilustrado’. La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando muestra el interés por la arqueología a través de ‘Carlos III y la difusión de la Antigüedad’. Cierra la lista de homenajes el Palacio Real con la exposición ‘Carlos III. Majestad y Ornato en los escenarios del Rey Ilustrado’.

También se celebrará el 250 aniversario de la promulgación del Fuero de 1767, y la consiguiente fundación de las Nuevas Poblaciones de Sierra Morena y Andalucía. Colonización con la que se creó una sociedad más justa y mejor para gentes de centro Europa, resultando el primer proyecto de europeidad ya en el siglo XVIII, reconociéndose al día de hoy las señas de identidad de esas tierras.

En todos los actos celebrados en muchas localidades -exceptuando Torrevieja- se destaca el papel del monarca como promotor de las artes y de las ciencias en todos sus aspectos y la amplitud de miras a la inversión en conocimientos no tuvo límites. Cubrió tantos campos que, entre todas las iniciativas que puso en marcha, han quedado aspectos menos conocidos, como es el asunto del Real Sitio de Torrevieja y La Mata.

Durante su reinado, desde 1759 hasta su muerte en 1788, en la línea de la Ilustración propia de su época, Carlos III realizó importantes cambios sin quebrar el orden social, político y económico básico.

Poco antes de su ascenso al trono, Orihuela le cedió la posesión de la laguna de Torrevieja, al no tener caudales para la manutención de la albufera de pesca, suplicando al rey que la recuperara como patrimonio real. En los inicios de su reinado, en 1760, se practicó una primera extracción de sal en la laguna de Torrevieja. La administración de las salinas de La Mata, siendo responsable Antonio Parra, en 1766, realizó más pruebas de extracción de sal, resultando un producto de excelente calidad.

En 1767, se elaboró un proyecto de repoblación de las zonas deshabitadas de las tierras de realengo de Sierra Morena y del valle medio del Guadalquivir, creando las Nuevas Poblaciones de Andalucía y Sierra Morena. Se trajeron inmigrantes centroeuropeos -6.000 colonos alemanes y flamencos, todos ellos católicos en teoría, reclutados en Centroeuropa por el aventurero bávaro Juan Gaspar de Thürriegel-, junto con algún que otro francés, italiano, suizo y austrohúngaro, además de algunas familias catalanas, valencianas y gallegos, encargados de fomentar la agricultura y la industria en una zona despoblada y amenazada por el bandolerismo. Se fundaron nuevos asentamientos en las actuales provincias de Jaén, Córdoba y Sevilla. Uno de los ingenieros encargados de trazar los planos para levantarlas fue Joseph Branly, que por aquellas fechas también dibujó los de las Eras de la sal de Torrevieja.

El 16 de marzo de 1772, bajo su reinado, el obispo de Orihuela, José Tormo, autorizó un auto de erección, bajo la advocación de Nuestra Señora del Rosario, transformando una antigua ermita de Torre la Mata en iglesia parroquial, dotándola de alhajas para el culto.

El monarca nombró al marqués de Esquilache secretario de Hacienda, incorporando señoríos a la Corona. Por Real Decreto del 26 de abril de 1777 se separaron cotos y redondas de las lagunas de Torrevieja y La Mata de las jurisdicciones de Guardamar y de Orihuela. Como territorio propio, la corona nombró juez privativo y ordinario al administrador general, tesorero y subdelegado de las Reales Salinas de La Mata y Torrevieja.

En el siglo XVIII, el Real Cortijo de La Mata abastecía de especial vino a través de su muelle a Francia, Alemania, Génova, Italia, Nápoles y Portugal, y que luego de sentir la humedad del mar, se volvía muy exquisito y especial. Con las transformaciones y el paso del tiempo la finca se convirtió en la pedanía que es hoy. La historia de sus bodegas tuvo su propio devenir en paralelo. A quien se acerque a La Mata tiene dos tipos de vinos: uno elaborado con uva de meseguera y otro con uva moscatel. Dos caldos con los que las luces de la ilustración volvieron al que fue antiguo cortijo y con los que hoy día se restaura la historia de Carlos III como bodeguero y los descendientes de aquellos colonos agrícolas continúan cultivando las vides, pese a no ser recordado Carlos III durante los actos del XX aniversario del Parque Natural de Torrevieja y La Mata, celebrados el pasado mes de diciembre.

Se firmó el 13 de diciembre de 1788, la Real Orden de Carlos III en virtud de la cual la antigua ermita de la Concepción de Torrevieja, edificada en 1615, se erigió en Ayuda de Parroquia de la Torre de La Mata. Al día siguiente, el 14 de diciembre, moría en Madrid. El 15 de septiembre de 1789, el obispo Tormo, en el nuevo templo recién construido, celebró con pompa fúnebre y majestuosa ostentación las exequias por el ánima del difunto rey Carlos III, fundador de esa iglesia, realizándose varias descargas el cañón de la torre a sus debidos tiempos.

Carlos III acometió una serie de reformas sociales encaminadas a procurar al pueblo llano la felicidad que éste no podía procurarse por sí solo, dotando a los pobladores de La Mata y Torrevieja de escribanos, médicos, cirujanos, sangradores, maestros de primeras letras, cura, vicario y sacristán, todos pagados a cuenta del peculio de la Corona.

¡Gran Rey! El que además nos trajo grandes reformas, grandes obras públicas, lotería nacional, la bandera española, el himno nacional y un gran desarrollo de la cultura. Recuperó Menorca a los británicos y su apoyo a la independencia de los Estados Unidos, contra Inglaterra, le hizo ser rey también del territorio norteamericano de la Louisiana (región del Misisipi).

Fuente: http://www.laverdad.es