Les cròniques dels carrer dirigides per Lluís Mesa (Cronista oficial d’Estivella) passen a formar part dels quaderns de patrimoni. Les vies urbanes, la vida quotidiana, les festes i altres elements són els millors símbols del patrimoni de la comarca de El Camp de Morvedre. Els cronistes s’obrin a esta finestra i ho mostren cada setmana en esta secció.
Calle de Les Alfareries
CONCHA SAURA | CRONISTA OFICIAL DE ALFARA DE LA BARONIA
Hoy vamos a pasear por la calle de Alfara conocida con el castellanismo Les Alfareries. Todos los espacios del pueblo, del término, son como hojas de un libro que podríamos llamar Alfara. Pues bien, esta hoja tiene un amplio contenido local. En inscripción del Archivo del Reino de Valencia del año 1741 ya se cita la existencia de alfarerías en esta calle.
Recuerdo que el topónimo Alfara tiene distinto origen. Proviene del árabe al hára y significa El Pueblo. El topónimo Alfara ya lo encontramos en el Llibre del Repartiment Del Regne de Valencia, del año 1249. Mientras que la palabra alfarería proviene del árabe al-fahhar. Corominas la documenta desde 1706. Y en el Diccionario de Autoridades de 1726 aún no aparece alfarería sino alfahar.
Adentrándonos en Alfara llegamos a una amplia calle que la corta transversalmente. Como en casi todo el pueblo, su arquitectura es popular. Es la calle de Les Alfareries. Se inicia en la explanada que cubre la actual Séquia Xicoteta. Antes había otra que ya existía en el siglo XVI. Pero ya forma parte de otro relato. Esta Sequieta indicaba el límite entre el pueblo y la huerta. Esta parte del pueblo antiguamente tenía el nivel de la huerta, por lo tanto sería metro y medio más bajo.
La Sequieta hace curva y en su margen a la calle había piedras lisas de rodeno para que las mujeres fueran a lavar la ropa, y también a fregar. Además servía para que los niños del barrio se bañaran en verano.
Subimos, al lado derecho la historia nos cuenta que la primera casa fue en su tiempo una tienda donde se vendía calzado y se hacían las alpargatas de careta valencianas, y en su primer piso estuvo la primera escuela de párvulos.
Unas casas más arriba hubo una alfarería; enfrente la Casa Gran que era un mayorazgo de los valoreara, señores de la baronía de Torres, a cuyo dominio pertenecía Alfara en el Antiguo Régimen. Era un hostal, el único que podía haber en el pueblo por designio de los señores. Aún se puede ver su amplio patio donde dejarían los carros, la amplia cocina, los establos con sus pesebres. Estaba bien situado, en la entrada al pueblo y al lado del antiguo camino a Algímia. Posteriormente, en la localidad hubo otras casas que hacían las veces de hostales.
La calle aún se ensancha más a la altura de la casas con los números 12 a 18. A esta altura nos hemos de detener. Aquí se encontraba el fossar dels moros. También un refugio subterráneo de la Guerra Civil de 1936. Su entrada principal estaba a la altura del número 14, a dos metros de la frontera, con dos accesos más: A la altura del número 18 y, cruzando, en el patio de la Casa Gran.
Apertura del refugio
Cuando en el año 1982 se asfaltó la calle y se diseñó el jardín, se abrió el refugio que fue rellenado con piedras de gran tamaño. Era de tierra compactada. Ocupaba prácticamente todo esta zona verde, con una amplia estancia central enfrente del número 14 y galerías desde las otras entradas con pequeñas y sencillas puertas de madera.
Las plantas para el jardín fueron elegidas por el servicio técnico de viveros de la Diputación de Valencia y el servicio de Extensión Agraria, quienes dispusieron tres catalpas de las cuales queda una en el número 14. Con estos árboles se pretendía la sombra en verano y dejar pasar al sol en invierno, así como evitar lo que sucedió a principios del siglo XX. Había tradición de tener árboles en la calle, había acacias pero, árboles de raíz horizontal, éstas entraron en las casas próximas. El resultado fue que el ayuntamiento tuvo que reparar y pagar los daños causados en las casas por las raíces, cortó las acacias y ya no volvió a haber árboles en la calle. Pero los árboles eran útiles, servían para enlazar las cuerdas y tender la ropa. Calle con mucho sol, se utilizaba también como secadero de higos. Los higos se colocaban extendidos sobre cañizos y se giraban para que se secaran igual por ambas partes. También había en estas fronteras parras.
Hay una partida en el término que estaba dedicada, especialmente, al cultivo de las higueras y la vid, aún quedan. Es el Panser y más concretamente el Collao, denominado también, según figura en el Archivo del Reino del Valencia, en inscripciones del año 1805, como Partida del Collado de Saura o Collado de Saura.
A la parte opuesta de estas casas se encontraba el almacén de naranjas de Miguel Viruela Herrera, activo en buena parte del siglo XX. En aquella época, Alfara, pueblo agrícola, pequeño, emprendedor, contaba con cuatro almacenes de naranja donde trabajaban hombres y mujeres de la localidad, de los pueblos cercanos y de otros.
Subiendo, en la última casa venían de la tienda de ropa de Oscar, de Algímia, a vender el género una vez a la semana. Ahora se encuentra la única peluquería de que disponemos.
La parte izquierda era zona de secano, consta en los plenos del ayuntamiento cómo se urbaniza. Podemos datar en el 8 de julio de 1923, fecha del Pleno Municipal, el inicio de la consolidación urbana desde la parte izquierda de la calle de Les Alfareries. Cita que existe una parcela comprensiva de 322 m2 que no produce rendimiento alguno al municipio y sirve de depósito de escombros y otras materias inmundas. Sabemos su situación por la descripción de la Comisión de Policía Urbana y Rural en la Sesión de 22 de julio de 1923.
En Sesión Ordinaria de la Comisión Municipal Permanente, de fecha 3 de noviembre de 1924, se estima la conveniencia de recaudar fondos para hacer frente a las necesidades del presupuesto municipal y urbanizar esta parte, por lo que se vende terreno a un particular a razón de 1 peseta el m2.
Y en sesión de fecha 5 de enero de 1930, la Comisión acuerda convocar al Pleno para que se compre o expropie el terreno necesario de un corral situado en estos lindes para dar subida hasta la futura carretera, lo que marcaba el fin de la calle.
En cuanto a acontecimientos festivo-religiosos es de destacar la vistosidad del paso de la solemne procesión del Día de la Fiesta Mayor, 8 de septiembre.
Ya ven, como cada pedacito da para un artículo, pero no quiero cansar .
Y es que ofrecer trazos vivos del pasado, con fibras y nervios, paseando por Alfara de la Baronia es posible.
Fuente: http://www.levante-emv.com