Vista del interior a través de una de las aberturas | Jesús Cruces.
MARTA ORTEGA
El último temporal de invierno descubrió en el centro del barrio La Tafalera dos aberturas a una casa cueva que podría haberse excavado en los años previos a la Guerra Civil. Tras décadas oculta, fue hace tres meses cuando el derrumbe de la vivienda por las fuertes lluvias, permitió que esta casa haya vuelto a ver la luz. Desde el Ayuntamiento se valló la zona y desde entonces no se ha vuelto a actuar, ni siquiera se han quitado los escombros ni se han asegurado los pilares que todavía continúan en pie aunque existe peligro de derrumbe, lo que la convierte en una zona peligrosa porque es de fácil acceso.
La construcción de estas casas-cueva en la montaña vino producida “por la necesidad de vivienda, que obligó a las familias más humildes a asentarse en una zona periurbana, sin urbanizar y sin servicios públicos (ni alumbrado ni agua potable)”, según indica el CRONISTA DE ELDA, GABRIEL SEGURA (Associació de Cronistes Oficials del Regne de València).
Segura explica que en las primeras décadas del pasado siglo “aquellas familias más modestas se veían obligadas a excavar por sus propios medios cuevas en las suaves laderas de la Sismat y el Altico San Miguel que dan al río Vinalopó”. Pero será después de la Guerra Civil, y durante la década de los años 50 cuando La Tafalera se pueble de casas y gentes, coincidiendo con la llegada masiva de inmigrantes de otras provincias españolas atraídas por la necesidad de mano de obra de la industria del calzado. Años después el barrio se degradaría hasta ser una zona marginal de la Elda conocida en toda la provincia por su mala reputación.
Se trata de construcciones que, durante décadas, “configurarán un barrio de gente trabajadora y obrera, que desde bien pronto reclamarán servicios públicos. No hay que olvidar que a La Tafalera le cabe el honor de haber tenido, en 1975, la primera asociación de vecinos que se constituyó en toda España como un instrumento participativo y reivindicativo de carácter ciudadano para reclamar la mejora de las condiciones de vida de los vecinos del barrio”, detalla Segura.
Por su parte, el Arqueólogo municipal, Juan Carlos Márquez, ha explicado que desde Patrimonio Arqueológico todavía no se tiene constancia de este descubrimiento y que en cuanto sea oficial, se trasladará a la zona para investigar esta casa-cueva y estudiar si tiene valor histórico o no.
Uno de los vecinos que ha crecido en la zona recuerda que en su niñez esta vivienda estuvo ocupada por una mujer centenaria, pero que una vez falleció se construyó delante y se tapió. Ahora, al volver a ver esta casa cueva, le han vuelto muchos recuerdos de su infancia. Los vecinos del barrio lamentan que desde hace tres meses viven con cierto temor a que los restos de la antigua vivienda que todavía permanecen en pie se derrumben y puedan herir a alguien.
Fuente: https://valledeelda.com