VACUNAS Y TONTERÍAS

Francisco Perez Puche. Foto de Juan J. Monzó

FRANCISCO PÉREZ PUCHE, CRONISTA OFICIAL DE VALENCIA

La Agencia Europea del Medicamento dio su aval definitivo a la vacuna de Astrazeneca en la tarde del jueves, y Europa respiró aliviada. Pero en ese punto se dejó ver la Europa despierta y la que se duerme penosamente en los laureles. A las ocho de la mañana del viernes, Alemania, aunque fuera para mantener alto el prestigio y la moral, ya estaba vacunando gente, montones de gente. Mientras tanto, en una España sorprendida, un poquito boba, se informó que las vacaciones no se reanudarían hasta el miércoles. Por lo que se refiere a las convencionales, las que tienen que recibir «los viejos», se dejó de hablar; millones de personas viven pendientes del teléfono.

La forma en que la Comunidad Valenciana acaba de perder una semana de vacunación solo se puede calificar como despilfarro. La imprevisión, la falta de autoridad, el desconcierto también, empezó con esa ridiculez de mantener las vacaciones en las escuelas pese a no haber Fallas, un gesto de cobardía ante los sindicatos que tienen la sartén por el mango en las grandes decisiones que afectan a la sanidad, la educación y el funcionariado, el 90% de lo que ahora es importante.

Secuestrada la voluntad de ciudadanos y gobiernos, los que hacen como si administran las cosas públicas solo pueden rellenar un catálogo de ridiculeces que empieza por teñir aguas y edificios de verde porque es el Día de San Patricio, aprobar estrambóticos proyectos titulados en inglés, anunciar por enésima vez que van a empezar las obras de una plaza, usar a porrillo el tipo de letra de los refugios de guerra y pintar letreros en el pavimento para recordar dónde se plantaban fallas. ¡Aguanta paridas! Todo ello, coronado por el delirio de aplaudir a rabiar una ley de eutanasia como si fuera algo que debiera ser celebrado: no tenemos una fábrica de vacunas pero ya somos el cuarto país europeo en disponer de tan elegante herramienta jurídica.

Tiempo perdido, debates sin sentido en Valencia, Murcia y Madrid, políticos abiertos a trabajar en un show, televisivo o parlamentario, y constantes amagos de una ruptura que nunca tienen el valor de llevar adelante. Unas elecciones innecesarias que lo van distraer todo y diputados que en vez de activarse en Bruselas para que España tenga más dosis de vacuna y más ayudas a las empresas, se dedican al ajedrez del poder personal. Conservadores sin fondo ideológico y socialdemócratas sin amor a la libertad. Y revolucionarios de opereta que al menos tuvieran el valor de ir al grano, pedir el rescate de las patentes de vacunación y expropiar las plantas donde se vacunan las dosis en beneficio del pueblo. Pero ni eso, camarada, ni eso…

Fuente: https://www.lasprovincias.es